La reconstrucción mamaria es clave en la recuperación emocional y física del cáncer de mama

El de mama es el segundo cáncer más diagnosticado en España (se estiman 36 395 nuevos casos en 2024), por detrás del de colon (44 294), y el más frecuentemente diagnosticado en mujeres, según datos recogidos en Las cifras de cáncer en España 2024, de la Sociedad Española de Oncología Médica.En este contexto, destacan 3 proyectos de investigación sobre el cáncer de mama, liderados por oncólogos de hospitales españoles, que están centrados en mejorar tanto el abordaje clínico como el tratamiento de esta enfermedad.

Estas iniciativas se orientan a desarrollar terapias más efectivas y menos invasivas, con un enfoque en la personalización del tratamiento según las características del tumor y las necesidades específicas de cada paciente. A su vez, estas investigaciones reciben el apoyo de diversas marcas. Estas firmas colaboran solidariamente en la lucha contra el cáncer de mama brindando recursos y visibilidad.


Enfrentarse a este diagnóstico no solo desafía la salud de las mujeres sino también su identidad y bienestar emocional, muy afectado cuando el abordaje supone extirpar el pecho parcial o totalmente. Sin embargo, a medida que la medicina avanza, las técnicas de reconstrucción mamaria se han convertido en una pieza clave para restaurar la forma física y la calidad de vida de las pacientes. Estos métodos permiten recrear un pecho natural, incluyendo la areola y el pezón, y restaurar la imagen corporal.

Joven enfermera hablando con una paciente - iStock

La reconstrucción de mama tras un cáncer se divide en dos grandes grupos de técnicas: las que usan implantes y las que utilizan tejidos de la propia paciente (piel con grasa). En ocasiones, cuando se colocan prótesis, hace falta recurrir a técnicas de expansión cutánea cuando al sacar el tumor no queda suficiente piel para reconstruir el pecho. "En estos casos, se puede colocar un tipo de prótesis con una válvula que permite hincharla progresivamente con suero fisiológico, dilatando la piel hasta que pueda albergar un implante definitivo", explica el doctor Joan Fontdevila, vicepresidente de Cirugía Reconstructiva y Salud Pública de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).

En otras ocasiones, una vez dilatada la piel, se puede optar por utilizar una porción de tejido de la paciente en lugar de un implante. Estas técnicas que emplean tejidos propios se realizan cuando la mujer presenta una cantidad suficiente de tejido en alguna zona del cuerpo, como el abdomen, la espalda o la ingle. Esta opción no es adecuada para pacientes delgadas ni fumadoras, ya que en estas últimas el riesgo de complicaciones es elevado, advierte el doctor Fontdevila.

En general, las pacientes con pechos anchos y voluminosos suelen obtener resultados más armoniosos y duraderos con su propio tejido, mientras que
las pacientes delgadas con pechos pequeños pueden tener buenos resultados con un implante. Sin embargo, hay que tener en cuenta factores como la
radioterapia, que puede aumentar las complicaciones con los implantes
, por lo que es crucial valorar cada caso de manera individual. En algunos casos, la cirugía para tratar el cáncer de mama puede requerir una extirpación total (mastectomía) o parcial (tumorectomía).

"Si se realiza una tumorectomía, se intenta reconstruir la forma de la mama con el tejido sobrante, logrando una mama más pequeña que luego se puede simetrizar con la otra mediante una reducción mamaria", explica la doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y directora médica de Eleca Clinic.

Otra opción es la reconstrucción del tejido faltante con técnicas tradicionales, ya sea mediante un colgajo de microcirugía del abdomen o un colgajo del músculo dorsal ancho. "Es fundamental saber si la paciente va a recibir radioterapia, ya que esta puede endurecer la zona, limitando su elasticidad", añade.

