Monfragüe, un tesoro sostenible en el corazón de Extremadura
Los objetivos que tiene la Junta de Extremadura en el Parque Nacional de Monfragüe son proteger sus ecosistemas y asegurar la conservación y la recuperación de los hábitats y de las especies que en él se encuentran y compatibilizarlo con el desarrollo económico de los municipios de la zona. Para ello, se están invirtiendo 3,8 millones de euros provenientes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la UE Next Generation EU. Monfragüe fue declarado Parque Natural en 1979, y en 2007 fue elevado a la categoría de Parque Nacional, el nivel más alto de protección en España. Además, es Reserva de la Biosfera desde 2003 por la UNESCO y forma parte de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zona de Especial Conservación (ZEC). Monfragüe es conocido por ser uno de los mejores lugares de Europa para la observación de aves, especialmente rapaces. Las especies más representativas son el Buitre negro, el Águila imperial ibérica, la Cigüeña negra, el Águila perdicera, el Águila real o el Alimoche. El parque es un refugio del Bosque y Matorral Mediterráneo, el mejor conservado de Europa, formado por encinas, alcornoques, quejigos, acebuches, madroños, durillos, jara, brezos y lentiscos. Su paisaje se caracteriza por sus formaciones rocosas escarpadas, como el famoso Salto del Gitano (o Peña Falcón), una impresionante pared vertical que atrae a numerosas aves autóctonas. Contemplar las riberas de los ríos Tajo y Tiétar que atraviesan el parque, formando los embalses de Torrejón, es todo un espectáculo. Para la Junta de Extremadura es vital que se compatibilice el uso público del parque con su conservación, a la vez que se potencia la actividad investigadora. El Parque Nacional de Monfragüe es un tesoro natural y un ejemplo destacado de la armonía entre conservación y desarrollo sostenible, que ha sido objeto de numerosas actuaciones sostenibles para conservar su rica biodiversidad y garantizar un uso responsable de sus recursos naturales. Esta gestión se realiza a través del control de especies invasoras que amenazan la flora y fauna autóctona y también a través de la restauración de hábitats. También en esta sostenibilidad juega un papel fundamental la conservación de especies emblemáticas del parque que están en peligro de extinción como el águila imperial ibérica, el buitre negro, águila perdicera y la cigüeña negra. En algunos casos, se realizan proyectos de reintroducción de especies autóctonas que han desaparecido de la zona, como el lince que favorecen el equilibrio ecológico del parque. Otro aspecto a destacar es la restauración de los hábitats, por ejemplo, con el caso de los ungulados a los que es necesario controlar ya que su sobre población pone en peligro la biodiversidad del Parque. La Junta trabaja para que se pueda realizar este control a través de actuaciones cinegéticas no comerciales ni deportivas en terrenos públicos y privados del Parque. En cuanto a la prevención de los incendios forestales es, sin duda, una de las claves en la protección de la Biodiversidad en Monfragüe. La Junta de Extremadura ha aprobado un nuevo plan de uso y gestión, pendiente de refrendo por parte del Ministerio, que intenta recuperar las actividades tradicionales que durante cientos de años se han desarrollado en el hoy Parque Nacional sin menoscabo alguno ni para su conservación ni para su biodiversidad. Monfragüe cuenta con un rico legado histórico que incluye restos arqueológicos de diferentes épocas (de especial interés son las numerosas muestras de pinturas rupestres). Es, además, un lugar de paso tradicional de la Trashumancia, lo que añade un valor etnográfico a la zona. El Parque Nacional es un referente para el ecoturismo, atrayendo a observadores de aves, fotógrafos de naturaleza y senderistas de todo el mundo porque promueve un turismo sostenible, con rutas de senderismo bien señalizadas, miradores para la observación de aves, y centros de interpretación que fomentan la educación ambiental. La educación ambiental en Monfragüe se promueve a través de los centros de interpretación, donde los turistas pueden aprender sobre la importancia de la conservación y las buenas prácticas en el parque. Además, la colaboración con la comunidad local es constante. La Junta de Extremadura trabaja con ellos en el fomento del turismo rural, porque las poblaciones cercanas al parque han desarrollado infraestructuras de turismo rural, que permiten a los visitantes disfrutar de la cultura, gastronomía y tradiciones locales, mientras se respeta el entorno natural. Para conseguir que los ciudadanos se involucren, se impulsan proyectos de participación ciudadana y voluntariado ambiental, donde los residentes y visitantes pueden involucrarse en diversas actividades de reforestación, limpieza de ríos y campañas de concienciación. Las actuaciones sostenibles por parte de la Junta de Extremadura en el Parque Nacional de Monfragüe son un ejemplo de cómo es posible equilibrar la conservación de la naturaleza con el desarrollo económico y el disfrute de los visitantes. Estas medidas no solo preservan el patrimonio natural y cultural del parque, sino que también fomentan un modelo de gestión que sirve de referencia para otros espacios protegidos.