El motor del cambio
Cuando lo derrocó Nasser, a mediados del siglo XX, el Rey Faruk de Egipto profetizó que en breve no quedarían en el mundo más monarcas que el de Inglaterra y los cuatro de la baraja. Como era musulmán, aunque no demasiado ferviente, se olvidó de los Reyes Magos, cuyas cabalgatas sobrevivieron en España incluso durante la convulsa etapa republicana, y si incluyó a la Corona inglesa fue porque se había educado en Gran Bretaña. Lo que no tuvo en cuenta, y le costó el trono, es que las monarquías europeas se habían asegurado la continuidad adaptándose al marco constitucional de base parlamentaria y conservando la legitimidad de ejercicio mediante la ejemplaridad de sus titulares y una función arbitral de competencias... Ver Más