El parque de hielo más grande del mundo está en China: se construye cada año y temperaturas llegan a los -34°
La ciudad de Harbin, en el noreste de China, es el escenario del parque de hielo más grande del mundo, un lugar que combina arte, cultura y turismo invernal. Con temperaturas que llegan a los -34 °C, este destino atrae a turistas de todo el mundo durante el Festival de Hielo y Nieve de Harbin, que se celebra entre diciembre y marzo.
El evento, suspendido entre 2020 y 2022 por la pandemia, incluye parques temáticos, esculturas de hielo y espectáculos impresionantes. En su edición número 26, el Mundo de Hielo y Nieve ocupa un millón de metros cuadrados y utiliza 300.000 metros cúbicos de hielo y nieve, consolidándose como un referente del turismo en la provincia de Heilongjiang.
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El Festival de Hielo y Nieve de Harbin: una maravilla invernal que atrae a millones de visitantes
El Festival de Harbin reúne cada año a más de un millón de personas. Durante el invierno pasado, el parque recibió a más de 30.000 visitantes diarios y se espera que este año supere los 2,7 millones. Además del Mundo de Hielo y Nieve, el festival cuenta con el Sun Island International Snow Sculpture Art Expo, donde se exhiben esculturas de nieve gigantescas, y el Zhaolin Park Ice Lantern Fair, famoso por sus linternas de hielo iluminadas.
La edición 2024 incluye nueve áreas temáticas que recrean paisajes emblemáticos de 42 países y tres regiones miembros del Consejo Olímpico de Asia. Entre sus atracciones destacan la torre principal, con columnas de hielo inspiradas en los Juegos Asiáticos de Invierno 2025, y el Super Ice Slide, un tobogán con 24 carriles y un invernadero para resguardarse del frío extremo.
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¿Cómo se crean las impresionantes esculturas del Festival de Harbin, en China?
El río Songhua proporciona el hielo de alta calidad utilizado en las estructuras del festival. Más de 10.000 trabajadores recolectan bloques de las secciones más claras del río, conocidas por su transparencia y densidad. Con herramientas como motosierras y picos, transforman los bloques en monumentos de hasta 20 metros de altura.
La tecnología también juega un papel crucial: se emplea agua desionizada para mejorar la claridad del hielo y luces LED multicolores para iluminar las esculturas. Estas técnicas combinan tradición y modernidad, creando una experiencia inolvidable para los visitantes.