Todo sobre el squirt femenino: mitos y realidades bajo la lupa de dos sexólogas

La industria del porno ha hecho mucho daño. En especial, a las mujeres. Con esto no queremos decir que estemos en contra de este tipo de films, tan solo hacemos hincapié en que, muchísimas ficciones, generan una idea del sexo que se aleja bastante de la realidad. Mujeres hiperlaxas con un ansia de deseo irrefrenable, prácticas extremas que requieren altas dosis de habilidad o discursos en los que no aparece la palabra "aceptación" en ningún lado. En pocas palabras, esta suma de factores (y otros muchos) genera una distorsión contra la que es complicado lidiar, pero no imposible. Uno de los recursos más habituales en el porno es el squirt (o squirting) femenino, algo que, al mismo tiempo, es tabú en nuestra sociedad.

De la mano de dos sexólogas conocemos todo acerca del squirt femenino. Además, ahondamos en los mitos y realidades que esconde esta respuesta natural del cuerpo de la mujer. Lucía Jiménez, psicóloga y sexóloga en Diversual, y Valérie Tasso, escritora, sexóloga y embajadora para España de LELO, ponen luz en la oscuridad.

Squirting femenino, larga vida al placer

Qué es el squirt

Como siempre, es necesario empezar por el principio (valga de redundancia). "Squirt es un término anglosajón que podría traducirse por “chorrear”. Como se ve ya por la depurada denominación, esta proviene, al origen, más del mundo del espectáculo que de la sexología clínica. Lo que encierra este significante es la capacidad de expulsar líquido por parte de las mujeres a través de la uretra o bien de unas glándulas periuretrales llamadas de Skene", señala Jiménez.

La experta no duda en añadir que “en el mundo de la clínica, algunos profesionales no hacen diferencia entre el Squirt y la eyaculación femenina y otros afirman que ambos fenómenos no son en absoluto lo mismo. La consistencia y cantidad del líquido expulsado también serviría para diferenciar lo uno de lo otro, siendo en el squirt donde más cantidad de líquido se expulsa y teniendo este una consistencia mucho más acuosa que en la “eyaculación femenina”".

'Valeria'

¿Cómo lograr el squirt femenino?

Una vez que tenemos claro a qué nos enfrentamos, es más sencillo saber cómo actuar para conseguir un squirt. Jiménez apunta que "la mayoría de personas con vulva lo consiguen mediante la estimulación de la zona G". A esto, añade que "si introduces los dedos en la vagina curvados, con las yemas hacia arriba, o un juguete erótico como un vibrador conejito, a unos 5 cm aproximadamente notarás una zona rugosa y abultada; la zona G".

"Hay que dejar el control, relajarse y abandonarse a las sensaciones, dejando que esa sensación de tener ganas de hacer pis, continúe"

Una vez que des con esta zona "masajéala como intentando traerla hacia fuera, siempre con los dedos curvados o la curvatura del vibrador. Puede que comiences a sentir ganas de orinar; hay un factor psicológico muy importante en el squirt, ya que hay que dejar el control, relajarse y abandonarse a las sensaciones, dejando que esa sensación de tener ganas de hacer pis, continúe". En la práctica está la clave.

'Vida'

Squirt: mitos y realidades al descubierto

El análisis sobre mitos y realidades del squirting que realiza Vasso es muy interesante, ya que coloca el foco en la escasa educación sexual femenina que se ha tratado a lo largo de la historia. "Las realidades son, desgraciadamente, pocas lo cual es en sí mismo un dato sorprende porque equipara el conocimiento que podamos tener sobre la sexualidad femenina en el siglo XXI al que sobre la masculina existía en el siglo XIV. Sabemos que ambas manifestaciones de eyección líquida (squirt y/o eyaculación femenina) se producen en algunas mujeres, pero no en todas (el porcentaje varía enormemente según la fuente consultada)", señala la sexóloga.

"Según algunos autores, es una respuesta que debería darse en todas las mujeres y, si no se da, es por una falta de conocimiento en la forma de estimular esta reacción"

Valéria agrega que "según algunos autores, es una respuesta que debería darse en todas las mujeres y, si no se da, es por una falta de conocimiento en la forma de estimular esta reacción. Pero otras posturas indican que es una peculiaridad que no se da por más que lo intenten, se supone que por cuestiones anatómicas o endocrinas, en todas las mujeres".

