El 2025 electoral, por Mirko Lauer

Quizá la pregunta más interesante para la política peruana en el 2025 es sobre qué sucederá con los aspirantes electorales de más recursos para el 2026. En principio hablamos de dos personas: Keiko Fujimori y César Acuña. A la primera le va bien en las encuestas; el segundo tendrá que seguir moviéndose por interpositas personas.

Parte de la respuesta a la pregunta anterior es que la campaña electoral más seria comenzará tarde. Las candidaturas con más recursos (económicos, organizativos) a la vez pueden y necesitan hacer campañas cortas, y enseñar sus cartas muy al final. Las otras candidaturas tienen que alargar sus campañas, para ir recogiendo por el camino todo lo que les falta.

Pero no todo ricachón político va a adelantarse. Si bien la candidatura de Fujimori ya está cantada, la figura de Acuña puede tomarse su tiempo en aparecer, porque el zar de Trujillo va a demorar lo necesario para detectar la mejor opción. Además sospechamos que para él llegar a la presidencia no es tan central como para Fujimori.

Candidatos que podrán mover recursos en el 2025: Rafael López Aliaga moverá aún más el recurso municipio de Lima; Antauro Humala moverá un mix de antisistema, antifujimorismo, y anti Dina Boluarte, con la mirada puesta sobre todo en el Congreso; Francisco Sagasti podría atraer a una amalgama de lo empresarial y lo izquierdista.

Para las otras decenas de candidatos el pronóstico incómodo del 2025 es que no habrá realmente sorpresas. El tema electoral ya ha sido tan manoseado que lo que ahora vemos es más o menos lo que es. Sobre todo para agrupaciones sin acceso a la publicidad fuerte de medios y redes, y sin una figura genuinamente carismática.

Resumiendo: un primer semestre con pitufos dando vueltas frente a un electorado displicente, y un segundo semestre que ve entrar a la competencia a los pesos pesados. El Gobierno sentirá la tentación de ayudar a algún precandidato menor, pero no les va a servir de mucho, a ninguno de los dos. En verdad Boluarte ya está fuera de todo peso en la política electoral.

Quien todavía hará intentos de influir en los resultados del 2026 será el Congreso. Acuña y Fujimori harán alianza para impedirlo, que será la antesala de una continuidad en el reparto del poder que ya se está dando.