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Los diez mejores discos internacionales de 2024, según ABC

Abc.es 
Como es tradición, los críticos y melómanos de ABC han elegido sus diez discos favoritos internacionales de 2024. En el podio del año pasado en este mismo apartado, se situaron Boygenius (las triunfadoras), seguidas de Sufjan Stevens y Caroline Polachek. Aquí llegan los artistas condecorados este año, ordenados los álbumes desde número 10 al disco ganador. ( En la elaboración del listado se ha contado con los votos de Fernando Rojo, David Morán, Javier Villuendas, Fernando Pérez, María Alcaraz, María Carbajo, Israel Viana, Nacho Serrano, Andrés Castaño, Luigi Gómez, Carlos G. Fernández, Adrián Peñacoba y Javier Palomo ). Por Israel Viana. Hace tiempo que echo de menos un poco de mala leche y suciedad en los discos de Nick Cave. Un poco de ese «Mister Mother Fucker, you know who I am?», que gritaba antaño en 'Stagger Lee' como si fuera un asesino de verdad. Pero entonces suena 'Joy' y todo ese equilibrio perfecto entre el amor y la violencia que añoro me suena a prejuicio. Dos notas de piano por aquí, un coro de fondo por allá y el capo de los Bad Seeds cantando como si recitara salmos… Pura belleza la de este 'Wild God' (Pias, 2024) en el que cuanto menos hay, más emociona. «La rabia y el odio perdieron su encanto tras la muerte de Arthur», reconoció en una entrevista sobre la trágica muerte de su hijo, que se precipitó por un acantilado tras consumir LSD. A esta pérdida le siguieron la de su otro hijo, Jethro, y la de su exnovia y colaboradora, Anita Lane. Su música se sumió en el luto y, por momentos, en el tedio (con perdón). Ahora, sin embargo, parece haber perfeccionado la fórmula y ha escrito algunas de las canciones más bellas de esta última década de dolor: 'Final Rescue Attempt', 'Conversion', 'Cinnamon Horses', ese 'Long Dark Night' inspirado por un poema de san Juan De la Cruz y el final de 'As the Waters Cover the Sea', elevadas todas ellas por los impresionantes coros de Double R Collective. Nick Cave se ha convertido en algo así como el bicho raro del mainstream –se le pudo ver asistiendo a la coronación de Carlos III de Inglaterra y bailando en la zona VIP del concierto de Springsteen junto a Chris Rock, Lars Ulrich y Sting–, pero sin hacer muchas concesiones, para suerte de sus seguidores más veteranos, como queda demostrado, una vez más, en su 'Dios salvaje'. A sus 71 años, Kim Gordon ha saltado al vacío y no solo no se ha partido la crisma, sino que ha caído de pié y bailando. Mientras su ex, Thurston Moore, y Lee Ranaldo siguen jugando a exprimir la seña de identidad de Sonic Youth, la cantante y bajista ha preferido coger el camino más largo, el menos predecible, el más arriesgado, y ha adelantado a sus excompañeros por la derecha como un rayo. 'The Collective' suena al debut de una artista inquieta de veintipocos en 2025, que ha sido realizado, en realidad, por alguien que empezó a componer hace medio siglo. Y no, no hay rock en las nuevas canciones de Gordon. Hay electrónica, trap, rap, música urbana retorcida y mala hostia, mucha mala hostia. La increíble 'Bye Bye' del inicio, la tensión contenida de 'Shelf Warmer', el techno de 'Dream Dollar'... y así 45 minutos sin respiro. Cuando su compañero de generación en los días vibrantes de Nueva York a principios de los 80, Mark Cunningham, dijo en ABC que «Sonic Youth sabía que no podía cambiar mucho si quería seguir en lo más alto» no sé estaba refiriendo a esta Kim Gordon… por suerte. Por Luigi Gómez. Este disco tenía que estar aquí. Necesitaba estar aquí. Adrianne Lenker ya nos había mostrado sobradamente su feroz delicadeza al frente de su banda Big Thief, pero es su trabajo en solitario el que nos transporta a escenarios de belleza prácticamente vírgenes, no sondeados por el ser humano. Ya lo hizo con su anterior trabajo y vuelve a hacerlo aquí pero en esta ocasión con más empaque si cabe. Casi puedes extender el brazo y mover las partículas de polvo que flotan en el aire de la habitación donde Lenker grabó estas canciones. Es tan inmediato, tan presente, tan