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Un exitoso ejercicio de supervivencia en Zamora (95-105)

Abc.es 
Al Real Betis Baloncesto le va la marcha. Da la impresión que camina muchas veces por el desfiladero y a tientas, esquilmado como está de recursos, con tres bajas importantísimas y plantando cara a la adversidad, pero el equipo verdiblanco resiste y resiste. Y vuelve a ganar. No se amilana ni se quiebra por engorroso que parezca el desafío. En Zamora se adentró en la peligrosísima dinámica de un partido de anotación voraz que domesticó en el tramo final del segundo cuarto y especialmente en el tercero, cuando rubricó un parcial de 3-29 que no lo libró de ese sufrimiento que lo acompaña en cada salida. Le exigió lo máximo el Caja Rural Zamora y a cada andanada rival tuvo respuesta el Betis, que se abrigó muchos minutos en una defensa zonal y se apoyó ofensivamente en el triángulo Renfroe-Hughes-Radoncic , Los tres acumularon 70 de los 105 puntos que fueron capaces de reunir los verdiblancos (18 triples convertidos de 40 intentos) en un partido sin tregua ni frenos, divertido y repleto de alternativas hasta el definitivo acelerón verdiblanco. La victoria tiene aún mucho más mérito dado que Jelinek forzó para jugar después de un proceso febril y Pablo Marín, según ha comentado en sala de prensa Gonzalo García de Vitoria, sufre un dolor en el Aquiles que no le ha dejado participar, El acto de apertura comenzó con una buena noticia, la baraka de Renfroe desde el triple, y acabó con otras más bien preocupantes. La que más, la inconsistencia defensiva del Betis Baloncesto, un equipo tierno y de lo más esponjoso, sin energía ni atención en las ayudas, tendente al despiste y sin poder en la zona, donde el Zamora no tiene mucho talento pero sí altura y envergadura. Si Renfroe (pleno de acierto en sus cuatro primeros triples) hizo mucho daño con la mirilla telescópica, Saintel no le anduvo a la zaga poniendo mucho físico y alternando las suertes . El Zamora jugaba en equipo, de manera coral (diez asistencias en los diez primeros minutos), y le recetó casi 30 puntos al conjunto verdiblanco. El 27-25 invitaba a torcer el gesto. La defensa visitante se lo estaba tragando todo. Demasiadas fisuras y un ritmo anotador elevadísimo que el Betis Baloncesto tenía que reducir obligatoriamente. A como diera lugar. Hanzlik acertaba otra vez de tres y se la devolvía de inmediato Atencia , a pies juntos (30-28). Luego fotocopió el hispano-colombiano un tiro desde la esquina contraria que le hizo la corbata y volvió a encestar por triplicado asumiendo la responsabilidad (32-31). Kasibabu volvió pronto a pista confirmando que su mal apoyo del primer cuarto se quedó en un susto. Gonzalo juntó a dos bases, pero el Betis no acababa de encontrarse y se esfumó de la pista en tres jugadas nefastas: un triple sin vigilancia de Hearst , una canasta en rebote de ataque de Nikic tras pérdida de Hughes después de un tiempo muerto; y dos puntos más de Lo con Radoncic, su par, mirándolo (42-31). No tenía combustible el Betis ni claras las ideas, pero a partir de ese instante cambió todo. Tras un triple de Powell (45-34), el Betis se blindó en la defensa zonal e inició la escalada de la remontada haciendo cumbre con la campana del segundo cuarto. Renfroe, el único verdiblanco iluminado entonces en Zamora, lijaba la desventaja a una distancia tolerable con su quinto triple (45-40). Benite , gris, se sacó de la manga dos puntos con adicional (45-43) para estirar el parcial al 3-12. Ya llovía menos. Casi había escampado. Domenech, desde la línea de personal, equilibró el partido (45-45) y Radoncic firmaba otro más que uno que le daba la vuelta al choque en una reacción de raza y carácter del equipo bético , que se marchó a vestuarios siete arriba (45-52) tras dejar seco a su rival y endilgarle un rotundo 3-21 de parcial liderado por Renfroe (17 puntos ya), Radoncic y Domenech, las tres piezas capitales. Hasta el rebote (19 capturas) ganaba el Betis, cuya suerte en el triple (10/25) le daba vitaminas extras . Lo primero que hizo Renfroe nada más reanudarse el choque fue asistir a Kasibabu para ampliar el colchón y meter un nuevo triple, el sexto. Qué capacidad tan extraordinaria para domar un partido la del estadounidense. Benite se animaba desde la línea mágica (45-60) y el parcial seguía creciendo, hasta el 3-29, como una marea que se tragaba al Zamora. En los diez-doce puntos se estabilizó la ventaja del Betis. Jugaba mucho small-ball y con dos interiores muy móviles que no están pero aparecen: Domenech y Radoncic. Hughes despertaba a la fiera anotadora que lleva dentro , Renfroe clavaba su séptimo triple y el Betis, de nuevo en zona, se disparaba reduciendo a cenizas la oposición zamorana (55-73). La actuación de Renfroe, por cierto, era magistral. Tiene 38 años y se lanzaba a por balones imposibles como si de un rookie se tratara. Bajó un poco el pistón el Betis y el Zamora le echó el aliento tras un 13-3 de parcial (68-76) que se elevó al 16-3 tras triple de Hanzlik sobre la bocina (71-76). El aviso estaba lanzado y era doble: ni cabía la opción de relajarse ni Renfroe podía estar sentado en el banquillo . Lo ajustaba más Lo (73-76) y el partido era ya un intercambio de golpes con los torsos al desnudo (80-81). El Betis se había atascado de nuevo, penalizado por la intermitencia. Saintel culminaba la remontada zamorana en el enésimo giro de guion (82-81) gracias a un dos más de Saintel. Del mal, el menos: dos libres erraron los anfitriones. Restaban seis minutos y Renfroe apagó de nuevo el fuego con otros seis puntos y una asistencia (85-92) . Los verdiblancos seguían en zona en un partido convertido en un 'tiroteo', precioso. No se rendía el Zamora, triple tras triple, pero el Betis siempre tuvo respuesta. Lo de Hughes ya era cosa muy seria y Benite fue de lo más clínico en el 4,60 (91-97). A un minuto, cuatro de ventaja para el Betis tras un obsequio en forma de pérdida de Radoncic (95-99), que se desquitó en la siguiente acción con un ganchito antes del broche final: un latigazo frontal de Hugues (95-105).

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