Crítica 'La Sustancia' con Demi Moore: tan explícita que te hará vomitar y tan intensa que querrás escapar

Catalogada dentro del género body horror, La sustancia, protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley, está horrorizando al público desde su estreno en las salas de cine. Este thriller psicológico con grandes dosis de humor, aborda temas tan importantes en la sociedad actual como la obsesión por mantenerse siempre joven y la lucha constante contra las arrugas.

Después de arrasar en el Festival de San Sebastián, su directora, la francesa Coralie Fargeat ha sorprendido a los espectadores confesando que la cinta está basada en experiencias reales, algo que ha puesto los pelos de punta a la gente por la dureza que se muestra a lo largo de todo el film. Así, La sustancia, que entra dentro de las películas de ciencia ficción, tiene mucho de realidad, quizás demasiado.

Así es 'La sustancia'

Demi Moore -quien recientemente habló de los consejos que les da a sus hijas para afrontar la realidad de Bruce Willis- encarna en esta ocasión a Elisabeth Sparkle, una actriz conocida en el mundo entero que se enfrenta a su peor pesadilla: el declive de su carrera por culpa del inevitable envejecimiento.

Por suerte (y desgracia en la mayoría de ocasiones) para ella, un curioso y atractivo producto le ofrece la posibilidad de verse siempre joven, diva, bella y preciosa. Esta especie de "medicina" milagrosa crea un alter ego perfecto que comparte su cuerpo, representado por Margaret Qualley en el papel de Sue. A partir de ese momento, ambas versiones de la protagonista se ven atrapadas en una lucha por la fama, la libertad y la autonomía personal, desatando una serie de sucesos que te revolverán el estómago y te harán querer salir corriendo del cine como alma que lleva el Diablo.

Dolor, ansiedad y angustia

A lo largo del filme, Fargeat utiliza el terror corporal como un medio para explorar las profundas implicaciones psicológicas de la obsesión por alcanzar la perfección física. El dolor y la angustia se entrelazan con imágenes perturbadoras, presentadas en un montaje impactante, que examina los límites del cuerpo humano y las consecuencias de intentar desafiar la naturaleza.

Sin embargo, el hecho de que el guion esté inspirado en vivencias personales ha puesto muy nerviosos a los espectadores. En una entrevista, la directora explicó que la idea detrás de la película surge de su propia lucha con el paso del tiempo y la presión social relacionada con la apariencia. Comentó que, al acercarse a los cincuenta años, comenzó a sentir una "desaparición" gradual, una sensación de volverse cada vez más invisible en una sociedad que valora la juventud por encima de todo. Estos sentimientos fueron la base para desarrollar la trama de La sustancia.

Dos 'alter egos' enfrentados

Por su parte, Demi Moore, icono de belleza y éxito en Hollywood, mencionó que su personaje, Elisabeth, le permitió explorar sus propios miedos en torno al envejecimiento. Y cómo este afecta la carrera de una actriz en la industria. La participación de Margaret Qualley, quien interpreta la versión joven y perfecta de la protagonista, añade una dimensión tanto visual como simbólica al conflicto central de la cinta: la lucha entre lo que eres y lo que la sociedad espera que seas.

Aunque la narrativa tiene elementos fantásticos, la droga que permite a Elisabeth crear su alter ego es una metáfora de las expectativas irreales a las que muchas mujeres se enfrentan. Fargeat señaló que su propia experiencia con estas presiones fue el detonante para crear esta inquietante y profunda historia.

Un despido, mucha droga y litros de sangre

El día en que cumple 50 años, Elisabeth, es despedida de su trabajo como presentadora de un programa donde enseña a la gente a realizar rutinas de ejercicios. Desesperada, se ve tentada a probar un product solo disponible en el mercado negro para recuperar la juventud.

Así llega al mundo Sue (Margaret Qualley), una atractiva veinteañera que reclama el lugar del que fue expulsada. ¿El problema? Ambas protagonistas tendrán que compartir el cuerpo: 7 días para Sue y 7 para Elizabeth, sin excepciones. Este equilibrio parece fácil al principio. Pero pronto los alter ego de ambas se verán envueltos en una encarnizada guerra por permanecer en sus cuerpos más tiempo de lo acordado.

