Llega a España Mounjaro, el medicamento que se suma a Ozempic contra la diabetes y la obesidad y que nunca deberías usar sin receta

Recetado para casos graves de obesidad, Monjuaro se suma a medicamentos como Wegovy y Ozempic (contra diabetes).

Mounjaro y ozempic contra la obesidad y la diabetes.

Promete ser una revolución en el abordaje de la obesidad y los trastornos metabólicos asociados a ella, incluida la diabetes. Mounjaro es la marca comercial con la que llega a España la tirzepatida, una molécula que desde este 1 de julio está disponible en las farmacias de forma inyectable. Desde este día, convive con otros parecidos: Wegovy® y Ozempic®. Hay diferencias pero parecido efecto viral en redes, bajo la arriesgada promesa de milagro para adelgazar.

Mounjaro, que mostró unos prometedores resultados en los ensayos, sólo se dispensa con receta y seguimiento médico. “Esta es una parte muy importante para que haya éxito a la hora de perder peso”, destaca desde la Sociedad Española de Obesidad el doctor Cristóbal Morales (Hospital U. Virgen Macarena de Sevilla). “Su uso sin supervisión y seguimiento puede ser muy problemático”, pues toca todo el sistema hormonal.

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Las dos dianas del Mounjaro que lo han convertido en tratamiento prometedor

La tirzepatida del Mounjaro®, a diferencia de otro medicamento parecido, la semiglutida (Ozempic® o Wegovy®), actúa sobre dos dianas, dos receptores del sistema digestivo: GLP-1 y GIP. Estos son claves en la regulación de la insulina que genera el páncreas, para que nuestro organismo pueda procesar los azúcares adecuadamente. Es justo esto lo que funciona mal en una persona con diabetes. La semiglutida actúa sólo sobre el GLP-1. La tirzepatida suma el GIP. Este dos en uno tiene varias ventajas.

Javier Escalada (CUN), presidente de la Fundación Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (FSEEN), destaca que añade un efecto cardioprotector y beneficioso para regular la hipertensión o el colesterol, además de reducir el perímetro abdominal –que se vincula al riesgo cardiovascular en hombres–. También hay indicios de que puede ser beneficioso (no una cura) para el alzhéimer o el párkinson, como explica Daniel J. Drucke (Hospital Monte Sinaí de Toronto, Canadá) en un análisis en Diabetes Care.

La primera generación de tratamientos para luchar contra la obesidad fue la de los agonistas del GLP-1. Se desarrollaron para luchar contra diabetes de tipo 2, pero en los ensayos clínicos se descubrió que también eran eficaces para perder peso. Algunos ejemplos de estos medicamentos son liraglutida, albiglutida y dulaglutida. Estos fármacos ayudan a perder entre un 10% y un 22% de peso corporal en el primer año de uso. Eso sí, se indican siempre bajo una pauta médica que incluye una dieta personalizada y ejercicio, en el caso de indicarse para luchar contra la obesidad, de forma crónica; su abandono supone un aumento paulatino del peso, según los ensayos clínicos.

La viralización del Ozempic lo llevó a ser uno de los fármacos con mayor desabastecimiento y con problemas de acceso para personas con diabetes que lo tenían prescrito. Morales cree que puede ocurrir lo mismo con el Mounjaro, “un tsunami”. Por ello pide responsabilidad.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha hecho un llamamiento a no hacer acopio de estos medicamentos y no usarlos con fines puramente estéticos. Se vienen produciendo problemas de abastecimiento desde 2022 y la agencia pide que se investiguen las prescripciones fuera de indicación. En marcha está un informe que desenmascare cómo la gente se está haciendo con estos medicamentos fuera de las consultas o cuánto producto falsificado está circulando.

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