Chau ronquidos para siempre: los cinco alimentos que debes comer antes de dormir para dejar de roncar
A la hora de buscar un buen descanso, los ronquidos pueden ser un problema constante. Este molesto sonido puede ser provocado por la obstrucción de las vías respiratorias, generando que esas personas tengan problemas en el sueño.
Aunque las causas de su aparición varían, como el sobrepeso y la congestión nasal, la alimentación es una aliada fundamental para dejar de roncar y poder dormir de la mejor manera.
El vínculo entre la dieta y los ronquidos
Especialistas aseguraron que la alimentación y el sueño están conectados de manera bidireccional, lo que significa que lo que consumimos puede influir directamente en la calidad de nuestro descanso.
Como mencionamos anteriormente, las causas más comunes del ronquido son la obstrucción parcial y la acumulación de mucosidad en las vías respiratorias superiores durante el sueño.
Así como algunas elecciones alimenticias pueden ayudar a reducir la inflamación en las vías respiratorias y promover una respiración más fluida, otros alimentos intensifican estos problemas, dificultando el flujo de aire y aumentando la probabilidad de roncar.
Cuáles son los cinco alimentos que ayudan a evitar los ronquidos
Frutas y verduras
Alimentos como las manzanas, los frutos rojos, las espinacas y los pimientos son conocidos por sus antioxidantes y vitaminas que ayudan a reducir la inflamación y fortalecen la salud respiratoria.
Pescado rico en omega-3
Los ácidos grasos omega-3 como el salmón y la caballa ayudan a reducir la inflamación y pueden favorecer un sueño más rápido y reparador, especialmente útil para quienes sufren de apnea.
Hierbas y especias
El jengibre, la cúrcuma y el ajo puede contribuir a despejar los senos paranasales, mejorando la respiración.
Frutos secos y semillas
Almendras, semillas de lino y chía proporcionan grasas saludables y otros nutrientes esenciales para el sistema respiratorio.
Té verde
Beber esta bebida antes de dormir favorece la relajación muscular y reduce la inflamación, contribuyendo a una respiración más fluida durante el sueño.
Otros consejos para dejar de roncar
- Mantén un peso saludable: Mantener un peso corporal adecuado puede reducir significativamente la probabilidad de roncar. El exceso de peso, especialmente alrededor del cuello, puede ejercer presión adicional sobre las vías respiratorias, aumentando las vibraciones que causan el ronquido.
- Evita el consumo de alcohol y sedantes antes de dormir: El alcohol y ciertos medicamentos sedantes pueden relajar excesivamente los músculos de la garganta, lo que contribuye al colapso de las vías respiratorias y al ronquido. Evitar su consumo antes de acostarse puede ayudar a reducir los ronquidos.
- Establece una rutina de sueño regular: Mantener horarios regulares para dormir y despertarse puede ayudar a establecer patrones de sueño más saludables. Un sueño regular y adecuado puede reducir la frecuencia y la intensidad del ronquido.
- Cambia de posición al dormir: Dormir de lado en lugar de boca arriba puede ayudar a evitar que la lengua y el paladar blando caigan hacia atrás, obstruyendo parcialmente las vías respiratorias y provocando ronquidos. Algunas almohadas están diseñadas específicamente para alentar a las personas a dormir de lado.
- Mantén las vías respiratorias limpias y despejadas: Asegúrate de mantener las vías respiratorias despejadas antes de acostarte. Trata cualquier congestión nasal debido a alergias o resfriados con medicamentos adecuados, como descongestionantes o antihistamínicos.
- Utiliza dispositivos para abrir las vías respiratorias: Hay dispositivos médicos diseñados para abrir las vías respiratorias y mejorar la respiración durante el sueño. Algunos ejemplos incluyen dilatadores nasales o dispositivos de avance mandibular, que pueden ayudar a reducir los ronquidos en algunas personas.
- Consulta a un especialista: si los ronquidos persisten a pesar de intentar estos consejos, es recomendable consultar a un especialista en trastornos del sueño. Pueden evaluarte y recomendar tratamientos adicionales, como terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) u otros dispositivos médicos.