Parthénope
Cuando Ulises intentaba regresar a Ítaca después de la guerra de Troya, su barco tenía que navegar por un peligroso pasaje. Circe, la bruja, le advirtió que él y su tripulación se volverían locos al escuchar el canto de las sirenas. Ulises ordenó a sus hombres que se taparán los oídos con cera y que le atarán al mástil. Así lograron salir indemnes de la prueba. Dice la mitología que una de aquellas sirenas era Parthénope, que se suicidó tras no poder seducir al héroe griego. Su cadáver fue llevado por las aguas a un lugar en la costa de Italia.