Musk publicita gratis a AfD y acusa a Merkel de todos los males de Alemania
Días atrás, la publicación de un artículo firmado por Elon Musk , en el que el multimillonario estadounidense pedía el voto para la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD), causó la dimisión de varios destacados periodistas de 'Welt am Sonntag' y desencadenó una agria polémica en el país. Anoche, Musk se burló de esa polémica y puso en evidencia su insignificancia, desde el punto de vista de su propio poder mediático. En horario de máxima presencia de usuarios en X, su red social particular y en la que cuenta con más de 210 millones de seguidores, mantuvo una conversación en tiempo real con la presidenta de AfD y candidata a las elecciones alemanas del 23 de febrero, Alice Weidel , demostrando que no necesita a ningún periódico alemán para interferir en la campaña electoral. Musk presentó brevemente a Weidel como el «candidato principal» y el «más popular», mientras acusaba a Angela Merkel de haber arruinado a Alemania «como la primera canciller verde», por haber abierto las fronteras y haber obligado a las empresas energéticas a pasarse a la energía solar y eólica. Weidel parecía nerviosa en los primeros minutos y tendía a enredarse en un inglés inmaduro, pero fue ganando confianza a medida que pasaban los minutos, combinando formulaciones contundentes, como «gobierno ridículo», con un optimismo manso: «Alemania es un gran país». Durante la distendida charla, la complicidad y el alto grado de acuerdo que mostraron ambos se extendió desde asuntos como la guerra en Ucrania hasta la Inteligencia Artificial, en un tono amigable y una dinámica en la que se daban la razón el uno al otro incansablemente. «Mi gran esperanza sois Trump y tú, de verdad te lo digo; en Ucrania llevan tres años muriendo personas para nada, mientras los países del a Unión Europea ofrecen este triste espectáculo… ¿Qué pueden hacer? No tienen capacidad militar ni tienen poder de negociación, sólo siguen haciendo lo de siempre, dejar que sea EE.UU. el que viene a resolver…», criticaba Alice Weidel, que preguntaba con curiosidad cómo tiene pensado el nuevo gobierno estadounidense cumplir con su promesa electoral de terminar con la guerra «en veinticuatro horas». «Bueno, eso es cosa de Trump y yo no querría hablar de ello», se limitaba a responder el exitoso empresario; «pero sí, me pregunto a menudo por qué tiene que morir toda esa gente y es muy triste que nadie haga nada». «Además ese conflicto tiene un gran potencial de escalada a una guerra nuclear», insistía Weidel, «Alemania sigue con un gasto militar del 1% y sin una estrategia hacia Rusia, va a seguir muriendo gente en Ucrania por culpa de estas políticas idiotas». Sus ocurrencias y superlativos sin verificación de los hechos desataban la risa floja de ambos: «Alemania tiene los impuestos más altos de todos los países de la OCDE»; «la delincuencia se está disparando en Alemania»; «el sistema educativo en Alemania está completamente deteriorado»; «el gobierno alemán está tirando el dinero por la ventana». Musk apostillaba a estas afirmaciones algo así como «¡Guau!», «¡sí!» o «¡correcto!». Mas de 150.000 usuarios estaban esperando la charla antes de que empezase. Musk y Weidel expusieron largamente su acuerdo en que la energía nuclear desempeñe un papel importante y en la necesidad de reducir la burocracia. Musk relató jocosamente sus dificultades con la macrofactoría de Tesla, cerca de Berlín. Durante casi 25 minutos evitaron hablar de inmigración, hasta que Weidel entró al trapo criticando que «siete millones de personas» han llegado a Alemania desde 2015, cuando según las cifras oficiales serían 3,5 millones, incluido el millón de ucranianos. «Hay una agenda muy izquierdista en todas las civilizaciones occidentales», zanjaba Musk, consciente de que su nivel de discurso no era precisamente elevado pero sin importarle las previsibles críticas. «Está claro quiénes son los malos aquí», festejaba; «ellos son los que restringen la libertad de expresión». Weidel respondía que Adolf Hitler fue el primero en hacer precisamente eso, abolir la libertad de expresión. «De lo contrario, nunca habría podido hacer lo que hizo», añadió, sin entrar a precisar si estaba comparando al actual gobierno alemán con Hitler. «La gente en Alemania quiere un cambio. Exigen un cambio. Y si quieren un cambio, deberían votar por la AfD», concluía el empresario. Y Weidel no veía «mas injerencia aquí que en las declaraciones de tantos políticos alemanes contra Trump durante la última campaña estadounidense». Un portavoz del Bundestag ha confirmado que se ha abierto una investigación para determinar si la charla en X constituye una irregularidad. Varias organizaciones han denunciado que los algoritmos amplificarán artificialmente el alcance de la entrevista y constituyen una ventaja comparable a una financiación económica por parte de Musk. El vicecanciller alemán, Robert Habeck, ha instado al magnate a revelar qué algoritmos emplea X para dirimir si determinados contenidos, en este caso los asociados con AfD, reciben trato aventajado. «ONGs cuestionables en términos de teoría democrática están actuando contra la libertad de expresión en X porque ésta amenaza la dominación del discurso por parte de la izquierda», ha respondido Weidel en la red social. Y cuando Musk estaba ya a punto de terminar la charla, Weidel de repente le preguntó por qué está tan interesado en que la gente vuele a Marte. Musk habló del asunto durante más de diez minutos: «Todavía no he visto ninguna evidencia de extraterrestres», confirmó, y sugirió que podría haber un evento «que acabase con la humanidad».