Factores clave para decidir entre reconstrucción mamaria inmediata o diferida

Cirujano plástico en guantes de látex comprobando el pecho femenino - iStock

La reconstrucción mamaria puede realizarse de forma inmediata, durante la misma cirugía en la que se extirpa el tumor, o diferida, una vez transcurrido un tiempo desde la extirpación. "El hacerlo de una u otra manera depende de las características de la paciente y del tumor que padece. Lo que puede ser ideal para una paciente puede no serlo para otra, por lo que actualmente se individualiza mucho la indicación de una u otra técnica", indica el doctor Fontdevila. Esta decisión se debate en un "comité de la mama", integrado por oncólogos, radiólogos, cirujanos generales especializados en mama, cirujanos plásticos y psicólogos.

"Para realizar una reconstrucción inmediata o una resección diferida, se tienen en cuenta criterios de seguridad: la reconstrucción no tiene que interferir con los tratamientos oncológicos que reciba la paciente y, en la medida de lo posible, tenemos que intentar que estos tratamientos no interfieran en la recuperación de una cirugía de mayor impacto como es la reconstrucción. Por ejemplo, si una paciente va a precisar mucha radioterapia después de la mastectomía, es posible que sea preferible diferir la reconstrucción", apunta el doctor César Casado, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Ruber Internacional.

Factor tabaco en la reconstrucción - Blanca Campos

"Posiblemente sea el estado general de la paciente, si está en sobrepeso o fuma (esto último aumenta mucho la incidencia de las complicaciones) y si va recibir radioterapia, los factores que más interfieran. Si hay muchos factores desfavorables (sobrepeso, más tabaquismo, más radioterapia posmastectomía), es ideal diferir la reconstrucción hasta que se hayan solucionado".

Aunque cada caso se valora individualmente, para tomar la decisión el comité valora, como aspectos principales, el tipo de tumor, el tipo de cirugía que se va a hacer y la extensión tumoral, "pero no hay nada genérico", subraya la doctora Jiménez. "Depende del estadiaje del tumor (I, II, III y IV), si existen nódulos en la axila o no, del tamaño del tumor y si existen nódulos a distancia. Por lo general, suele ser el TI y el TII sin nódulos en axila en los que se puede hacer reconstrucción inmediata, aunque también puede haber casos independientes, porque va a depender específicamente del nombre del cáncer de mama. No tiene nada que ver un triple negativo con un tumor hormonodependiente, y no tiene nada que ver si la mujer está antes o después de la menopausia".

El doctor Casado explica que las ventajas de la reconstrucción mamaria inmediata fundamentalmente radican en "precisar menos tiempos quirúrgicos, y así menos postoperatorios o procesos de recuperación, y tener un menor impacto psicológico sobre la paciente, que no llega a verse completamente mastectomizada".

Sin embargo, también advierte que no hay que llevarse al engaño, pues no en todos los casos es posible hacer una reconstrucción inmediata completa. "La paciente valora mucho menos esos resultados de la reconstrucción, dado que no ha pasado por el proceso impactante de verse mastectomizada", sostiene.

Para la reconstrucción diferida, generalmente se dejan pasar seis meses entre procedimientos quirúrgicos, y de seis a nueve meses tras finalizar la
radioterapia. "Es importante tener en cuenta que muchas pacientes entienden que la reconstrucción inmediata supone siempre que con una cirugía ya tienen el pecho reconstruido, y habitualmente esto no es así, pues con inmediata nos referimos a iniciar la reconstrucción cuando se extirpa el tumor, pero para finalizarla puede haber más cirugías posteriores hasta el resultado definitivo", recuerda el doctor Fontdevila.

Técnicas para minimizar cicatrices en la reconstrucción mamaria

Uno de los aspectos estéticos que preocupan a las pacientes son las cicatrices de haber extirpado un cáncer en el pecho. Sin embargo, la doctora Jiménez asegura que en la cirugía de reconstrucción es posible disimular estas marcas tras la cirugía para remover el tumor. Es lo que se denomina oncoplástica mamaria. "Existe lo que se denomina la preparación de la extirpación mamaria siguiendo las cicatrices que utilizamos en cirugía plástica para hacer una reducción mamaria; y en vez de utilizar la cicatriz típica horizontal se puede hacer la cicatriz en T invertida o una cicatriz que utiliza complejo areola-pezón y una vertical".

