World News in Spanish

Dos vecinas de Mallorca borran una deuda que parecía imposible tras años de presión financiera

La aplicación práctica de la Ley de Segunda Oportunidad ha permitido recientemente a dos mujeres residentes en Mallorca cancelar un total de 124.089 euros de deuda. Se trata de dos procesos independientes, pero con un denominador común: situaciones de insolvencia derivadas de la precariedad laboral y el uso de financiación para cubrir necesidades básicas.

Este mecanismo legal, regulado en España desde 2015 y reformado para facilitar el acceso de particulares, permite a personas físicas insolventes obtener la exoneración total o parcial de sus deudas siempre que se cumplan determinados requisitos. La norma puede consultarse en el Boletín Oficial del Estado sobre la Ley de Segunda Oportunidad, donde se recogen las condiciones actualizadas del procedimiento.

Un primer caso marcado por el uso de crédito para gastos básicos

El primero de los procedimientos culminó con la cancelación de 49.955 euros de deuda. La afectada había recurrido de forma continuada a tarjetas de crédito para afrontar gastos corrientes del hogar, una práctica cada vez más habitual en contextos de ingresos ajustados.

Durante los primeros meses, las cuotas eran asumibles. Sin embargo, la acumulación de nuevos créditos, unida a la ausencia de una mejora económica estable, terminó por hacer insostenible el pago mensual. A esta situación se sumó el nacimiento de una hija, que incrementó los gastos fijos y redujo aún más el margen financiero del hogar.

De la solvencia aparente a la insolvencia real

El caso ilustra cómo una economía doméstica puede pasar de una aparente estabilidad a una insolvencia estructural en un corto periodo de tiempo. La concatenación de pequeños créditos, intereses elevados y falta de ahorro provoca que la deuda crezca más rápido que la capacidad de pago.

Tras analizar la situación patrimonial y acreditar la imposibilidad objetiva de hacer frente a las obligaciones contraídas, el juzgado concedió la exoneración del pasivo pendiente, permitiendo a la afectada iniciar una nueva etapa económica sin cargas financieras heredadas.

Inestabilidad laboral y retrasos salariales en el segundo procedimiento

El segundo caso permitió cancelar una deuda de 74.134 euros a otra mujer residente en la isla, madre de dos hijos. Su trayectoria laboral estuvo marcada por contratos temporales y periodos recurrentes de desempleo, factores que dificultaron una planificación económica a largo plazo.

A esta inestabilidad se añadieron retrasos continuados en el pago de salarios por parte de la empresa en la que trabajaba. Esta falta de ingresos regulares terminó por bloquear su capacidad para cumplir con los compromisos adquiridos con entidades financieras y prestamistas.

Cuando los ingresos dejan de llegar, la deuda se multiplica

La combinación de sueldos irregulares y gastos fijos ineludibles provocó un efecto dominó. Cada impago generaba recargos e intereses que agravaban aún más la situación, haciendo imposible recuperar el equilibrio financiero por medios ordinarios.

El procedimiento judicial acreditó la buena fe de la deudora, la inexistencia de bienes ocultos y la imposibilidad real de afrontar la deuda, requisitos clave para acceder a la exoneración prevista en la ley.

Un patrón común en los nuevos concursos personales

Ambos expedientes, como informa MallorcaDiario, responden a un patrón cada vez más frecuente en los juzgados españoles: deudas que no proceden de inversiones fallidas o actividades empresariales de riesgo, sino de la necesidad de cubrir gastos cotidianos en un contexto de encarecimiento del coste de la vida.

La Ley de Segunda Oportunidad establece filtros estrictos para evitar abusos del sistema. Entre ellos, encontrarse en situación de insolvencia actual o inminente, no haber sido condenado por delitos socioeconómicos en los últimos diez años y actuar de forma transparente durante todo el proceso.

Buena fe como requisito clave

La normativa busca diferenciar a quienes no pueden pagar de quienes no quieren hacerlo. La acreditación de buena fe es esencial para que el juez conceda la exoneración del pasivo, protegiendo así el equilibrio entre deudores y acreedores.

Los dos procedimientos han sido tramitados por el despacho especializado :contentReference[oaicite:1]{index=1}, que ha gestionado la documentación necesaria y la defensa jurídica ante los tribunales.

Estos casos en Mallorca vuelven a poner de relieve el papel de la Ley de Segunda Oportunidad como herramienta legal para quienes, tras agotar todas las vías posibles, necesitan una solución definitiva que les permita rehacer su vida económica desde cero.

Читайте на сайте