A nadie le amarga un dulce por Europa: los 5 postres más reconocidos en toda Ucrania
La repostería ucraniana es puro arte, tradición y sabor en cada uno de estos bocados
A nadie le amarga un dulce por Europa: los 5 postres más reconocidos en toda Polonia
Pocas cosas despiertan tanta unanimidad como un buen postre. Y si hablamos de los más célebres del continente, Ucrania juega en otra liga. Su historia culinaria, muy ligada al mundo rural y a las celebraciones familiares, explica por qué los postres de Ucrania siguen siendo una parte esencial de su identidad. Entre masas sencillas, semillas, miel y frutas, estos cinco clásicos abren la puerta a un universo donde el dulce está asociado al hogar y a la mesa compartida.
En este recorrido por la repostería ucraniana asoman nombres que cualquier viajero ha escuchado —o probado—: el varenyky dulce, el syrnyk o el pampushky, dulces que han cruzado fronteras sin perder su carácter tradicional. Ucrania puede dividirse por regiones o costumbres locales, pero hay algo que la mantiene unida: su forma de entender el postre como una prolongación de la comida familiar.
1. Varenyky dulces
Uno de los platos más representativos del país en su versión dulce. Son pequeñas empanadillas hervidas rellenas de requesón, cereza o frutos del bosque. Se sirven con mantequilla, azúcar o nata agria y son habituales en comidas caseras.
2. Syrnyk
La tarta de queso ucraniana, elaborada con queso fresco tipo tvorog. Tiene una textura densa pero suave y un dulzor moderado. Es un postre muy presente en celebraciones y reuniones familiares.
3. Pampushky dulces
Bollos pequeños y esponjosos que pueden presentarse en versión dulce o salada. En su variante dulce suelen ir rellenos de mermelada o cubiertos con azúcar. Son populares en fiestas y ferias tradicionales.
4. Medivnyk
Un pastel tradicional a base de miel y especias. Su sabor es intenso y ligeramente aromático, y suele prepararse en ocasiones especiales. Es uno de los dulces más antiguos del recetario ucraniano.
5. Kutia
Postre ritual asociado a la Navidad. Se elabora con trigo cocido, miel, semillas de amapola y frutos secos. Más que un simple dulce, tiene un fuerte valor simbólico y forma parte de las celebraciones familiares más importantes.