Desperdicio e ineficiencia en el AyA
El AyA es, sin duda, una institución que engrandece a Costa Rica. Poder abrir la llave del tubo y que salga agua potable es un lujo que ni muchos países desarrollados se puedan dar. Es por ello que resulta preocupante, desesperante y triste que una fuga en un medidor provocada por la misma cuadrilla del AyA, desde hace más de 15 días, no sea ni atendida ni solucionada, a pesar de las múltiples llamadas a su servicio de averías.
En el call center del AyA son muy diligentes y atienden rápidamente, pero las cuadrillas prometidas nunca llegan. El desperdicio de agua potable ha sido enorme y nadie se hace responsable. ¿Cuánto más debemos esperar? ¿Cuántos metros cúbicos más del preciado líquido se tienen que desperdiciar? ¿Cuándo los responsables se van a hacer presentes?
Sin duda el agua es vida y hay que cuidarla, pero ¿cómo hacerlo si a la misma institución encargada parece no importarle demasiado?
Fabian Ramírez Gamboa
Santo Domingo, Heredia
Denuncia en el MOPT
¿Cómo es posible que, en el actual gobierno, el MOPT le esté dando contratos de obra pública a empresas que tienen investigaciones abiertas por corrupción en el Ministerio Público? Señor presidente, ¿quién lo está mal asesorado? Por favor, el pueblo que votó por usted necesita un presidente humilde, que cumpla.
Minor Flores Granados
San Sebastián
Cura valiente
Acaba de ser expulsado de la Iglesia católica el sacerdote José Pablo de Jesús Tamayo por no sujetarse a la jerarquía del Papa. Ignoro concretamente sus razones, pero aplaudo de pie su indestructible valentía por expresar su inamovible punto de vista; ya hubo otros en el pasado como Giordano Bruno, Martín Lutero o Galileo Galilei. Algunos terminaron pagando con sus vidas y al final demostraron que tenían razón; hacen falta más cismas que vayan revelando el ciego fanatismo y la opacidad que siempre han encubierto a la Iglesia católica.
Julio Vindas Rodríguez
San Pablo de Heredia
Hermosa tradición
Una de las tradiciones costarricenses que mejor se identifican con la época navideña es la preparación y el consumo de tamales. La “tamaleada” familiar, una hermosa costumbre que se va perdiendo. Organizar y conseguir los voluntarios de distintas generaciones fomenta la unión familiar, ya sea que colaboren en la selección y compra de los ingredientes o en la preparación y amarrado, que culmina cuando los tamales comienzan a hervir.
Las personas que no desean aumentar de peso durante diciembre, o bien, padecen problemas digestivos, cardíacos o diabéticos, debieran preferir los tamales de pechuga de pollo en vez de cerdo, preparados con ingredientes frescos, como zanahoria, vainica y chile dulce, en lugar de enlatados. Tratar de no consumir más de una unidad diaria, ya que un solo tamal puede proveer ente 300 a 500 Kilocalorías, según el tamaño y contenido graso. Así disfrutaremos sin remordimientos y sin consecuencias esta deliciosa comida.
Silvia Gagneten Barbetta
Rohrmoser
Cartas por WhatsApp
Estimados lectores: recibimos cartas a la columna también por WhatsApp. El número es 6135-0204. Deben enviar una copia de la cédula por ambos lados e indicar el cantón o distrito donde residen. No publicamos textos si la redacción está enteramente en mayúsculas, tampoco si contienen comentarios ofensivos o lenguaje soez, ni si se sustentan en noticias falsas. La Nación se reserva el derecho de publicación y edición.
Artículos de opinión
Para enviar un artículo de opinión a la sección “Foro”, el texto no debe sobrepasar los 4.500 caracteres con espacios, debe estar bien escrito, ser conciso y no contener referencias a marcas o empresas. Además, es necesario adjuntar una copia de la cédula por ambos lados e indicar su profesión u oficio.
El texto debe enviarse al correo foro@nacion.com en un documento de Word u otro formato editable y debe ser exclusivo para La Nación.