Yaguajay en la ruta de la Revolución
En 1958, Yaguajay era un poblado medio en la antigua provincia de Las Villas. Sin embargo, en diciembre de ese año fue colocado en el mapa político-militar de Cuba, cuando resultó escenario de una de las batallas que definieron la suerte de la Revolución frente a la tiranía de Fulgencio Batista.
La columna guerrillera comandada por Camilo Cienfuegos llegó a Las Villas el 8 de octubre de 1958 por su zona norte. El Comandante rebelde debía atravesar la provincia y continuar la marcha hacia Pinar del Río, en el extremo occidental del país. Sin embargo, el día 14 recibió la orden de Fidel de mantenerse en la provincia apoyando al Che.
Camilo se propuso tomar las pequeñas guarniciones para, posteriormente, con más armas y combatientes atacar las guarniciones grandes y liberar los pueblos de mayor importancia.
Entre octubre y diciembre de 1958 se libraron en la zona numerosos combates contra las fuerzas de la tiranía y ocuparon varios poblados. Se avanzaba así hacia el establecimiento de un amplio territorio liberado en el norte de Las Villas.
Pero el 22 de diciembre, Camilo llegó a las cercanías de Yaguajay, donde atacó, junto a casi cien hombres, el cuartel de la Guardia Rural y otras dependencias del poblado. Y aunque los combates se prolongaron durante nueve días, hasta el 31 de diciembre, la fuerza rebelde impuso en Yaguajay, apoyados por un pueblo delirante, el sello de la Revolución.
El Comandante Ernesto Che Guevara, en su condición de Jefe máximo del Frente de Las Villas, visitó a Camilo en Yaguajay, los días 23, 25 y 30 de diciembre para impartir instrucciones y coordinar ideas relacionadas con la batalla que, desde el día 29, se desarrolló simultáneamente con la de Santa Clara, lo que le impidió a Camilo participar en esta última, como era su deseo.
En la tarde del 31 de diciembre, y ante la presión rebelde, las tropas batistianas se vieron obligadas a izar la bandera blanca y rendirse incondicionalmente. Luego de esta acción Camilo emitió el siguiente parte: «Che, se rindió Yaguajay, estoy contando las armas (...) te veo mañana».