verdad. No hace falta ni cerrar los ojos para notar la todopoderosa pero contenida presencia de la joven de pasado tormentoso que canta junto a ti. Estas navidades es tiempo de regalos, regalense a Adrianne Lenker. Por Javier Villuendas. Uno de los discos más elegantes del año, sonidos añejos con una capa etérea que remiten a película de David Lynch, básicamente el viejo pop rock flotando atemporal e íntimo en una obra que amerita, como dicen los clásicos de ayer y hoy, un concierto en sala y silencio sepulcral sin borrachos hablando de sus ombligos llenos de pelusa y vómito. No parece fácil, al menos en Madrid. Canción ligera incluso, crooner y hasta 'chanson' si nos ponemos, Jessica Pratt brilla en esta colección de pequeñas piezas mágicas que evidentemente son algo grande. El riesgo de no ser muy excitante o aburrida lo despista con juegos vocales de chiringuito celestial y/o quimérico. Un lujo de buen gusto para este mundo que no le ha dado la espalda: dos millones de oyentes mensuales. Hay esperanza para la delicadeza. Resulta que al final la clave iba a ser ella. Kim Deal. La reina encubierta de ese triángulo de las Bermudas formado por Pixies, Breeders y el gruñón de Frank Black. A diferencia de las últimas referencias de estas otras bandas suyas –icónicas del indie de los 90, pero con álbumes alejados ahora de su brillante pasado–, la socarrona compositora se ha sacado un disco de pop (casi) perfecto de la manga. Quítale un par de rarezas y ya. Los sencillos apuntaban alto y han cumplido las expectativas: las melodías redondas de 'Coast' y 'A Good Times Pushed' podrían ser hits de las Breeders; la tristeza de 'Are You Mine?' nada envidia a la inconmensurable 'Oh!' producida antaño por Steve Albini, y las bonitas trompetas finales de 'Nobody Loves You More' son un delicioso salto al vacío. Con el tiempo que se ha tomado para su debut en solitario, con una producción mucho más cuidada (y menos espontánea) de lo habitual, Deal ha conseguido lo que parecía imposible: dejar en evidencia a los Pixies del siglo XXI Mucho más directo y menos meditado que su antecesor 'Everything Harmony', este 'A Dream is All We Know' puede despistarte un segundo (o tal vez dos) si no estás atento y no consigues sorber el suco que lleva el hueso. La excelencia no se alcanza únicamente a través de la ampulosidad del arte elevado, no señor, y no dudéis ni por un segundo: este disco es excelente. Es un ejercicio de nostalgia que sin embargo suena absolutamente contemporáneo, absolutamente actual. Una orgía de armonías vocales que surfean los vertiginosos riscos de unas líneas melódicas que se te incrustan en el cerebro desde la primera escucha. ¿Cómo revivir el pasado sin convertirse en una parodia melancólica? Es lo que deberíamos preguntarles a los dos hermanos D'Addario, dos talentosísimos post-púberes que, sin necesidad de latigazos paternos, y a base de amor por esto de la música le están dando enormes alegrías a los amantes de las grandes canciones en el sentido clásico de la palabra. Este álbum sirve de garantía del futuro de ensueño que les depara a unos creadores que encuentran canciones hasta entre los cojines del sillón. Por Carlos G. Fernández. Hace falta al menos un mes para estudiarse todo lo que propone aquí El Creador, pero por lo pronto encontramos un disco llenísimo de referencias, de samples (africanos, japoneses, estadounidenses) y de temas (demasiados, desembocado en paranoia cuando todos se combinan). Un disco abrasivo y sin descanso que entra por los ojos con la inmensa campaña de promoción y una imagen muy trabajada alrededor del concepto de la máscara: la persona y el personaje, muy de moda esta semana. Quien ya fue 'Igor' y 'Flower Boy' adelanta en histrionismo a todos los demás raperos y activa el modo artista total. Como álbum conceptual lo tiene todo, nos falta saber si alguna de las canciones trascenderán hasta el estrellato pop o si quedarán como demasiado herméticas, con demasiados requiebros aventurados Por María Carbajo. Fieles a su indie rock pero arriesgando más y divirtiéndose con todo tipo de instrumentos y una producción de quitarse