La Navidad de pasado mañana, por Mirko Lauer
Lo principal de la Navidad es el milagroso nacimiento en Belén. Pero es importante la fecha, en Occidente el 25/12. La relación entre la fecha y el hecho es lo que algunos gobernantes han movido a voluntad. Unos se han quedado con la fecha, pero para darle otros usos, como en Corea del Norte; otros solo han cambiado la fecha, como Nicolás Maduro este año, al 25 de octubre.
La fecha misma es histórica, pero no se encuentra, como se dice, tallada en mármol. La Biblia no informa sobre el día o la estación del año en que nació Cristo. Incluso el más temprano cristianismo no celebraba la fecha, y es en el año 312 que el emperador Constantino instaura la celebración, que a su vez se ha movido con los diversos calendarios.
Una versión estándar es que la Navidad inicialmente estaba fijada el 6/1, pero tuvo que ser movida por confluir ese inicio de año con una celebración pagana. Los propios Reyes Magos de inicios de enero evocan una buena voluntad esencialmente oriental y no cristiana. Pero alejarse de la fiesta pagana no ha bastado, y el paganismo no es manco.
La tiránica dinastía de Corea del Norte comprendió temprano la fuerza de la Navidad como momento culminante de una religión mundial moderna, y se aupó. Así, el 25/12 es el cumpleaños de la abuelita del actual gobernante, heroica, como toda la familia, algo que nunca sabremos si es cierto o no. La fecha está rodeada de festividades oficiales (no hay otras).
Luego de su suculento fraude electoral de este año, el dictador Maduro movió la fecha navideña al primero de octubre, coincidentemente el Día del Trabajo. Presentó la medida como un gracioso regalo a la sorprendida población, en uno de los países de la región más acogotados por la corrupción y la pobreza. Los gallegos Castro no se atrevieron a tanto en Cuba.
Desde un punto de vista cultural, lo que tenemos son dos celebraciones del nacimiento de Jesús climáticamente distintas: la del hemisferio norte rodeada de frío y nieve, y la del hemisferio sur a las puertas del verano meridional. Sin embargo, la noche de paz que mencionan los villancicos ocurrió en un lugar donde desde hace mucho reina la guerra.