Paredes que hablan demasiado
Keywan Karimi es rápido con los emails. Manda mucha información, responde a todas las preguntas y, a la hora acordada, se conecta a skype y responde con voz de amigo al que no has visto en mucho tiempo: cauteloso y cálido al mismo tiempo, está de muy buen humor. Lo contrario que se esperaría de alguien a quien acaban de condenar a seis años de cárcel. Y a 223 latigazos.