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El Niño Jesús bajo los escombros

IUn día antes de la Navidad del año pasado, en la Iglesia Evangélica Luterana de la Natividad, en Belén, se montó un Nacimiento sin el típico pajar donde nació el Niño Jesús. La “instalación” era aún más austera que la original descrita en la Biblia, pues el pequeño Salvador yacía envuelto en una kufiya palestina, entre escombros, “igual que miles de infantes en la Franja de Gaza”, según afirmó en su homilía el pastorMunther Isaac.Cuando apenas se cumplían dos meses y medio de ataques contra Gaza, el pastor dijo en el sermón: “Estamos rotos. Deberíamos estar celebrando la Navidad, pero en vez de ello estamos de luto. Tenemos mucho miedo. Más de 20 mil asesinados, miles aún bajo los escombros. Cerca de nueve mil infantes brutalmente asesinados. Día tras día, 1.9 millones de personas desplazadas. Cientos de miles de hogares destruidos. Gaza, como la conocíamos, ya no existe. Eso es aniquilación, eso es genocidio. El mundo mira, las iglesias miran. El pueblo de Gaza envía imágenes de su propia ejecución. Tal vez al mundo le importa, pero todo sigue su curso”.Munther Isaac también dijo que ese conflicto se había convertido en “la brújula moral del mundo. Gaza ya era un infierno antes del 7 de octubre de 2023 y el mundo guardó silencio”.A escasos días de que se celebre la Navidad de 2024, han pasado catorce meses desde la salvaje incursión de Hamás en Israel y la desproporcionada respuesta aún no cesa.​IIEl 14 de agosto de 2024, el pastor Munther Isaac se presentó en el templo Riverside de Nueva York, que fue construido en 1930 por el millonario John D. Rockefeller y que a lo largo de los años ha abierto sus puertas para que ahí se expresen públicamente personajes tan diversos como Martin Luther King Jr, Nelson Mandela, Fidel Castro y César Chávez.Munther Isaac dijo en Manhattan que, luego de diez meses de ataques contra Gaza, ya habían muerto 16 mil niños a causa de los ataques de Israel, dos mil de ellos bebés (más los acumulados en los últimos cuatro meses).Desmenuzó “la narrativa del poder” en torno a este conflicto. Dijo que “a los palestinos se nos ataca desde hace 76 años con una Biblia en la mano”, y que “el genocidio comenzó con una frase: ‘una tierra sin pueblo’”, que implicaba la inexistencia de los palestinos, es decir, su deshumanización. “Nos volvimos extraños en nuestra casa porque alguien poderoso ‘está retornando a su tierra’”.“¡Muéstrenme otro conflicto en el que la referencia para dirimir una disputa sea un texto religioso, en vez del derecho internacional o los derechos humanos!”, exigió antes de afirmar que el proceso de colonización implicó apartheid y, actualmente, genocidio.Agregó: “El proceso de colonización necesitaba un pretexto y lo encontró en la teología”.Dijo que el silencio es una forma de complicidad no solo entre los gobiernos del mundo sino también entre las diversas Iglesias. En pleno Nueva York recordó que el poder de Israel no sería tan destructivo en Gaza si no tuviera el apoyo armamentista de Estados Unidos y de otros países, al tiempo que advertía: “no quiero oír lecciones occidentales sobre derechos humanos”.Finalmente, agradeció a los estudiantes por manifestarse en contra de la destrucción de Gaza y les pidió que siguieran siendo creativos, no violentos y fuertes. También recordó que “la Iglesia pertenece a las calles, la Iglesia siempre ha estado ligada a los movimientos sociales” y que Jesucristo no fue un líder moderado.Christmas in Palestine this year. The Child under the rubble. Immanuel God is with us in our pain and suffering. God in solidarity with the oppressed. The child of Bethlehem is our hope. For the children of Gaza and all victims of wars. At the Christmas Lutheran Church Bethlehem pic.twitter.com/CPnL9kMyPs— Munther Isaac منذر اسحق (@MuntherIsaac) December 3, 2023


IIIEl 21 de junio de 1990, Nelson Mandela dijo en la iglesia de Riverside de Nueva York: “Este templo ha sido, en muchas ocasiones, el lugar de la defensa contra el apartheid y ha acogido a muchos oradores sudafricanos que han traído a esta ciudad el clamor de nuestro pueblo. Por encima de todo, estoy agradecido por la amable recepción que han brindado a mi viejo amigo y compañero de lucha, el presidente del Congreso Nacional Africano, Oliver Tambo, Cuando nuestra causa no era popular en los pasillos del poder de las naciones occidentales, eran las comunidades religiosas, los campus universitarios y las organizaciones contra el apartheid en los Estados Unidos y en otros lugares las que se mantenían firmes ante las sanciones económicas. Estoy aquí para decir gracias”.IVEl 4 de abril de 1967, también en el templo Riverside de Manhattan, el pastor bautista Martin Luther King Jr. afirmó que oponerse a la guerra de Estados Unidos en Vietnam era una forma de denunciar el apartheid: “Un reconocimiento aún más trágico de la realidad se produjo cuando me quedó claro que la guerra estaba haciendo mucho más que devastar las esperanzas de los pobres en nuestro país. Estaba enviando a sus hijos, hermanos y maridos a luchar y a morir en proporciones extraordinariamente altas en relación con el resto de la población. Estábamos tomando a los jóvenes negros que habían sido mutilados por nuestra sociedad y enviándolos a ocho mil millas de distancia para garantizar libertades en el sudeste asiático que no habían encontrado en el suroeste de Georgia y el East Harlem”. VHace un año, en Belén, el mencionado pastor palestino Munther Isaac dijo ante el Niño Jesús entre los escombros: “Este pesebre trata de resiliencia, firmeza, perseverancia. Resiliencia porque es el mismo Niño que se levantó del dolor, destrucción, oscuridad y muerte, diciéndole la verdad al poder en turno”.Añadió: “Así es la Navidad hoy en Palestina. Este es el mensaje navideño. La Navidad no se trata de Santa ni de árboles iluminados o regalos”. VIAfuera del Velódromo Olímpico de la Ciudad de México, durante las tres primeras semanas de diciembre, cada año se instala un tianguis en el que se vende todo lo necesario para montar un buen Nacimiento: pesebres, heno, musgo, pastores, animalitos, ángeles, estrellas de Belén, Reyes Magos y, por supuesto, figuras de María, José y el Niño Jesús.Hay Niños Jesús de tez blanca y oscura de varios tamaños. Solo falta la venta de escombros y kufiyas para no olvidar lo que hoy sigue sucediendo en Gaza.AQ​

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