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MSF eleva a 22 el número de muertos por el bombardeo estadounidense en Kunduz

El último balance de Médicos Sin Fronteras eleva el número de muertos a 22 personas, a causa del bombardeo sobre el hospital de la ONG en Kunduz, Afganistán, la madrugada de este sábado. Tres pacientes más han fallecido desde que la organización informara este sábado de que entre los muertos, doce eran personal de MSF y siete eran pacientes, tres de ellos niños, lo que eleva la cifra a diez. 

El director general de MSF, Joan Tubau, "exige" que se lleve a cabo una "investigación profunda y transparente" del bombardeo por un "órgano internacional independiente". "Apoyarse solo en una investigación interna de una parte del conflicto es totalmente insuficiente", ha reclamado Tubau.

El director general de la organizaciín también ha querido condenar el ataque que ha calificado de "grave violación del Derecho Humanitario Internacional" al ser el edificio principal del hospital "alcanzado repetidamente y de forma muy precisa durante los ataques aéreos, mientras que el resto del recinto ha quedado intacto". Un lugar donde, según ha querido destacar Tubau, "el personal médico cuidaba de los pacientes". 

La organización humanitaria aseguró este sábado que "todas las partes del conflicto, en Kabul y Washington, estaban informadas de la localización precisa (con coordenadas GPS) de las instalaciones de MSF". La ONG indicó que, como hacen siempre, comunicaron sus coordenadas en "múltiples ocasiones" en estos meses. La última vez, "el 29 de septiembre". 

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha evitado valorar el ataque y ha asegurado que esperará los resultados de la investigación dirigida sobre el Pentágono antes de juzgar lo ocurrido en el bombardeo presuntamente ejecutado por fuerzas estadounidenses.

El Gobierno afgano justificó el ataque tras culpar a los talibanes del bombardeo por decidir ocultarse en él durante los choques con las tropas afganas, que contaban con apoyo aéreo estadounidense. "Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF, pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital", se excusó el portavoz del Ministerio del Interior, Seddiq Seddiqi, en una rueda de prensa en Kabul. Sin embargo, Médicos Sin Fronteras ha negado esta información: "las puertas del hospital de Kunduz estuvieron cerradas toda la noche, así que ninguna persona que no fuera parte del personal sanitario o paciente estaba dentro cuando tuvo lugar el bombardeo".

Sobre este aspecto, también se ha pronunciado el portavoz del Ministerio de Salud afgano, Wahidullah Mayar, que ha criticado la justificación del bombardeo por la supuesta presencia de talibanes en su interior, afeando las declaraciones de su como su homólogo en el Ministerio del Interior, Seddiq Seddiqi. "Cualquiera que fuera la situación, va en contra del derecho internacional humanitario bombardear un hospital repleto de personal médico y pacientes", ha sentenciado a Efe Mayar, que fue además uno de los primeros en su Gobierno en culpar a Estados Unidos del ataque.

Desde el lunes, Médicos Sin Fronteras ha tratado en Kunduz a 394 heridos, y cuando se produjo el ataque aéreo sobre el hospital a primera hora del sábado había en el centro 105 pacientes, sus cuidadores y más de 80 miembros nacionales e internacionales de MSF.










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