Cicatriz por cirugía de cáncer de mama - iStock

El equipo quirúrgico que realiza la mastectomía se pone de acuerdo previamente con el equipo reconstructor y es este el que decide por dónde se establecen las cicatrices de la mastectomía. Un aspecto importante es la localización del tumor en los cuatro cuadrantes de la mama. "Lógicamente, en los cuadrantes inferiores puede ser más fácil esconder las cicatrices, pero puede haber tumores localizados en los cuadrantes superiores en zonas muy altas que dificulten disimular las cicatrices", agrega la directora médica de Eleca Clinic.

La micropigmentación en la reconstrucción mamaria

Las cirugías por cáncer de mama puede suponer la afectación del complejo areola-pezón, que incluso a veces hay que retirar. Se decide su extirpación o no dependiendo del tipo de tumor y de la distancia que haya entre este y el complejo areola-pezón.

"Se realizan unas biopsias para ver exactamente si existe alguna afectación, según el tipo de tumor. Si se decide que la distancia del tumor es suficiente y que no es necesario extirpar el complejo areola-pezón, se mantiene en su sitio", apunta la doctora Jiménez "Pero si se realiza la extirpación de la areola y el pezón, se puede hacer una reconstrucción con tejido autólogo local o con un injerto tomado de una zona de la piel que es un poco más oscura, por ejemplo en la zona en la ingle", precisa la doctora.

Mujer sonriente - iStock

Sobre esa cirugía previa de reconstrucción del complejo también existe la posibilidad de recurrir a la micropigmentación para corregir asimetrías, mejorar la apariencia de cicatrices o cubrir imperfecciones. Esto requiere de un tiempo de espera hasta que la cicatriz esté blanca y lista, advierte Mónica Aránguez, técnico en micropigmentación. "Para que esto se dé tiene que pasar más o menos un año, tiempo que tarda la piel en estabilizarse y en estar curada, algo imprescindible ya que vamos a trabajar con aguja en la misma zona. Si la cicatriz ha hecho un queloide (lesión engrosada y elevada), se desaconseja la micropigmentación, porque no se puede asegurar un buen resultado. En casos en los que haya habido quimio o radio, la piel estará muy sensible y dura, y la textura de la cicatriz no es la más adecuada, pero en la mayoría de los casos es así y justo en el medio del pezón, así que hay que trabajar muy suave, capa por capa sin meter la aguja de más y tener varias sesiones (entre 2-3) para que el color se vaya fijando muy poco a poco".

En todo caso, estos pigmentos no duran para siempre, ya que tienen las moléculas más pequeñas que las de las tintas del tatuaje clásico y la micropigmentación trabaja en una capa más superficial de la piel.

"Como máximo tiene una duración de cinco años, algo que es bueno, ya que cuanto más dure el color en el cuerpo, se degrada peor. Además, las técnicas van avanzando, la piel va cayendo y, como tiene unos años de duración, siempre hay opción para un cambio, para mejores diseños, altura… Algo que no se podría conseguir con un tatuaje", añade Aránguez.

"Verse de nuevo con un pezón y la areola supone para muchas pacientes poner punto final al cáncer y cerrar una página", asegura Aránguez. "Hay personas que tras la intervención se lo realizan rápidamente y otras que esperan muchos años. Pero todas piensan en lo mismo, en volver a recuperar su identidad y en que todo haya acabado. Hay muchas mujeres que son incapaces de mirarse al espejo. En un caso concreto, después de realizar el tratamiento, una mujer me contó que pudo ponerse desnuda delante de su marido. Desde mi punto de vista es un chute de seguridad, de recuperar a su "yo" de siempre".

Técnicas para la reconstrucción del pezón tras una mastectomía

Doctora leyéndole los resultados a su paciente - iStock

La cirugía por cáncer de mama supone a veces la extirpación total del complejo areola-pezón. Para estos casos, también se puede recurrir a un tatuaje definitivo para recrear su existencia, con distintas capas de color; una especie de trampantojo que simula color, forma y textura natural.