el sombrero regresan los vampiros cinco años después para marcarse el que sin duda es uno de los discos del año. Vuelven, además, dejando claro que han venido a jugar. Trompetas, arreglos de cuerda, riffs estridentes de feria marca de la casa y la común pero perfecta voz de Ezra Koenig en un álbum en el que hasta coquetean con el hip-hop en lo estrictamente musical. Un disco con potenciales hitazos de su característico jolgorio casi inocente como 'Prep-School Gansters', y viajes sonoros experimentales como 'The Surfer' o la magnífica 'Connect' con un piano que te explota la cabeza. Desde el inicio, con 'Ice Cream Piano' y su subidón, la escucha activa te sale natural. Se suele hablar de madurez cuando un grupo se marca un trabajo redondo, no sabemos si se trata de eso, pero desde luego se respira genialidad. A nivel marca y nivel mediático, y perdonen las náuseas por hablar en términos tan economicistas, Charli XCX ha publicado el disco del año. La reina del hyperpop y del bedroom pop, los dos géneros que desde los arrabales de las habitaciones sin vistas y con fibra óptica han conquistado los grandes escenarios de los festivales de modernos, la veneran. Hasta Aitana se autoetiquetó bedroom pop en alguna canción, imaginen la desfachatez pero también el triunfo de una ideología que venía a ser la digievolución del 'lo-fi' de antaño, de Daniel Johnston y demás, básicamente el 'do it yourself' ('háztelo tú mismo') de toda la vida. Charli es la mujer del momento , en definitiva, pero, aún siendo del 92 tiene una larga carrera detrás con cinco discos más, además de este 'Brat', y hasta un documental como Samantha Hudson. En 'Brat' todo está constituido y calculado al detalle, desde su propia portada y concepto, para alcanzar la cima del pop ya 'mainstream', limando quizá experimentación sin perder vanguardia, para aunar hordas de 'brats', o como demonios se llamen sus fans, sin perder a los de antes para que no cambien de acera sonora. Su anterior disco, de hecho, 'Crash', era tanto mejor que este, que tiene magia, audacia y pegajosidades magníficas como '360', 'Von dutch' o 'I think about it all the time' que no se los salta un torero habilidoso en el hipocampo de tus recuerdos (antiMemento), pues te agarran y se instalan con un populismo más o menos propio, por tanto digno, para pacer por largo tiempo: una okupa respetable. Por Fernando Pérez. 'My childhood was small, but I'm gonna be big', proclamaba (más a modo de exorcismo automotivacional que con genuina chulería 'gallagheriana') el vocalista de Fontaines D.C., Grian Chatten, en uno de los instantáneos trallazos post-punk de 'Drogel' (2019), el inflamable disco de debut que colocó de modo fulminante a la banda de Dublín en la 'pole' de la carrera por el título de nueva gran esperanza blanca de la resurrección de la música de guitarras. Cinco años y varias reinvenciones después , los irlandeses parecen dispuestos a cumplir los sueños de grandeza de su 'frontman' con un cuarto álbum que sirve de indisimulado ariete para derribar las paredes fortificadas del 'stadium rock'. Un salto adelante que tiene tantos hallazgos reales como peligros potenciales. Sacrificada la urgencia y la rabia de sus inicios y el aire atávico y ritual que emanaba del estupendo 'Skinty Fia', 'Romance' arrasa una detrás de otra todas las barreras estilísticas como si fueran papel de fumar. Efluvios de 'dream pop' articulan un disco en el que caben apuntes electrónicos, guiños grunge, revisiones shoegaze, aldabonazos industriales, maravillas pop ('Favourite', homenaje al Robert Smith más saltarín), florituras orquestales, guiños al britpop ('In the Modern World' tiene un clara deuda con Blur) e incluso la inspiración del rap (la impactante 'Starbuster', que también recuerda horrores a EMF, como dejó caer en un sonado 'beef' el menor de los Gallagher). Un alarde de versatilidad que cobra sentido y esquiva el peligro del pastiche al conectar con la idea central del disco: reflejar la ansiedad, al límite de la paranoia, que provoca un mundo hiperconectado, anegado de estímulos y en constante cambio en el que es imposible no sentirse