Rajoy ordena no investigar a Volkswagen tras un forcejeo sobre la retirada de su inversión en España
La dirección del grupo Volkswagen ha confirmado al Ejecutivo que el escándalo sobre las emisiones no va a repercutir en sus inversiones en España pese a las pérdidas en Bolsa y la previsible fuerte sanción que recibirá de Estados Unidos.
Volkswagen ha ratificado que invertirá 4.200 millones de euros hasta 2019 en las dos fábricas que posee en España, tanto de la Seat en Martorell (Barcelona) como la de Landaben (Navarra). Así, al menos, lo garantizó este martes el ministro de Industria, José Manuel Soria.
Ha transmitido que no es el momento de enredar
Pero en la cúpula económica del Gobierno no están dispuestos a correr el más mínimo riesgo. Toman esta comunicación recibida desde la cúpula del grupo en Alemania como un mensaje “tranquilizador”.
Ante este escenario de máxima incertidumbre, Moncloa no va a permitir ningún movimiento, y mucho menos precipitado, que pueda poner en peligro este trascendental espaldarazo a la economía española.
Según ha sabido El Confidencial Digital, a través de fuentes con acceso al equipo del presidente, Rajoy ha dado orden de no iniciar, por el momento, ninguna investigación en España a Volkswagen sobre el escándalo que afecta a la multinacional alemana a nivel mundial. La consigna que se ha trasladado al ministro Soria es la de “no enredar ahora con este asunto. Hay todavía mucho en juego”.
Desde Industria se limitaron este miércoles a expresar, a través de un comunicado, su preocupación por la situación, ya que puede afectar a la recuperación de toda la zona europea, por lo que la situación se debe abordar con carácter inmediato a nivel de toda la UE con el objetivo de identificar las acciones que se han de tomar.
Ha solicitado información en términos concretos sobre cuántos vehículos de los 11 millones afectados han podido ser vendidos en España. Pero ninguna referencia a una posible investigación o revisiones por parte del Gobierno, como si está ocurriendo desde hace varios días en otros países europeos.
Sin embargo, el motor TDI 2.0 afectado lo incorporan muchos modelos del grupo con gran aceptación en el mercado español. Es el caso de todos los implicados en EE.UU, VW Golf, Passat y Bettle (el Jetta tiene ventas residuales aquí) y el Audi A3, a los que habría que añadir el VW Tiguan, los Seat León, Altea y Exeo, los Audi A4, A5, A6 y los Skoda Octavia, Yeti y Superb, entre otros.
Encuentro reservado en la planta de Martorell
Las fuentes de la cúpula económica del Gobierno, a las que ha tenido acceso ECD, revelan el motivo de la prudencia con la que está actuando el Ejecutivo español sobre este asunto. Se encuentra en un encuentro oficioso que Rajoy mantuvo hace dos semanas con el presidente de Seat, Jürgen Stackman.
Se produjo coincidiendo con la presencia de ambos en las instalaciones de la compañía en Martorell (Barcelona). Allí se celebró, el pasado 7 de septiembre, el 40 aniversario del Centro Técnico de la marca.
En esa discreta cita, el primer ejecutivo de Seat, por orden de la cúpula de Volkswagen en Alemania, transmitió a Rajoy en privado su inquietud por la deriva independentista iniciada por Artur Mas en Cataluña, ya que el plan de la compañía es que la planta de Seat en Martorell reciba más de la mitad de los 4.200 millones anunciar.
“Tiene que haber estabilidad para materializar la inversión”, le vino a insistir al presidente del Gobierno.
Los recelos de la multinacional alemana vienen de lejos. Hay que recordar que, tal y cómo se contó en este confidencial, Volkswagen ya pidió garantías al Gobierno, antes de anunciar su potente inversión en España en el mes de mayo, de que Cataluña no saldrá del euro.
Antes, incluso, llegó a diseñar hace más de un año una operación para trasladar a Madrid su sede corporativa desde El Prat de Llobregat (Barcelona), en caso de un escenario de independencia en Cataluña.
En contraste con Alemania y Francia
Fuentes del sector automovilístico consultadas por este confidencial no han pasado por alto tampoco la tibieza del Gobierno español, en contraste con la contundente y rápida reacción de Alemania y Francia. Ambos se han mostrado duros contra el primer fabricante europeo, tras admitir haber manipulado las emisiones de hasta 11 millones de coches.
El gobierno alemán anunció este martes la creación de una comisión para investigar el escándalo y obligará que todos los modelos que se fabrican en el país sean revisados de nuevo por peritos independientes.
Francia también ha reaccionado, a pesar de que el grupo Volkswagen no produce en el país galo. El gobierno de Hollande ha pedido una investigación a nivel europeo y ha anunciado que creará una investigación propia para “garantizar que estos comportamientos no sucedan en Francia”.
El sector del automóvil es uno de los sectores clave en la industria y en la economía española. El grupo Volkswagen es el primer fabricante del Estado, con cerca de un tercio de la producción. En 2014, de los 2,4 millones de vehículos que se fabricaron en España, las dos plantas del consorcio alemán produjeron más de 760.000 coches (456.000 la de Seat en Martorell y 306.000 la de Volkswagen en Navarra).