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Los cuatro bancos más grandes de EE.UU. van camino a un año récord de ganancias

Los cuatro mayores bancos de Estados Unidos van camino de hacerse con su mayor cuota de los beneficios del sector en casi una década, una señal de cómo están consolidando su posición dominante en el mercado.

JPMorgan Chase, Bank of America (BofA), Citigroup y Wells Fargo, los cuatro mayores bancos estadounidenses por depósitos y activos, registraron en conjunto unos beneficios de u$s88.000 millones en los nueve primeros meses de 2024, según cálculos del Financial Times basados en cifras del rastreador del sector BankRegData.

Juntos representan el 44% de los beneficios del sector bancario estadounidense, la cuota más alta para los nueve primeros meses del año desde 2015, a pesar de que los datos engloban a más de 4000 bancos del país.

Sumando a US Bank, PNC y Truist, los siete mayores bancos por depósitos generaron casi el 56% de todos los beneficios bancarios en los nueve primeros meses del año, frente al 48% del mismo periodo de 2023.

JPMorgan, BofA, Citi, Wells, US Bank y Truist declinaron hacer comentarios. PNC no respondió a las solicitudes de declaraciones.

Los datos proceden de los beneficios comunicados a la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, el regulador bancario, y sólo se refieren a los beneficios dados a conocer por las entidades bancarias estadounidenses.

Los bancos también pueden incluir diferentes negocios en los datos que comunican, y las entidades más grandes como JPMorgan y BofA incluyen los beneficios de la banca de inversión y el trading, donde muchos bancos más pequeños no compiten.

Aunque las cifras no coinciden a la perfección con los beneficios que los bancos comunican a los inversores, demuestran la creciente importancia del tamaño en la industria bancaria frente a los mayores costos regulatorios, tecnológicos, de marketing y operativos que afronta. Las empresas más grandes pueden repartir estos costes entre más clientes.

"Cuando se está muy por debajo de los bancos más grandes, resulta muy difícil realizar las inversiones necesarias y tener el mismo reconocimiento de la marca", afirma Chris Kotowski, analista bancario de Oppenheimer.

"Somos una sociedad muy móvil, especialmente desde el Covid. Mucha gente que se traslada de Nueva York a Florida, por ejemplo, ¿de verdad necesita tener un banco diferente en Florida que en Nueva York?".

EE.UU. tiene un sistema bancario inusualmente fragmentado, consecuencia en gran medida de que la consolidación se vio retrasada por unas restricciones a la banca interestatal que no se levantaron hasta los años ‘80.

La posición dominante de los mayores bancos estadounidenses ha impulsado las peticiones de una mayor consolidación entre los bancos más pequeños para competir mejor.

La negociación se ha ralentizado en los últimos años, pero hay esperanzas de que la próxima Administración Trump pueda adoptar una política más permisiva.

Bob Diamond, ex CEO de Barclays y actualmente al frente de una firma de inversión, le dijo al FT a principios de diciembre que creía que el número de bancos estadounidenses podría reducirse a menos de la mitad en los próximos tres años.

Pero los principales competidores de los grandes bancos son cada vez más entidades no bancarias, entre ellas firmas privadas de crédito, que ofrecen servicios similares a los bancarios.

Entidades financieras como Apollo, Affirm y Rocket Mortgage se han convertido en prestamistas a empresas, compradores de vivienda y consumidores cada vez más influyentes, aunque estos préstamos suelen estar financiados por bancos.

En el mercado hipotecario, las empresas no bancarias gestionan ahora más de la mitad de los préstamos hipotecarios estadounidenses, frente al 11% en 2011.

En su carta anual a los accionistas, el consejero delegado de JPMorgan, Jamie Dimon, denunció que el gigante tecnológico Apple actuaba "a todos los efectos" como un banco al guardar, mover y prestar dinero.

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