por momentos exiliados de la realidad, deambulando cual sonámbulos en el desarraigo emocional. La mejorada capacidad de Chatten para arrancar la máxima expresividad a su voz es decisiva en este empeño. La elección de 'Romance' como disco del año es más que razonable: es un trabajo ajeno a las modas, que mira al futuro desde el pasado y que confirma la grandeza y la ambición de una banda mutante y cada vez más inclasificable. Pero tampoco nos engañemos, a su favor juegan las ganas que muchos tenemos de reivindicar que el rock, ese ancestral tardígrado mutante, sigue vivo y vigente en plena dictadura algorítmica de la música 'tiktokeable'. Y ya que parecen querer jugar en esas ligas mayores, no da la sensación, aunque solo el tiempo dictará la sentencia definitiva, de que estemos ante un hito al nivel del impacto y la influencia de palabras mayores como un 'OK Computer' o un 'Automatic for the People'. Lo que sin discusión sí deja 'Romance' es mucha curiosidad sobre su siguiente paso, la próxima vuelta de tuerca. En este lustro de vértigo han mostrado sobradas dosis de inteligencia para evolucionar de forma admirable, pero hay algunos momentos inquietantes de 'Romance' que no quedan tan lejos de los Smashing Pumpkins más plastas o de la épica engolada de unos Muse cualquiera. Pero espantemos de momento los eventuales fantasmas de las navidades futuras y disfrutemos del hoy y el ahora de una banda que, sin apenas borrones y en continuo crecimiento, se ha ganado el derecho a sentirse en la cima del mundo (y a liderar esta lista, que es lo realmente importante). ------ El resto de la lista: 11 Ca7riel y Paco Amoroso - 'BAÑO MARÍA' 12 MJ Lenderman - 'Manning's Fireworks' 13 Linkin Park - 'From Zero' 14 Clairo - 'Charm' 15 The Cure - 'Songs of a Lost World' 16 Jamie xx - 'In Waves' 17 Sabrina Carpenter - 'Short and Sweet' 18 Billie Eilish - 'Hit Me Hard and Soft' 19 Twenty One Pilots - 'Clancy' 20 Kanye West - 'Vultures 1' 21 Bill Ryder-Jones - 'Good Health' 22 Chanel Tres - 'Accounts' 23 Cindy Lee - 'Diamond Jubilee' 24 Sara Landry - 'Spiritual Driveby' 25 Travis - 'L.A. Times' 26 DEADLETTER - 'Hysterical Strength' 27 beabadoobee - 'How Tomorrow Moves' 28 E - 'Living Waters' 29 Ariana Grande - 'Eternal Sun' 30 Justice - 'Hyperimpulse' 31 Billy Strings - 'Roadside Prayers' 32 Beth Gibbons - 'Surpassed Lives' 33 Camera Obscura - 'Look East, Look West' 34 107 Faunos - '107 Faunos' 35 The Messthetics & James Brandon Lewis Quartet - 'Self-Titled (Impulse!)' 36 Nilüfer Yanya - 'My Method Actor' (Ninja Tune) 37 Kendrick Lamar - 'GNX' 38 Beyoncé - 'Cowboy Carter' 39 Waxahatchee - 'Tiger's Blood' 40 Nathy Peluso - 'Grease' 41 Soccer Mommy - 'Evergreen' 42 Gracie Abrams - 'The Secret of Us' 43 La Sonrisa - 'Wall of Eyes' 44 Maggie Rogers - 'Don't Forget Me' 45 Kali Uchis - 'Orchids' 46 Bahía Magdalena - 'Imaginal Album' (Mama+Papa) 47 Melt-Banana - 'Melt-Banana' 48 JPEGMAFIA - 'JPEGMAFIA' 49 Dillom - 'Cesarean' 50 Blood Incantation - 'Absolute Elsewhere' 51 Fin del Mundo - 'We Grew a Forest' 52 The Black Keys - 'Ohio Players' 53 Avishai Cohen - 'Humility (Believe / Naivety)' 54 Karate - 'Make It Fit' (Numero Group) 55 Ducks Ltd. - 'Danger Road' 56 MK Gee - 'Two Stars and Dream Police' 57 Red Hot Organization / Kronos Quartet - 'Outer Spaceways Incorporated' 58 Katie Gavin - 'What a Relief' 59 Pixies - 'The Night the Zombies Came' 60 Peter Perrett - 'The Cleanup' 61 Duki - 'Ameri' 62 Taylor Swift - 'The Department of Tortured Poets' 63 St. Vincent - 'Everyone Was Born Screaming' 64 The Pastels - 'The Pastels' 65 Godspeed You! Black Emperor - 'Untitled as of February 13, 2024 (28,340 Dead)' (Constellation) 66 Club 8 - 'A Year with Club 8' 67 Lia Kohl - 'Normal Sounds' 68 Tucker Zimmerman - 'The Dance of Love' 69 Doechii - 'Alligator Bites Never Heal' 70 Trueno - 'The Last Dance' 71 Post Malone - 'F-1 Billion' 72 The Offspring - 'Supercharged' 73 Floating Points - 'Floating Points' 74 Michael Kiwanuka - 'Small Changes' (Universal) 75 Bahía Magdalena - 'Imaginal Album' 76 Alan Sparhawk - 'White Roses, My God' (Sub Pop)

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