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A Coser, el emprendimiento que transforma la costura en productos sostenibles de uso cotidiano

De manera autodidacta, Tatiana Arroyo Fallas se especializó en la costura, impulsada por el deseo de contribuir a la sostenibilidad mediante la elaboración de piezas de uso cotidiano más allá de las prendas de vestir.

Administradora de empresas de profesión, inició su relación con las telas, hilos y agujas desde joven, confeccionando sus propios vestidos, ya que la oferta comercial no cumplía con sus necesidades. “Yo me hacía mis vestidos y trajes de baño porque soy de complexión pequeña”, explica.

Con el tiempo asumió el compromiso de crear piezas que aportaran a la sostenibilidad ambiental. La idea de emprender surgió tras regresar a Costa Rica en 2013, luego de una estadía de ocho años en Polonia, donde vivió por motivos laborales de su esposo.

Hace tres años fundó A Coser en San Francisco de Heredia, un emprendimiento que gestiona junto a su pareja, Daniel Esquivel, encargado de la parte administrativa. La inversión inicial provino de recursos propios. Ocasionalmente se apoyan de una persona en el proceso de elaboración de los artículos.

Arroyo, oriunda de Desamparados, importa desde Polonia telas impermeables certificadas, con las que confecciona bolsos y canguros. El material utilizado se fabrica bajo un enfoque sostenible.

Sus productos están dirigidos principalmente al público femenino e incluyen piezas hechas con la técnica de crochet y algodón, como bolsos para audífonos y llaveros.

“Mis productos están enfocados en mujeres que tengan una visión de sostenibilidad, que quieran hacer el cambio y vivir en un ambiente más amigable con el medio ambiente”, destaca Arroyo, quien cuenta con un maestría en Administración Internacional de la Universidad Tecnológica de Gdansk, en Polonia.

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Desde el inicio de A Coser, Arroyo ha tomado cursos sobre administración de emprendimientos. Ella y su esposo se establecieron en Heredia hace más de una década debido a sus trabajos en empresas multinacionales.

Artículos de uso femenino

Arroyo, de 49 años, explica que, en su búsqueda por aportar a la sostenibilidad, comenzó a estudiar opciones de productos de higiene íntima femenina, como protectores diarios y toallas sanitarias, inicialmente para uso personal. Al comprobar su eficacia, decidió elaborarlos para comercialización, siendo estos sus primeros artículos en el mercado nacional.

“Empecé a buscar opciones para mí que fueran sostenibles y naturales. Los protectores de uso diario tienen una vida útil de al menos cinco años. Ahora genero un porcentaje mínimo de basura y eso me da la satisfacción de aportar al medio ambiente”, comenta.

Arroyo subraya que diseña sus productos pensando en su propio uso y en agregar valor. Los protectores y toallas se confeccionan con algodón y manta, materiales que contribuyen a la reducción de residuos. La reutilización es clave en su propuesta, especialmente considerando el alto volumen de desechos no degradables que generan los productos que se ofrecen en comercio convencional.

Cuenta con la asesoría de ginecólogas que también promueven sus artículos. Arroyo vende un kit de cinco protectores con una bolsita de manta por ¢15.000. Las toallas sanitarias, que comercializa desde hace un año, están hechas con tela absorbente de bambú certificada, adquirida como material excedente de una empresa nacional. El juego de dos toallas con bolso incluido tiene un precio de ¢12.000.

“Aplicamos la economía circular: minimizamos los residuos reutilizando como materia prima materiales que ya no se necesitan ”, señala Arroyo. Además, considera que es necesario educar sobre el uso de estos artículos y sobre la higiene íntima femenina.

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Aunque la demanda aún no es alta, Arroyo percibe interés creciente. “Cuando voy a las ferias, preguntan dónde encontrar los productos. Son un ahorro a largo plazo”, comenta.

En la actualidad los productos más vendidos son los bolsos, cuyo precio es de ¢20.000 y los canguros los coloca en ¢14.000.

A Coser fue uno de los siete emprendimientos, uno por provincia, destacados por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) en noviembre pasado, recibiendo un premio de $1.000. De 45 postulaciones, 16 llegaron a la etapa final.

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