El peligro de acercarnos al “círculo vicioso del CO2”: el planeta no puede digerir más carbono
Si naciste en los noventa, tu primera bocanada de aire iba cargada de unas 353 partes de CO2 por millón de moléculas que entraron en tus pulmones. Hoy respiras alrededor de 420. Hazte idea de que “nunca en la historia de la humanidad la acumulación de gas carbono (CO2) en la atmósfera había sido ni tan rápida ni tan elevada”. Así de contundente se ha mostrado Celeste Saulo, secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en la presentación de su Boletín Anual. El informe, por primera vez, advierte de que podemos quedar atrapados en un “círculo vicioso” de CO2 y, por lo tanto, de calentamiento sin control de la Tierra.
- El dióxido de carbono (CO2) es un gas de efecto invernadero, es decir, su presencia retiene el calor. Junto al vapor de agua (que se deshace) y el metano, es el principal responsable de la emergencia climática y proviene de la quema de combustibles fósiles. El problema es que si parásemos casi en seco sus emisiones (como en 2020), el calentamiento continuaría, debido a la inercia. Y aunque hay sumideros naturales que absorben parte del CO2, su capacidad está cerca de rebosar. A eso se refieren en la OMM con lo del “círculo vicioso” del CO2.
- Las actividades humanas han elevado el contenido de CO2 de la atmósfera en un 50% en menos de 200 años, la era industrial. El dióxido de carbono es necesario para la vida. Pero desde entonces, las temperaturas medias de la Tierra han subido como nunca –al menos, como nunca de rápido–, acercándose peligrosamente al umbral de +1,5 ºC. Por encima de este incremento, la comunidad científica del clima cree que no sólo estaríamos en ese “círculo vicioso” que retroalimentaría el calentamiento. El cambio climático se tornaría más imprevisible y dañino para la humanidad, especialmente la más vulnerable.
El círculo vicioso del CO2: retroalimentación y fenómenos extremos
No todo el CO2 que emitimos al quemar gas, petróleo o carbón se queda flotando en el aire. Un 26% fue absorbido por el océano en los últimos diez años. Otro 30% fue retenido por la vegetación terrestre. La emergencia climática ha agudizado dos problemas que limitan la capacidad de retener CO2:
- Los océanos se calientan y acidifican. Como explicaba a Newtral.es la oceanógrafa Anna Cabré, esto provoca que cada vez puedan retener menos CO2. En el pasado, esta situación llevó a extinciones masivas.
- Los bosques también están llegando al límite. Es verdad que con tanto CO2, la Tierra “es más verde”. Pero este desequilibrio se torna bruscamente en tragedia por los megaincendios, más probables en emergencia climática. Como explica Josep Peñuelas (CREAF), al arder el bosque, la masa forestal libera todo el CO2 que había capturado durante décadas, devolviéndolo a la atmósfera de golpe, en un nuevo círculo vicioso de carbono que provocará, a su vez, incrementos de temperatura.
Muy lejos del Acuerdo de París
“Otro año, otro récord. Esto debería hacer saltar todas las alarmas”, ha señalado Saulo este lunes. ”Estamos muy lejos de cumplir el objetivo del Acuerdo de París (tratar de limitar el aumento de la temperatura a +1,5°C)”. La máxima responsable de esta organización de la ONU ha recordado que ”cada fracción de grado de incremento de la temperatura conlleva consecuencias reales para nuestras vidas”.
- Sí. La última vez que se registró en la Tierra una concentración de CO2 comparable fue hace entre 3 y 5 millones de años. Entonces, la temperatura era de 2 a 3 °C más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual. Incluso antes hubo incrementos de +6 ºC (ahora vamos camino de +3 ºC, si no hacemos nada) pero el proceso llevó 20.000 años. Como explicaba la descubridora del llamado Máximo térmico del Paleoceno-Eoceno, Elen Thomas, “no querrías haber vivido en aquella Tierra”.