Más importaciones: las zonas francas buscan posicionarse con baja de costos
En el contexto de apertura económica que impulsa el gobierno nacional a través de medidas de desregulación y reducción de aranceles a la importación, las zonas francas se alzan como una herramienta que facilita el comercio con beneficios logísticos e impositivos.
Se trata de territorios "extra aduaneros" donde las mercancías pueden estar almacenadas sin el pago de derechos e impuestos hasta el momento efectivo de su nacionalización lo que representa una "herramienta financiera" significativa para importadores y exportadores que buscan abastecerse de insumos y bienes de capital para sus industrias.
Dentro de las actividades permitidas, existe la opción "al sólo efecto del almacenaje" que, en síntesis, habilita que una empresa extranjera destine sus mercaderías a un usuario de la zona franca, en depósito en consignación, quien actúa exclusivamente como depositario, por lo cual, tiene nula intervención en la cadena de comercialización.
El ingreso se materializa con una factura proforma la que se adjunta al resto de la documentación para su ingreso al predio; una vez almacenada y al momento de realizar la venta, el proveedor extranjero emite la factura definitiva, al importador y/o cliente local, y con ésta se realiza el despacho a plaza de importación para consumo, explicó Enrique Bernabé, asesor en Derecho tributario y aduanero
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"Esta condición permite a las empresas mantener la titularidad de sus bienes mientras efectúan ventas definitivas a compradores locales o de países limítrofes", agregó Diana Perez Cappellino, responsable Comercial Senior de Logística Integral Zona Franca (LIZF).
Entre las ventajas destacó que dentro de las zonas francas, no hay límite para retiros parciales; las cargas pueden ser reacondicionadas y sometidas a controles de calidad. Además, a partir de una modificación reciente es posible fraccionar embarques de origen Mercosur sin perder las preferencias arancelarias.
Como requisito para conseguir el alta al régimen se solicita una nota de designación del fabricante de origen mientras que el depósito fiscal o importador responde por la misma vía.
En comparación con normativas de otros países la ley "es bastante vieja" planteó Gabriel Salomón, director de Jidoka y marcó entre las limitaciones que sólo puede existir una por provincia, aunque la provincia de Buenos Aires cuenta con dos, en La Plata y Bahía Blanca.
Nuevo escenario
El especialista explicó que existe un cambio en la utilización de estos espacios que hoy ocupan un porcentaje marginal del comercio exterior, ya que, al bajar las intervenciones, las zonas francas dejan de ser un destino forzado frente a las situaciones que generaban por ejemplo las licencias no automáticas, para volverse una estrategia de comercio.
"Durante 42 años estuvimos pensando que la zona franca era una herramienta que servía solamente para cuando una carga tenía problemas pero estábamos muy equivocados y lo descubrimos por accidente", contó Guillermo Tassello, director de Negocios de Gruppe Heinlein en el marco de un seminario que organizo Ser Industria.
El ejecutivo se remontó al 2020 cuando surgieron restricciones a las operaciones financieras de comercio exterior lo que dio origen a una división de depósitos que significó "un mundo nuevo" que hoy se refleja en ventajas competitivas.
Contar con infraestructura que pueda dar respuesta al incremento de volumen que se espera de Asia en el próximo año, "va a ser crítico", opinó Federico Pellicer, director Comercial de TecPlata que se ubica a 50 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y a 5 kilómetro de la zona franca.
"Tenemos un esquema de turnos muy flexibles que permite sacar carga a primera hora de la mañana y evitar la congestión del tránsito" además cuenta con habilitación para la operación con buques de 55 de eslora por 51 de manga, "los más grande que van a ingresar al país en los próximos años".
Más rápido y a menos costo
En ese sentido, Tassello apuntó a la reducción de costos y tiempos y destacó que se evita pagar impuestos en el momento incorrecto lo que usualmente genera "trastornos" entre los departamentos financieros y de comercio exterior de las empresas.
Asimismo, remarcó el beneficio de importar en temporada baja para pagar un flete más económico. Esta tendencia según contó no sólo se está dando con bienes de consumo sino con materias primas. "Es muy importante contar con un pulmón de materias primas en territorio nacional, sin pagar los derechos de importación y con la posibilidad de ingresar desde zona franca en un período corto de tiempo", mencionó.
En la misma línea, aseguró que esta dinámica, evita el "rolleo". En los modelos tradicionales, en temporada alta la carga pasa de un barco a otros hasta 3 veces por la falta de espacio en buques y puertos, lo que está generando tiempos de tránsito de entre 70 y 90 días en lugar de 45.
Como resultado de las nuevas disposiciones de la administración nacional, respecto a las importaciones, durante el último año, se ha observado un aumento en la vacancia de los depósitos, y en particular debido a la disminución del consumo interno, explicó Perez Cappellino.
En este contexto, ponderó el rol de la Zona Franca de La Plata para posicionarse como un polo logístico lo que le permite albergar una amplia variedad de mercaderías, desde maquinarias viales, automóviles, bienes de capital, líneas de producción, plantas llave en mano, retail, línea blanca, neumáticos, químicos y agroquímicos, hasta insumos para las industrias petroquímicas, oil & gas, y productos finales, entre otros.
Luego de un 2024 marcado por el "stockeo" que se generó en los años previos frente a la expectativa de devaluación, junto a la recesión que derrumbó el consumo, el sector espera más volumen en el 2025.