Los Reyes no siempre son puntuales
Nada hay más doloroso que ver sufrir a un hijo. Tan cierto como que tendemos a borrar de nuestra memoria los recuerdos más dañinos. Por eso no sé si mi hijo tenía cinco o seis años cuando una neumonía severa lo llevó a ingresar en el Hospital San Juan de Dios del Aljarafe en el día de fin de año. La neumonía estaba extendida por ambos pulmones, y lo sometieron a un tratamiento antibiótico intravenoso contundente. Mi memoria quiere olvidar, pero no puede, cómo mi pequeñísimo niño lloraba, aterrado y dolorido, cuando tenían que pincharle para colocarle la vía o extraerle sangre. Los días avanzaban, se acercaba la fecha de los Reyes Magos. Pero mi hijo no respondía al tratamiento.... Ver Más