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"Claramente Demi Moore está atrayendo mucho público, pero no me atrevería a decir que es por su vuelta, sino porque su actuación es soberbia”, comenta Carlos Hansen, presidente y CEO de BF Distribution. En definitiva, Moore se come la pantalla y si quieres ver su nuevo film, hazte a la idea de que habrá escenas donde tendrás que cerrar los ojos, taparte los oídos y respirar hondo, muy hondo para no salir corriendo.

Una crítica mordaz a las exigencias de Hollywood

La sustancia es una clara denuncia a cómo el cuerpo femenino ha sido objeto de manipulación, deseo y cosificación en todos los aspectos de la vida. Protagonizada por mujeres, deja claro que, somos nosotras quienes sentimos en nuestras propias carnes el peso del envejecimiento. Como si ellos se hiciesen cada año más atractivos y nosotras más viejunas.

La protagonista no acepta su edad, su apariencia ni su lugar en el mundo. Esto ocurre con Demi Moore en La sustancia y con un millón de famosas en la vida real. Las cirugías de Nicole Kidman, el imposible corsé en el que se enfundan las Kardashian o las largas jornadas que pasa Pilar Rubio en el gimnasio para seguir aparentando veinte años aunque vaya camino de los 50, son solo algunos de los ejemplos que muestran como la sociedad nos obliga a ser siempre perfectas.

Mujeres que son admiradas y consentidas cuando se encuentran en el momento más álgido de su carrera para después ser relegadas sin piedad alguna al rincón más oscuro de Hollywood. ¿Maravilloso regreso de Demi Moore? Dicen los medios... ¡Pero si está mejor que en los 90! La presencia de la actriz y su apariencia es solo otra prueba más de lo complicado que es mantenerse en un mundo tan absorbente como el cine o la música.

Pero, desgraciadamente, esta situación se extrapola a nuestra vida cotidiana demasiadas veces. ¿Camareras de más de 50? Ni en tus mejores sueños. ¿Dependientas que pasan de los 40? No será en España. En fin, que, este mundo está inventado para las chicas jóvenes, guapas y en forma. ¿Y el resto? El resto simplemente sobrevive como puede.

El regreso de la teoría de la conspiración más loca

Con el caso de Sean 'Diddy' Combs y la larga lista de famosos implicados en sus fiestas salvajes... Ha vuelto a salir a la palestra una escabrosa teoría que los teóricos de las conspiraciones más locas pusieron de moda tras las elecciones de Estados Unidos en 2016.

La teoría afirma que los famosos, incluyendo actores, cantantes, políticos o empresarios, se mantienen siempre jóvenes y bellos gracias a una sustancia llamada adrenocromo. Un compuesto químico natural producto de la oxidación de la adrenalina (epinefrina). Se comenta por las redes que las celebrities utilizan esta sustancia para retrasar el envejecimiento. Lo más terrorífico de esta teoría es que dicen que extraen el adrenocromo directamente de niños y niñas. Una locura que no ha podido demostrarse jamás, pero que, curiosamente, vuelve a comentarse gracias al estreno de La sustancia.

Cuentas no oficiales de Twitter, Instagram o TikTok hablan de "un suero inmortal obtenido de las glándulas suprarrenales de niños vivos después de que han sido aterrorizados, para obtener niveles más altos de adrenalina". Pero la realidad es que no existen estudios científicos que respalden la existencia de alguna droga bajo el nombre de «adrenocromo» que tenga propiedades narcóticas o rejuvenecedoras, ni que se extraiga de niños aterrorizados.

El químico farmacológico Luis Camilo Rios Castañeda explicó que tanto el adrenocromo como la adrenalina “se obtienen fácilmente y en grandes cantidades por métodos de síntesis química”, por lo cual es altamente improbable su extracción de seres humanos.

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