Este es el terrible efecto que provoca en tu hijo recibir más de 4 regalos
Los regalos que reciben en casa, en la del abuelo, las tías, los padrinos… Vivimos en una cultura altamente compleja para poder regular nuestro nivel de consumo y el consumo que trasladamos sin ser conscientes a nuestros hijos, y que se hace especialmente difícil de controlar en estas fechas navideñas. A pesar de esta complejidad, advierte Patricia Gutíerrez Albaladejo, psicóloga, profesora universitaria y creadora y fundadora de Familiando ( Centro TAP ), «aquellas familias que quieran poder regular este tema deberán tomar consciencia de sus hábitos. Este es el primer paso para no caer en el excesivo consumo que tenemos en Navidad ». Gutiérrez Albaladejo, también autora del libro 'Descubre (tus) valores: guía práctica para educar y proteger', recuerda que en ocasiones, incluso, «los propios familiares compiten por quienes hacen el regalo más especial, único o caro, desde la necesidad de constatar que queremos mucho a nuestros hijos, nietos, sobrinos…». Esta manera de demostrar el cariño, admite esta experta, «nos lleva inequívocamente al consumo, así que si queremos regular deberemos buscar otras formas de hacer llegar nuestro amor , haciendo tomar conciencia a los más pequeños de la casa del coste y el esfuerzo de aquellos que desean o piden». ¿Es recomendable poner un máximo de regalos y… cumplirlo...? Es importante poder acordar dentro de la familia o de la pareja (dependerá de la edad de los niños/as) cuántos regalos podremos escribir en las cartas de Reyes o Papá Noel, para que regulemos el consumismo propias de las fechas. A las familias todo nos parece poco e insuficiente, pero muchos lectores recordarán de otras Navidades que sus hijos e hijas terminan no abriendo todo por el exceso de «bultos» o jugando con el papel de burbujas o la caja que envuelve el regalo. Parece entonces que cuando tienen muchos regalos dejan de valorarlos volviéndose casi invisibles, es mejor poder hacer un número de regalos consensuados, hechos con mucha intencionalidad, pensando mucho en los interés y deseos que hacer muchos donde se diluya pronto la motivación por explorarlo. Se habla de un máximo 4 regalos, uno que necesiten, otro que deseen, etc, etc. ¿Cuál es su opinión al respecto? Es difícil cerrar un número óptimo porque las realidades de las familias son muy diversas, pero si debemos acotar el número para que la familia extensa, amigos y nosotros mismos no generemos un exceso de regalos. Hablar con nuestros hijos de aquello que les ilusiona, de lo que quieren y desean, equilibrando su petición con regalos más «útiles» puede ser una buena fórmula ante la prevención del consumismo. ¿Cuáles son las temidas consecuencias del niño hiperregalado? Cuando hiper regalamos a nuestros hijos e hijas les lanzamos un mensaje sin ser muy conscientes del mismo: «todo lo que deseas lo tendrás», y lo cierto es que como adultos sabemos que todo lo que deseamos no es posible obtenerlo, incluso cuando nos esforzamos para obtenerlo. La tolerancia a la frustración, cultivar el valor de la paciencia y generar en ellos alternativas en su bienestar cuando no logran aquello que desean es algo que debamos mostrarles y cuando les regalamos por encima incluso de los que piden les estamos impidiendo que aprendan estos recursos fundamentales de afrontamiento. Así que aunque las familias tengamos la capacidad económica para poder regalar todo aquello que quieren nuestros hijos e hijas, debemos pensar en el modelo educativo que queremos para ellos, qué les va a sumar más en su vida adulta y cómo podemos hacer que sean adultos más sostenibles y respetuosos.