Ante esta situación, "sabemos que hay mujeres que reaccionan así solo cuando se estimula el mencionado punto “G” y otras que lo hacen con cualquier estimulación que induzca al orgasmo, y sabemos (o creemos saber) que es una respuesta que se da con mayor frecuencia o que puede darse sin que se haya experimentado antes en mujeres sexualmente maduras. Pero también hay mujeres que lo experimentan desde muy temprana edad (con lo que se podría decir que no sabemos gran cosa)". Así que, el squirting, no entiende de edades ni de experiencia.

Con relación a la composición del líquido que se emite durante el squirt, "algunos estudios más o menos serios, aunque con muestras enormemente reducidas, indican que se trata básicamente de orina que provendría, como no puede ser de otro modo, de la vejiga, aunque muy diluida (lo que explicaría la falta de olor característico de esta), mientras que en la llamada “eyaculación”, la sustancia sería más similar al líquido espermático producido, pues las mujeres no tenemos próstata, por las citadas glándulas de Skene".

squirt femenino

Por otro lado, Lucía Jiménez amplia la información ofrecida por Tasso y se encarga de derrumbar mitos que, casi todas, hemos oído alguna vez en la vida.

No es un orgasmo

El squirt no es un orgasmo, sentencia la sexóloga. "Puede suceder a la vez que un orgasmo, pero por lo general, el squirt no va asociado al orgasmo, ni las sensaciones son las mismas. El squirt puede ser placentero, pero quizás más por el “morbo”, que por la sensación como tal".

No es lo mismo eyaculación que squirt

"La eyaculación la libera la vulva antes o durante el orgasmo gracias a las glándulas de Skene, es de color blanquecino y más espeso. El squirt se libera por la uretra, y es muy líquido y transparente", destaca de forma clara y concisa.

No es más placentero el sexo porque haya squirting

He aquí un punto fundamental en la narrativa: el sexo no es más placentero porque haya squirting. "Puedes tener relaciones sexuales extremadamente placenteras sin que se produzca un squirt. No va asociado a más placer, incluso se puede liberar sin que las sensaciones que lo acompañen sean notables".

El squirt puede tenerlo todo el mundo

En línea con la explicación de Tasso, Jiménez añade que "cualquier persona puede tenerlo, ya que todas las personas tienen vasopresina. Sin embargo, que todo el mundo pueda tenerlo, no quiere decir que todo el mundo lo experimente, ya que también hay factores psicológicos que influyen en que se dé. Y el tipo de estimulación que necesita una persona para tener un squirt también varía". En cualquier caso, "no experimentarlo no es síntoma de que haya nada mal en la persona".

'Rivales'

Consejos para experimentar el squirt, el veredicto de las sexólogas

Aunque ya sabemos que no todo el mundo experimental el squirting y que no tiene por qué generar una sensación más intensa que un orgasmo "convencional", puede ser que estemos interesadas en saber qué se siente y que queramos conocer cómo estimular esta reacción. "Lo primero es lubricar mucho la zona, ya que la estimulación requerida para tener un squirt puede ser un poco intensa, y queremos evitar irritaciones", recomienda Lucía Jiménez.

En este caso, la profesional subraya que "un lubricante a base de agua es imprescindible, y más aún si se van a utilizar juguetes. Los juguetes eróticos perfectos para provocar un squirt son los vibradores de punta curvada para estimular la zona G, como el vibrador conejito, que además estimula el clítoris a la vez, lo que ayuda muchísimo a que la excitación sea muy alta. Hay otras personas que experimentan el squirt únicamente con la estimulación del clítoris, por lo que, para estas, un succionador o un masajeador externo, puede ser la mejor opción". Como casi todo en el universo del sexo, la cuestión es lanzarse a experimentar con nuestro propio cuerpo (y con altas dosis de cuidado, claro está).

"Con curiosidad, pero sin una exigencia que nos haga creer que por no conseguirlo vamos a ser menos o a gozar con menor intensidad"

Como último consejo, Tasso nos invita a relajarnos y disfrutar sin presiones. Con el fin de lograr un squirt debemos "intentar relajarnos al máximo, más si, como apuntan algunos, es una respuesta por relajación de los esfínteres uretrales (lo que vendría a ser el “hacerse pipí”). Afrontarlo como decían los latinos, “Nec spe nec metu” (“Sin esperanza, sin miedo”), es decir, con curiosidad, pero sin una exigencia que nos haga creer que por no conseguirlo vamos a ser menos o a gozar con menor intensidad. Y tener en cuenta, por cuestiones básicas de cortesía, que si se produce el squirt, la cantidad de líquido expulsado puede llegar a ser considerable".

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