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Propuesta para una nueva política exterior

Considerando la actual situación internacional de Venezuela en la cual durante el último año han sucedido varios incidentes, que dejan en entredicho sus relaciones con la comunidad internacional poniendo en riesgo la soberanía, seguridad e integridad territorial, como han sido: – la emboscada de Argyle (19.12.2023), donde condicionaron la defensa de Venezuela, mientras exigen a Venezuela “garantías para Guyana”; – el bochornoso rechazo del veto de Brasil para el ingreso de Venezuela al BRICS (19.10.2024); y la semana pasada – el Acuerdo militar de Estados Unidos-Trinidad (10.12-2024), autorizando el despliegue de tropas en territorio trinitario en caso de conflictos en Venezuela.

En materia fronteriza Venezuela es el único país que presenta diferendos con todos los países limítrofes tanto terrestres como marítimos; y jurisdiccionalmente casos en las dos cortes internacionales más altas, lo cual resulta una situación compleja y delicada, que requiere de un análisis profundo y una estrategia integral para su resolución. En este contexto es evidente, que un cambio en la dirección de la política exterior y las relaciones internacionales es necesario y urgente

En los actuales momentos, la situación es compleja por el aislamiento internacional. Los conflictos fronterizos con la República Cooperativa de Guyana y potencialmente con Colombia por las aguas marinas y submarinas en el golfo de Venezuela, está supeditada al fallo de la Corte Internacional de Justicia, por su demanda en el caso del Esequibo; sin olvidar los casos (Venezuela I y Venezuela 2) en la Corte Penal Internacional de Justicia. 

El peligro está en que cada uno de los casos anteriores pueden conducir al aislamiento internacional de Venezuela, dificultando el acceso a la cooperación y el desarrollo de unas relaciones bilaterales sanas. Estos escenarios conllevan desafortunadamente al deterioro de la imagen internacional. Una imagen internacional negativa asociada a conflictos territoriales y judiciales, desalientan: -la inversión extranjera, -la recuperación del parque industrial, -la inversión en infraestructura y el turismo entre otros sectores. Todas amenazas latentes que ejercen presión internamente que provoca la migración y fuga de cerebros. 

Ante este panorama las perspectivas futuras dependerán en gran medida de la forma en que el país aborde estos desafíos; de lo contrario, existe posibilidades de: una escalada de estos conflictos y amenazas, si no se encuentran soluciones a la problemática relacionada a los temas internacionales, con consecuencias impredecibles para la estabilidad regional, con el peligro de la pérdida del territorio en reclamación en caso de un fallo adverso de la CIJ, lo cual generaría tensiones internas y externas, agravadas por las sanciones internacionales, con el peligro que la mayoría de los gobiernos, la comunidad internacional incluidas las empresa transnacionales reconocerán el fallo de la CIJ, quedando solo, a nuestro favor las oportunidades de cooperación, la cual puede abrir nuevas oportunidades para la cooperación regional y el desarrollo económico.

Las recomendaciones dirigidas a reconstruir una política exterior, se enmarcan en las siguientes acciones: – Priorizar el diálogo y la negociación con los países vecinos para encontrar soluciones pacíficas y mutuamente beneficiosas a las diferencias fronterizas; -Respetar las decisiones de las cortes internacionales y cumplir con las obligaciones derivadas de los tratados internacionales; Invertir en el fortalecimiento de las instituciones nacionales encargadas de la resolución de conflictos y la gestión de las fronteras. -Implementar medidas de la diplomacia preventiva para evitar la escalada de los conflictos y construir confianza con los países vecinos. -Promover la cooperación regional en materia de seguridad, desarrollo y resolución de conflictos; -Involucrar a la sociedad civil en el proceso de toma de decisiones y garantizar la transparencia en la gestión de los conflictos fronterizos; -Fomentar el desarrollo económico sostenible en las zonas fronterizas para reducir las tensiones y generar oportunidades para la población.

Conclusión: la situación de Venezuela en materia internacional presenta múltiples problemas: conflictos fronterizos y judiciales en las cortes internacionales. Es compleja por lo que requiere de una respuesta integral y a corto plazo. La combinación del diálogo, la negociación, el respeto al derecho internacional y la cooperación regional son elementos clave para superar estos desafíos y construir una política exterior miras a un futuro más estable y próspero.

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