Nobel de Economía para Angus Deaton por estudiar el impacto del consumo en la pobreza
El premio Nobel de Economía de 2016 ha recaído en Angus Deaton. Deaton es especialista en estudiar cómo se distribuye el gasto y cómo puede influir en el crecimiento y desarrollo de los países emergentes. En opinión de la Academia sueca, para diseñar políticas públicas que mejoren el estado del bienestar es necesario conocer las decisiones que se toman de forma individual en materia de consumo. Deaton ha ayudado a entender estas decisiones, con modelos que explican el gasto previsible para cada bien o servicio en función de los precios.
Deaton es escocés, tiene 70 años y es profesor de Economía Internacional en Princeton. Un perfil muy clásico dentro de los premiados por este galardón que es el único que no dejó en su legado como tal Alfred Nobel. La sorpresa es que de nuevo el Nobel recae en un solo economista, cuando tradicionalmente se estaba dando de forma conjunta.
Las teorías de Deaton ayudan a entender la relación entre ingresos, gastos, desarrollo y pobreza. En 2010, y tras años de trabajo de campo con 450.000 entrevistas a estadounidenses, Deaton llegó a la conclusión de que el salario perfecto en EEUU era 75.000 dólares. Según aumenta el salario también aumenta la felicidad hasta llegar a esta cifra, momento en el que esa correlación se frena.
La Fundación BBVA ya había premiado en 2012 a Deaton por su contribución en la teoría del consumo y del ahorro y la medición del bienestar económico. Deaton presta especial atención a los hogares y hace encuestas personalizadas para hacer sus estudios. Se fija en detalles como la ingesta de calorías o el gasto en medicamentos para realizar sus estudios sobre el gasto de las familias más pobres y su impacto económico. De esta forma se puede estudiar de forma mucho más concreta el impacto de las políticas públicas en estos hogares.
En una entrevista en el Semanal XL, Deaton aseguraba que su instinto natural es estar "en contra de la austeridad", pero también reconocía que la experiencia histórica le estaba haciendo dudar. Cita el caso de las políticas de Margaret Thatcher que en su momento le parecieron "terribles" pero que cree que en largo plazo "funcionaron". También teme que para países como Grecia y España donde no es posible devaluar la moneda sea difícil encontrar otra alternativa.
En la misma entrevista, Deaton dice que las crisis están diseñadas "para beneficiar a los ricos" y que la principal lección es que no se puede permitir a los bancos que se autoregulen. En este sentido, Deaton dice que hay que encontrar "el grado óptimo de interferencia del Estado en la economía".