Sky Televisión se adapta para afrontar la nueva era de los medios
Dana Strong no concede muchas entrevistas. Una experiencia que vivió, poco después de que se convirtió en directora general de Sky en 2021, en parte explica por qué. En un informe de prensa se le acusó de no vivir en Londres, donde la compañía de medios y telecomunicaciones tiene su sede, y de utilizar un avión privado para “desplazarse” hasta su casa en Filadelfia.No niega haber realizado viajes regulares a Estados Unidos (EU) en 2021. Brian Roberts, director general de Comcast, propietaria de Sky, le ofreció usar el avión de la compañía para sus visitas. Strong aún no se había vacunado contra el covid-19 y quería que pudiera visitar a su madre, que sufría cáncer en fase avanzada, sin exponerse al virus. El cáncer le arrebató la vida a su madre ese año.“Fue un acto de bondad y siempre le estaré agradecida por eso”, dice sobre Roberts. Sin embargo, la historia claramente la lastimó: después de que apareció, “tuve que volverme increíblemente cautelosa. En realidad, no soy una persona a la defensiva… soy muy optimista. Pero mentiría si dijera que no había una cicatriz allí”.Casi cuatro años después, Strong ya no es una cara nueva en la compañía fundada por Rupert Murdoch y que marcó el comienzo de la revolución de la televisión de paga en el Reino Unido. Sky ahora es parte del imperio Comcast, y el gigante de medios y cable con sede en Filadelfia pagó casi 38 mil millones de dólares (mdd) por ellos en 2018, sumándose a una cartera que incluye el estudio Universal Pictures y la cadena NBC. Strong es la cara pública de Sky y lentamente ha cambiado su cultura y estrategia, alejándose de la distribución por satélite a la entrega digital, ya que la industria global de los medios se ve sacudida por servicios de streaming con mucho dinero como Netflix y Amazon.Se incorporó a la compañía en medio de la pandemia y de lo que ella llama una “confluencia de acontecimientos que se da una vez en una generación”, cuando incluso el negocio principal de Sky, el de deportes en vivo, se había cerrado. “Resulta que Sky es muy singular porque se encuentra en el epicentro de tantas industrias diferentes”, dice Strong, señalando la disrupción de las cadenas de suministro relacionada con la pandemia y la escasez mundial de chips, que frenó la producción de la tecnología en los decodificadores y televisores de Sky. Si a esto le sumamos una crisis en el costo de la vida y una prolongada huelga de guionistas de Hollywood, que congeló la producción de series de televisión y películas durante más de un año, Sky fue muy golpeada en varios frentes.Un año después de ocupar el cargo, Comcast asumió una amortización de 8 mil 600 mdd por su compra de Sky, responsabilizando al “difícil entorno económico” en Europa, exacerbado por la pandemia y la guerra. Las pérdidas anuales de Sky se duplicaron el año pasado, debido al aumento de la inversión. Strong es más positiva ahora, en particular con respecto a la cartera de deportes de Sky. Los derechos clave, como la Premier League inglesa, se conservaron hasta el final de la década, junto con los de la Liga de Futbol Inglesa; torneos de tenis, incluido el US Open, así como la liga de golf y rugby. En sus negocios europeos, Sky se enfrenta a una mayor competencia por los derechos, pero se mantiene como el mayor propietario de los derechos de los partidos de la Bundesliga alemana y tiene los derechos de la Liga de Campeones en Sky Italia.También se muestra optimista en cuanto a la actual de series originales de Sky. Contrató a la exdirectora general de Fremantle, Cécile Frot-Coutaz, para dirigir los estudios Sky y su trabajo está dando frutos en dramas como Sweetpea, El tatuador de Auschwitz y la nueva versión de Sky de El Chacal (The Day of the Jackal), protagonizada por Eddie Redmayne como el asesino. Strong dice que la serie “ha sido muy bien recibida”.Menos claro es el presupuesto futuro de Sky News. Comcast prometió financiarlo hasta 2028, parte de sus compromisos regulatorios cuando compró la compañía; Strong dice que está comprometida con el canal. Más importante aún, el control exclusivo de Sky sobre la programación de HBO, la cadena propiedad de Warner Bros Discovery, termina en 2026. Warner dijo que en los mercados europeos lanzarán Max, su servicio de streaming independiente. Strong, que no hará comentarios sobre las negociaciones con Warner, anteriormente dijo que las series de HBO se van a seguir transmitiendo en Sky (en los últimos años, estos programas han incluido ganadores como Succession y The White Lotus). Sin embargo, Warner también puede vender licencias de la programación futura a otros servicios.En una complicación adicional, Sky en septiembre demandó a Warner por violar un acuerdo que le da el derecho a coproducir nuevos programas junto con Max, incluida una nueva serie de Harry Potter en 2026.