Las Nenas y otros fantasmas creados por Inteligencia Artificial
Esto es lo que tenemos que comprender: la mentira es real. La mentira no es lo contrario de la realidad, es lo contrario de lo verdadero. Así que Las Nenas son falsas humanas, pero como fantasmas gozan de plena realidad
Esta columna la ha escrito un ser humano. Más en concreto, yo. Hace unos meses hubiera resultado superfluo aclararlo, pero ya no, porque lo del contenido generado por Inteligencia Artificial (IA) se nos está yendo de las manos. Eso alegaron los creadores de Las Nenas, un grupo de música que parecía estar formado por tres mujeres de carne y hueso: Viviana, Claudia y Naiara. Al principio nadie reparó en que los tres nombres contienen las letras -ia-, en un guiño. El caso es que ellas no existen, las fotos que ilustran su disco se han generado por IA, las voces y su música también. Aseguran que las letras las escribía una persona: vete tú a saber. También dijeron que empezaron como un juego y se les fue de las manos. Jugando, jugando, concedían entrevistas y todo, aunque sólo por correo electrónico.
Por suerte este periódico desveló la noticia de que eran falsas. Las personas que están detrás del engaño siguen sin dar la cara. Se ha escrito que no eran reales, pero hemos de ser precisos con las palabras. Las imágenes y las canciones de Las Nenas son reales, sólo que las ha hecho una máquina. Esto es lo que tenemos que comprender: la mentira es real. La mentira no es lo contrario de la realidad, es lo contrario de lo verdadero. Así que Las Nenas son falsas humanas, pero como fantasmas gozan de plena realidad. La IA está creando fantasmas y poniéndolos a vivir entre nosotros. A ver qué pasa.
En el mundo de las modelos una fantasma tiene ya más de 300.000 seguidores. Se llama Aitana López y es una influencer. En Instagram postea sus historias, viaja, se va de compras, celebra su cumpleaños. La ha fabricado The Clueless, una agencia de modelos de IA de Barcelona. En su caso no fue un juego. Se dieron cuenta de que para las marcas resultaba caro y pesado trabajar con personas. Las influencers de carne y hueso tienen la mala costumbre de dormir y comer. En The Clueless pusieron fin al engorro creando a Aitana. Ella misma lo ha explicado en las redes: “Mi capacidad para generar contenido de manera rápida y constante, sin limitaciones de tiempo o cansancio, permite una presencia constante en las plataformas”. Aitana produce 24/7 y las marcas que quieren tomar prestada su audiencia la encuentran siempre disponible. Una influencer humana nunca podrá superarla.
Estas creaciones con IA no son nada original ni valioso, se trata de meras suplantaciones. En el perfil de Aitana se indica que está generada por IA, pero si uno entra a verla desde el móvil, como hace el 99% de la gente, le pasa fácilmente inadvertido. Aitana tiene un gran defecto: es perfecta (sobre todo para una mirada masculina). Es delgada, pero tiene grandes pechos. Su melena rosa le da una imagen atrevida, sus ojos son saltones y de sus cejas delineadas al milímetro no se escapa un pelo. Es perfecta pero sigue pareciendo humana, y eso convierte su vida en una narración aspiracional para muchas mujeres, sobre todo adolescentes. Como se muestra en las fotos yendo al gimnasio, las usuarias le preguntan por su rutina deportiva, para llegar a tener un cuerpo como el suyo. Un cuerpo fantasmal.
Los fantasmas han llegado también al mundo inmobiliario. Uno de mis placeres culpables es mirar pisos en Idealista. Cada vez es más frecuente que se muestren fotos falsas de los pisos: muestran estancias de ensueño, decoradas a la moda y con un perfecto cielo azul de fondo. Supongo que habrá alguna aplicación a la que le dices que te reforme y te amueble un piso desvencijado y te genera las imágenes en segundos. Un piso fantasmal, un señuelo. Cuando un comprador vaya a verlo físicamente, tendrá que enfrentarse a paredes desconchadas, suelos arañados y puertas rotas. La IA nos oculta el material de derribo, humano e inmobiliario, pero en la vida real estamos rodeados de escombros. Yo no sé cómo serán las personas que salgan de esta confusión entre la realidad y lo fantasmal, pero en unos años tendremos los resultados del experimento que están haciendo con nosotros. Como el de las redes sociales ha salido fenomenal, no hay motivos para preocuparse.