Lo manso
Platero y yo, la elegía andaluza de Juan Ramón Jiménez, propone esa intangible y bucólica narrativa entre un hombre solitario y su compañero que brilla sin palabras: burro, mascota, escudero, cabalgadura. Encuentro ancestral y mitológico entre el hombre y la bestia, entre el hombre y el ángel que no lleva huesos, entre la bestia de lo humano de la cual él se refugia y lo humanizado de poder tocar la platería de ese ser posiblemente puro, improbable, también bendito. Fueron las lecturas que nos embelesaron, esas lecturas obligadas en la primaria de un tiempo perdido en la educación pública...