Feliz Navidad
Se llama Andrea y no tiene más de cinco años. Es menuda, chiquitita y va a bordo de una destartalada silla de ruedas que su padre empuja no sin cierta desgana. Digo que va a bordo porque la parálisis no impide a Andrea surfear las calles con un rostro entusiasmado y una sonrisa esplendorosa de las que dan envidia. El viento, a veces, remueve su melena como si Andrea fuera en la proa del Titanic haciendo frente a los elementos. Andrea no para, sigue su camino sin reparar en su incierto destino pero vibrante con su pobre silla y una hermosura arrolladora. La pequeña no sabe que ya no podrá ir a las bodas de sus tíos o sus hermanos... Ver Más