World News in Spanish

Roba el cadáver de su madre en Avilés para ver "si está muerta", promete al juez que "no lo hará más" y queda en libertad

R.A.D., de 60 años, que está siendo investigado por violación de sepulcro, se ha mostrado arrepentido, dice que estaba muy afectado porque la muerte "fue muy repentina" y había que "saberlo todo"

De la amenaza de cierre al candado: un cementerio privado en Asturias se clausura con 3.000 nichos dentro

Un juzgado de Avilés ha dejado en libertad a R.D.A., de 60 años, tras mostrar su arrepentimiento por haber sustraído el cadáver de su madre, fallecida en Nochebuena, y trasladarlo a su domicilio en su coche particular para “comprobar si había muerto de verdad”. El hombre se ha comprometido a “no volver a hacerlo” y no se le han impuesto medidas cautelares, aunque será investigado por un delito de violación de sepulcro.

Hoy, lunes, el hombre ha justificado su sorprendente acción en que “él es el único que ha estado con ella toda la vida y había que saberlo todo”.

Su madre, una mujer nonagenaria, había sido enterrada en el cementerio parroquial de San Cristóbal de Entreviñas, en Avilés, pero su hijo no acababa de asimilarlo. Por eso, no lo dudó dos veces y sobre las cuatro de la tarde del pasado 28 de diciembre acudió al camposanto, retiró la lápida situada en el tercer piso de las baterías de nichos, bajó el féretro, cogió el cadáver y lo introdujo en el maletero de su coche.

Seguidamente, se trasladó hasta su domicilio, en el barrio de La Folleca, situado a tres kilómetros de distancia, y al llegar a su casa lo colocó en una silla.

Tras dejar el cadáver en su domicilio, regresó al cementerio donde saludó a las personas que estaban en ese momento y volvió a colocar la lápida en su sitio, colocó flores frescas y tiró otras.

Una sepultura “movida” y todo “tirado y roto”

Una hora después, una feligresa muy alterada buscó al párroco Francisco Javier Panizo, que se disponía a oficiar una misa, y le comentó que “habían movido una sepultura, que estaba todo tirado y roto” y además faltaba una persona “recién enterrada”.

El párroco ha reconocido ante los medios de comunicación que el hijo tuvo que realizar una fuerza “descomunal” porque extrajo el féretro de un tercer nivel de nichos, rompió la estructura de la bovedilla, que es de ladrillo, sacó el ataúd, lo bajó y lo arrastró por el cementerio hasta llegar a su coche particular.

Una noche en los calabozos

Tras ser detenido, R.A.D. pasó la noche en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional en Avilés. Ayer domingo, el magistrado titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 7 de Avilés, en funciones de guardia, ordenó la identificación, reseña y foto del cadáver, que había sido trasladado a las dependencias de La Carriona por la Policía Científica, según confirmó a elDiario.es Asturias un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA).

Simultáneamente, R.D.A. era trasladado al departamento de Psiquiatría del Hospital de San Agustín, en Avilés, para ser evaluado.

Los facultativos que le atendieron consideraron que “no era necesario su ingreso”, así que de nuevo pasó a disposición de la Policia Nacional en calidad de detenido.

Unas horas más tarde, el magistrado acordaba su puesta en libertad y la apertura de diligencias por su presunta autoría en un delito de violación de sepulcro.

Alegó que estaba “muy afectado”

El hombre declaró que “lo había hecho para comprobar que había muerto de verdad porque su muerte había sido repentina y él se encontraba muy afectado por el acontecimiento y se comprometió ante el juez a que no iba a volver a cometer nada en la tumba”.

No se le impuso medida restrictiva alguna y, por ello, puede seguir visitando la tumba. No obstante, según las mismas fuentes, en el caso de que “realice cualquier otra acción contra el sepulcro, se adoptarían otras medidas”.

Una vez que el hombre mostró su arrepentimiento, abandonó la sede judicial sin medidas cautelares y la madre puso ser enterrada de nuevo, por segunda vez, en cinco días.

Читайте на 123ru.net