El truco para que las uvas de la suerte no se oxiden y estén perfectas a medianoche
Cada 31 de diciembre, justo antes de las campanadas, se repite el mismo ritual en miles de casas: pelar uvas a última hora, separar pepitas con prisas y cruzar los dedos para que no se oscurezcan antes de tiempo. Aunque parezca un detalle menor, el aspecto de las uvas de la suerte importa . Unas uvas oxidadas, apagadas o reblandecidas restan brillo a uno de los momentos más simbólicos de la noche. La buena noticia es que existe un truco sencillo y eficaz para preparar las uvas con antelación sin que pierdan su color ni su frescura . No requiere ingredientes extraños ni técnicas complicadas, solo entender por qué se oxidan… y cómo evitarlo. Cuando se pelan y se separan de su piel, las uvas quedan expuestas al oxígeno. Ese contacto provoca una reacción natural de oxidación que oscurece la pulpa y altera ligeramente el sabor. Además, la humedad y el tiempo juegan en contra : cuanto más tiempo pasan peladas y mal conservadas, más rápido se deterioran. Por eso, muchas personas optan por pelarlas justo antes de las campanadas, con el estrés añadido que eso supone. Sin embargo, bien conservadas, pueden prepararse con horas de antelación sin problema . El método más eficaz para evitar que las uvas se oxiden es sumergirlas unos minutos en agua muy fría con unas gotas de limón una vez peladas y sin pepitas. El ácido cítrico actúa como antioxidante natural y frena el oscurecimiento, mientras que el agua fría ayuda a mantener la firmeza de la pulpa. El sabor del limón no se notará. Basta con unas pocas gotas en un bol amplio de agua . Tras ese breve baño, se escurren bien y se secan con cuidado. Además de servirnos para este truco, el limón tiene numerosas propiedades curativas . Como alternativa, también puedes usar un chorrito muy pequeño de vinagre de manzana suave , que cumple la misma función sin alterar el sabor si se utiliza correctamente. Una vez tratadas, las uvas deben guardarse en un recipiente hermético, preferiblemente en una sola capa o con papel de cocina en la base para absorber la humedad. Es importante no aplastarlas ni cerrarlas aún húmedas, ya que el exceso de agua acelera el deterioro . El recipiente se guarda en la parte menos fría de la nevera, no en el fondo. Así se evita que se reblandezcan o cojan sabores extraños. Bien conservadas, pueden mantenerse perfectas durante varias horas, incluso desde la mañana del 31 de diciembre. Justo antes de servirlas, conviene sacarlas de la nevera unos minutos para que no estén excesivamente frías . De este modo, recuperan mejor su aroma y resultan más agradables al comerlas. Este pequeño truco permite llegar a las campanadas sin prisas, con las uvas listas y con un aspecto impecable . Y si quieres saber cómo hacer que tus frutas, además de las uvas, duren más tiempo en perfectas condiciones, toma nota de nuestro truco para guardar manzanas y evitar que se oxiden o del truco para conservar fresas .