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Desaguadero: el punto de fuga del oro ilegal peruano que luego Bolivia exporta

En el interior de la primera planta de un edificio de tres pisos ubicado en el distrito de Desaguadero, frontera con Bolivia, un ambiente tétrico, muy parecido a una celda de máxima seguridad, nos da la bienvenida. “Aquí algunos compadres traen su oro. Se pesa, y si es legal, y tiene buena ley, se paga en el acto”, explicó Rogelio, a quien protegeremos su identidad por razones de seguridad. 

El espacio de aproximadamente 30 metros cuadrados es un típico lugar donde los mineros informales e ilegales peruanos acuden hasta la frontera entre Perú y Bolivia para vender oro que extraen de diversas minas puneñas sin ningún tipo de control y regulación. 

La habitación está dividida en dos. En el lado del vendedor yace una mesa con su silla, una balanza eléctrica, un pequeño horno y un soplete que funciona con gas. El pagador se encuentra detrás de una infraestructura de fierro y atiende por una rejilla para entregar el dinero. A esta cabina, sólo se ingresa por una puerta muy pequeña, y hay otra que funciona como punto de escape. 

“No recibimos a cualquiera. Tiene que ser muy conocido. Se gana bien, pero se corre riesgo. Cuando traen su oro, nosotros ya sabemos de dónde es. Solo trabajamos con gente muy confiable, nada más”, contó Rogelio.

En Ananea, la extracción de oro es artesanal, pero la remoción de tierra para la acumulación de oro es a gran escala. Foto: La República

EL CIRCUITO ALTIPLÁNICO

El negocio formal de Rogelio pertenece al rubro de cambio de moneda extranjera, pero compra oro sólo a personas conocidas porque en una sola transacción se puede obtener una ganancia que oscila entre 3 a 5 mil dólares, dependiendo de la cantidad del mineral ofertado. Los intermediarios luego venden el material aurífero a grandes acopiadores bolivianos que arriban desde La Paz hasta Desaguadero. 

Los mineros podrían vender directamente su oro al mayorista boliviano, pero prefieren a los cambistas peruanos porque ofrecen liquidez y confiabilidad, y porque cruzar el río Desaguadero supone mucho riesgo para ellos. 

“Para mí esto es legal porque yo compro y lo vendo al frente [Bolivia] y me gano mi porcentaje. Es así el negocio. Uno vende y gana algo. No podemos comprar a todos porque es muy peligroso, puede haber asaltos y nos denuncian por lavado de activos”, dice el comprador cuando tiene que justificar su desconfianza y sus extremas medidas de seguridad. 

En Desaguadero, al sur de Puno, abundan las casas de cambio, pero los puntos donde se compra oro, son los más insospechados. Algunos se camuflan como tiendas de venta de cambio de dinero boliviano y otras son fachadas de tiendas comerciales.

El tráfico de oro peruano hacia Bolivia, se mimetiza con la alta actividad comercial que existe entre ambos países altiplánicos.

Según la Dirección Regional de Energía y Minas de Puno, no hay registro oficial del número de mineros que trabajan en las minas informales del altiplano. Sin embargo, se estima que cerca de 100.000 personas están dedicadas a extraer oro. 

El mayor centro de explotación de oro informal es La Rinconada, en la provincia de San Antonio de Putina. Allí laboran todos los días cerca de 30.000 mineros. 

Los comercializadores viajan camuflados a la frontera con Bolivia, pese al riesgo de ser intervenidos. Foto: La República

BOLIVIA EXPORTA ORO PERUANO

Todo el oro peruano que se explota no se comercializa de manera formal, pagando impuestos, sino que se vende al mercado informal y su ruta de salida hacia Bolivia es Desaguadero. 

Según el Registro Integral de Formalización Minera (REINFO), del Ministerio de Energía y Minas (Minem), se han inscrito 12.107 mineros. De ese total, hoy 8.305 se encuentran en la condición de suspendidos, es decir, que no han culminado el proceso de formalización. Es decir, 7 de cada 10 mineros que se inscribieron en el REINFO, están suspendidos. 

Los que están registrados venden el mineral de manera legal y pagan impuestos en acopiadoras formalmente inscritas. Sin embargo, la cifra resulta ínfima en comparación a la cantidad de mineros que trabajan en diversos asentamientos de toda la región Puno. El ingeniero de minas Rogelio Llanos explicó a La República que el Estado fomenta la ilegalidad porque los trámites de formalización son engorrosos, por lo que ante la necesidad de contar con más liquidez, los mineros prefieren venderle al acopiador local. 

“Lo que pasa es que la mayoría de mineros sacan dos gramos al día, y eso cantidad le garantiza su alimentación (entre S/250 y S/270 por gramo), y eso se vende en el acto. Los acopiadores son los que ganan cuando acumulan en kilos, y ellos son los que llevan oro a Bolivia. Si el Banco de la Nación, aunque sea a menos precio, comprase el oro, otra sería la realidad”, explicó. 

El jefe de la X Macro Región Policial de Puno, general PNP Isaac Candia Haro, indicó a La República que pese al esfuerzo que hace la policía contra toda actividad ilegal, entre otras la minería, los implicados se las arreglan para eludirse por la amplia frontera que existe con Bolivia. 

Antes que el oro llegue a Desaguadero, primero pasa por Juliaca. En esta ciudad, considerada el emporio comercial más importante del sur del país, se estima que existen aproximadamente 300 casas de acopio informal de oro. 

Estos centros fueron escenario recientemente de más de un asalto a mano armada. Según la PNP, en los últimos diez años, se han registrado más de 70 atracos armados antes y después de la venta de oro a mineros informales que, al no poder sustentar la preexistencia del dinero, los agraviados no denuncian el robo. El caso al final termina en el archivo. 

El oro que se acumula en Juliaca se traslada a la frontera con estrictas medidas de seguridad por diversas carreteras. Los vendedores repletan los vehículos con equipos de seguridad y se mimetizan como pasajeros. De ese modo pasan desapercibidos. El traslado del oro sólo se hace si es que no hay un comprador y un punto confiable donde se haga la transacción con suficiente liquidez. Uno de esos establecimientos es el que dirige Rogelio. 

Como resultado, el oro que pasa por Desaguadero a incrementado la exportación de este mineral por parte de Bolivia, según el especialista en minería informal e ilegal de V&C Analistas, Dante Vera Miller: “La producción de oro en Bolivia no llega ni a 500 onzas, sin embargo, exporta más de 2 mil onzas de oro. Sucede que el 93 % del total de su exportación no la produce. Eso significa que a Bolivia está entrando un oro que no lo producen ellos y la hipótesis es que proviene del oro peruano que ingresa de contrabando a Bolivia y ellos exportan el oro peruano como si fuera producido en Bolivia”, explicó. 

En Desaguadero, los que aportan dinero en efectivo para venta del oro son los cambistas. Foto: La República

RECUADRO

EL DATO

● Análisis. “En Bolivia ingresa el oro mediante contrabando e incluso el Banco Central de Reserva de Bolivia compra ese oro por la escasez que tiene de dólares y lo exporta para tener dólares porque ellos tiene una escasez muy grande de reservas en dólares”, explicó el experto Dante Vera Miller. 

● El conducto. “El oro pasa la frontera y es comprado de manera formal por las autoridades de Bolivia y en el Perú la frontera es una coladera. La porosidad de nuestra frontera es terrible. De Bolivia viene el mercurio que se usa para la explotación de oro, añadió.

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