Combustible, batería y líquidos: Cuidado con estos componentes del coche con el frío
El tiempo invernal puede causar estragos en los vehículos y dificultar a los conductores la realización de maniobras básicas con seguridad. Así que, y en primer lugar, vigila el limpiaparabrisas, mejor colocar una cubierta de goma que evita que el hielo se acumule en las escobillas. Además, es importante contar con líquido limpiaparabrisas suficiente, puesto que derrite el hielo y la nieve depositados en el parabrisas. Controla también la presión de los neumáticos. Cuando la temperatura disminuye de 10°C, la presión de los neumáticos cae entre 0,07 y 0,14 bares, lo que afecta negativamente la tracción y el manejo del vehículo. Esto puede aumentar el riesgo de accidentes, según Geotab, especialmente en condiciones de hielo o nieve. Además, una presión inadecuada puede provocar un desgaste irregular de los neumáticos, reduciendo su vida útil y aumentando los costes de mantenimiento y el consumo de combustible. Las baterías de los vehículos pueden comportarse de forma diferente en invierno. Comprobar la batería es un paso importante durante el invierno para asegurarse de que sus conductores no se queden tirados en ningún momento sin poder encender la calefacción. En invierno los vehículos necesitan un poco más de energía, se necesita más potencia para arrancar el motor con el frío y también se obtiene menos energía de la batería. Revisar el refrigerante de su vehículo también es vital para asegurarse de que los vehículos están preparados para el invierno. El anticongelante puro, que es etilenglicol, se congela a unos -13°C. Algunos distribuidores mezclan el anticongelante con agua destilada para reducir el punto de congelación. Ciertos componentes del vehículo corren un mayor riesgo de averiarse en invierno. Mangueras, correas, bombas de agua y bujías en mal estado pueden hacer que sus conductores se queden tirados en el arcén. Esto es especialmente peligroso cuando hace mal tiempo, ya que las bajas temperaturas pueden afectar a la seguridad de los conductores cuando el vehículo no puede funcionar o dar calor. Asimismo, controlar los niveles de combustible. Lo último que desea un conductor es quedarse tirado debido a un bajo nivel de combustible en medio de la nieve. En invierno, los vehículos tienden a consumir más combustible debido a las bajas temperaturas y el uso de sistemas como la calefacción. Además, ante las bajas temperaturas, un tanque lleno reduce la posibilidad de que se forme condensación en el depósito, lo cual puede congelarse y causar problemas en el sistema.