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Miles de ciudadanos europeos piden un pasaje seguro para los refugiados

El 27 de febrero ha estado marcado, en más de 40 ciudades españolas y 70 europeas, por la solidaridad ciudadana que se ha lanzado a la calle con una exigencia clara: pasaje seguro para las personas migrantes y refugiadas.

Una petición que lo que pretende es asegurar soluciones a la crisis humanitaria generada y evitar más muertes en el mar Mediterráneo. Una prueba de fuego convertida en agua para miles de personas que huyen de la guerra, pobreza y opresión, hacia Europa en busca de refugio.

Pero el deseo de cambio de las políticas migratorias ha sacado hoy a la calle a miles de ciudadanos en varias ciudades europeas. En Bruselas 3 000 personas se manifestaron por el 'pasaje seguro' que también congregó a varios cientos en Barcelona.

En Madrid, el bulevar del Paseo de la Castellana se ha quedó pequeño para las cientos de personas que alzarob sus pancartas y voz en defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas. La cita era a media tarde, cuando ya se ponía el sol y arreciaba el frío, frente a la sede de la Comunidad Europea en España.

“Contra sus muros, pasajes seguros” o “Las muertes en el mar, se pueden evitar” eran alguno de los lemas coreados entre los asistentes que también levantaban pancartas con mensajes, también muy claros: “No más UErfanos”, “Ni guerras ni fronteras”, “Les vendemos armas, vienen refugiados”.

“Estamos aquí para exigir a los gobiernos europeos que pongan fin a esta barbaridad que estamos viviendo en las fronteras europeas. Estamos viendo cómo miles de personas mueren en el mar ante la falta de vías seguras”, declara Nuria Diaz, portavoz de CEAR, que añade la solución pasa por “una cuestión de voluntad política y verdaderamente hacer gala de esos derechos humanos de los que presumen los líderes europeos”.

Una incapacidad política que, quien fuera  Secretario de Estado para la Unión Europea de España, el socialista Diego López Garrido, que también asistió a la cita, considera que “para nada” es producto de las políticas migratorias de los últimos años.

Según la Organización Internacional de Migraciones, en los dos primeros meses de este año, 409 personas han perdido la vida en el mar tratando de alcanzar un futuro -que se torna incierto- en el Viejo Continente. Siendo la parte más oriental del Mediterráneo el escenario más oscuro, donde se han ahogado ya que se ha llevado por delante la vida de 319, mientras que otras 90 personas han fallecido al intentar cruzar la barrera natural desde el norte de África.

En la isla griega de Lesbos donde diariamente llegan cientos de migrantes y refugiados, en precarias embarcaciones procedentes de Turquía, también se han sumado a las protestas. Por la mañana, los voluntarios y voluntarias llegados de todas partes del mundo que cada día están allí para recibir y arropar a quienes arriban calados hasta los huesos de salitre y miedo, se han unido en una cadena gigante frente al mar durante un minuto de silencio en memoria de todas las vidas que no pudieron alcanzar esa misma orilla.

Después se ha leído un manifiesto en varios idiomas como árabe, griego, holandés, inglés, alemán y castellano. Onio Reina, bombero sevillano y miembro de la asociación Proem Aid, que mantiene labores de rescate en Lesbos, ha sido el encargado de leer el comunicado. Reina declara para eldiario.es que “un pasaje seguro es necesario para que no tengan que pasar por el agua ni embarcarse en un camino con tantos obstáculos que se pueden evitar”. Además, describe el ambiente vivido en Lesbos como “una demostración más de que cuando la gente quiere entenderse no hacen falta idiomas”. Un mensaje de solidaridad que hoy se ha hecho eco en toda Europa bajo el lema, #PasajeSeguroYa.










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