Para un aspecto aún más real cuando se ha extirpado el pezón o se ha reconstruido con colgajos cutáneos locales que, con el tiempo, pueden perder su proyección, existe la posibilidad de implantar una prótesis de silicona que otorga volumen específicamente en la zona del pezón. "Este implante, que se introduce por una pequeña incisión de 15-25 mm, se puede colocar incluso cuando la paciente ya se ha tatuado, dejando pasar al menos seis meses desde la realización del tatuaje".

Es el cirujano el que debe valorar la situación real de la paciente, dado que ha de hacer coincidir la forma de la prótesis con el tatuaje, esa sería la limitación y por supuesto que el colgajo que le hicieron en la cirugía reconstructiva de mama previa lo permita, detalla el doctor Ángel Martín, director médico de la clínica Menorca, especialista en esta técnica. También se puede hacer al revés: colocar primero el implante de pezón y tatuar después.

Importancia de las revisiones periódicas tras la reconstrucción mamaria

Mamografía - iStock

La reconstrucción de mama tras un cáncer no tiene efecto en la recurrencia de la enfermedad, ni interfiere con el tratamiento de quimioterapia o radioterapia, aunque el cáncer reaparezca. Si se han utilizado prótesis, estas "no interfieren en ninguna medida en el diagnóstico precoz de la enfermedad o de una recidiva, y una paciente con prótesis debe hacer siempre los controles mamográficos. Tampoco interfieren en las revisiones", sostiene el doctor Casado, del Ruber Internacional.

Innovaciones y avances en la reconstrucción mamaria del futuro

Los principales avances en reconstrucción mamaria tras un cáncer vienen de la mano de la prevención de complicaciones como la aplicación de técnicas de microcirugía para evitar y tratar el linfedema, o técnicas de fluorescencia para prevenir complicaciones de la piel de la reconstrucción. "En este momento se empieza a hablar de la cirugía robótica como el siguiente paso de la cirugía de la mama, si bien hasta el momento las aplicaciones del robot quirúrgico se encuentran centradas en cirugías de tejidos de características muy distintas a la mama, con lo que veremos con el tiempo qué nos depara", avanza el vicepresidente de la SECPRE.

El síndrome de la mama fantasma

Tras una mastectomía radical, cuando se extirpa todo el pecho, con el pezón y la areola, la piel y todos los ganglios linfáticos axilares, alrededor de un 30 % de las mujeres pueden experimentar sensaciones en la zona en la que la mama ya no está presente. La paciente sigue notando el pecho que le han quitado, una vez que el tratamiento quirúrgico y oncológico ha finalizado. Esto es lo que se conoce como el Síndrome de la Mama Fantasma.

Mujer revisando su pecho - iStock

"Aunque pueda parecerlo, no es una sensación imaginada por el paciente, es un problema físico. El motivo es que la zona del cerebro reservada para interpretar las sensaciones de la mama extirpada todavía existe, de manera que si los nervios que antes de la mastectomía proporcionaban sensibilidad a esa mama envían señales al cerebro, este las interpretará en forma de sensaciones referidas a esa mama que ya no tenemos", indica la doctora Helena Huertas, oncóloga de Onelife Center, centro monográfico de tratamiento integral del dolor crónico.

El Síndrome de la Mama Fantasma puede llegar a ser doloroso en aproximadamente un 34 % de los casos, y requerir el empleo de fármacos para el dolor de tipo neuropático, es decir, el que encuentra su causa en el sistema nervioso; o incluso de antidepresivos, ya que el gran impacto emocional que provoca una mastectomía para muchas mujeres hace que ese dolor se intensifique, explica la oncóloga.

A veces, en los casos más graves de dolor, "puede considerarse la realización de bloqueos nerviosos o inyecciones de anestesia local, de la mano de unidades del dolor especializadas, con el fin de buscar el alivio local", afirma la doctora Huertas. El tratamiento del Síndrome de la Mama Fantasma se completa con fisioterapia e intervenciones de psicólogos especializados en el tratamiento de pacientes con dolor.

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