“Me siento bien al respecto”, dice Strong, cuando le pregunto sobre la relación de la compañía con Warner. “Podrías decir: ‘se ve tranquila y confiada’”.Strong ya pasó la mayor parte de los últimos 25 años fuera de EU. Nació en Ohio y vivió en Chicago y Florida cuando era niña. Estudió en Filadelfia, consiguió su primer trabajo como consultora en Boston y luego se mudó a Sydney, donde con el tiempo trabajó para John Malone, el llamado “cowboy del cable”, que transformó el panorama de la televisión de paga en EU. Luego tuvo un paso por Dublín y luego por Londres, donde fue directora de operaciones de Virgin Media (también parte del imperio Malone). Luego trabajó para Roberts en Comcast en Filadelfia, antes de regresar a Londres para trabajar en Sky, donde el nuevo gobierno laborista cambió recientemente los acuerdos fiscales para los extranjeros mediante la abolición de la exención para los residentes no domiciliados.Strong no quiere hablar de sus propios acuerdos fiscales, pero dice que el gobierno tiene la oportunidad “de atraer a jóvenes emprendedores al país a través de visas, exenciones fiscales para nuevas empresas y un enfoque en la innovación, la tecnología limpia y la inteligencia artificial”.“Creo que hay una humildad en el Reino Unido, que no entiende lo atractivo que es vivir en Londres y en el Reino Unido en general”, agrega. “Hay una aceptación global de esta cultura”.Elude hábilmente la pregunta sobre si el Reino Unido podría beneficiarse de abrir los brazos a los ejecutivos estadunidenses alarmados ante la perspectiva de la inminente presidencia de Donald Trump. En cambio, recuerda cómo Irlanda, a donde se mudó en enero de 2011, “trabajó incansablemente como gobierno para atraer empresas y emprendedores extranjeros” después de la crisis financiera de 2008. “Creo que hay modelos en la historia en los que se puede impulsar una economía fomentando realmente la inversión”.Sky tiene 35 mil empleados. Otras grandes empresas del Reino Unido advierten que los recientes cambios del Partido Laborista a las contribuciones a la seguridad social pagadas por los empleadores reducirán sus utilidades. “Es material”, dice sobre el impacto. “¿Estoy preocupada? No. Siempre encontramos la manera de superarlo. Pero, sin duda no es un cambio pequeño”.La renuencia de Strong a hablar con la prensa después de su experiencia en 2021, se extiende a sus apariciones en el escenario en eventos de la industria, donde rara vez revela mucho de sí misma. Es una pena porque tiene un agudo sentido del humor y una risa contagiosa.También tiene lugartenientes leales. Su equipo directivo cambió desde la adquisición de Comcast, con Stephen van Rooyen, director general de la operación británica de la compañía, el último jefe de una unidad de negocios en irse, renunciando a principios de año.Strong trata de cambiar la cultura de las dos primeras décadas del control de Murdoch, cuando Sky estaba dirigida por ejecutivos muy agresivos como el fallecido Sam Chisholm y Tony Ball. (Chisholm incluso tenía una placa en su escritorio que decía: “Errar es humano, perdonar no es mi política”).En los años de Murdoch, los jefes de las unidades de negocio de la compañía eran personajes igualmente importantes, incluso cuando los altos mandos cambiaban: James Murdoch trató de mejorar las credenciales ecológicas de Sky, construyendo un molino de viento para que el grupo pudiera generar su propia electricidad; mientras que Jeremy Darroch, el predecesor inmediato de Strong, era conocido por ser un jefe reflexivo y considerado.“Sky siempre fue una cultura de muy alto rendimiento”, dice Strong. “Había personalidades increíblemente grandes, todas ellas al mando de empresas muy grandes pero casi independientes”. Era, añade, una “cultura basada en la fricción”. ¿Está en desacuerdo con ese enfoque? “Estoy a favor de una cultura de colaboración. Y ambas tienen razón. Ambas funcionan en épocas diferentes. Lo que hice fue un llamado a la colaboración y la asociación”.Estas facetas son más importantes dado el cambiante panorama de los medios, dice. Señala el papel que desempeña Sky para muchos hogares como puerta de entrada a aplicaciones como Netflix y Amazon, además de ofrecer programación gratuita de emisoras de servicio público como la BBC y como ITV.Hace una analogía deportiva: “Soy una aficionada del rugby y lo que me encanta es que se trata de que todo el equipo avance simultáneamente. No hay una sola estrella en la alineación; todos desempeñan un papel en el campo”.Sin embargo, la jugadora de equipo tiene algo de temple en ella y me pregunto si alguna de las grandes personalidades que dejaron la empresa estaba obstaculizando sus planes. “¿Puedo permanecer en silencio con respecto a eso?”, dice. “Siempre trato de ser cortés”.Mientras se ciernen nubes oscuras sobre la industria de los medios, ¿no deberían los inversionistas reducir sus expectativas? “Sin duda se produjo un cambio en el modelo de distribución”, dice. “A través de ese cambio, algunas compañías, no todas, (pero) algunas empresas resultaron afectadas”. Según ella, Comcast se ve menos afectada y Sky está bien posicionada para prosperar con un modelo de negocio diverso que ofrece banda ancha y otros servicios digitales junto con su programación. Es posible que haya pasado la mayor parte de su vida adulta fuera de EU, pero su perspectiva positiva perdura. “Mi optimismo por los medios no ha disminuido en ningún sentido”.ERR