Sevilla, el lugar feliz de Camilo
Anoche la Cartuja se llenó de magia y emoción con el concierto de Camilo en el Estadio Olímpico. El evento, parte de su gira 'Nuestro lugar feliz', reunió a miles de seguidores, conocidos como la tribu, para vivir una velada inolvidable. Desde temprano, los alrededores del estadio se llenaron de fans ansiosos, pancartas, camisetas y los rostros pintados y con mucho brillo un ambiente de fiesta que prometía una noche especial . Como ya es costumbre en el recinto, grandes colas aguardaban a la entrada y en los controles de seguridad, en esta ocasión tal vez se debía a que como todas las localidades estaban numeradas el público decidió esperar para entrar hasta última hora dando lugar a estas aglomeraciones. Dentro del recinto esperaban ansiosos sus seguidores, que a pesar de la corta edad de la mayoría de ellos se mostraron muy emocionados. Unos diez años era la edad media de esos jóvenes que acompañados por sus padres vivieron una noche que probablemente jamás olviden. A las diez de la noche, hora prevista del concierto empezaron a animarse las gradas que entre todos hicieron la ola en un par de ocasiones y amenizaron la espera con gritos e incluso iluminando el estadio con sus linternas la expectación alcanzó su punto máximo cuando la música de ambiente paró y las pantallas del escenario mostraron como una especie de verja se abría anunció el inicio de la introducción que acabó con una presentación muy especial, con la voz de Índigo hija de cantante, «señoras y señores con ustedes mi papá, Camilo». Camilo apareció en la parte más alta del escenario, descalzo y vestido de blanco, arrancando con 'Bebé'. El público, de todas las edades, se entregó desde el primer acorde, cantando y bailando al ritmo de cada canción, resonando cada estrofa en todo el estadio. La conexión entre el artista y su tribu era palpable, una energía que solo aumentó con temas como 'Aeropuerto' y 'Kesi' que dejó al público sin aliento, ya que no dejaron de saltar. El cantante desprendía muy buena energía que fue contagiada por completo a sus fans, entre ellos muchos portaban la bandera de Colombia. El colombiano demostró su carisma y naturalidad, interactuando con el público y compartiendo anécdotas personales que hacían sentir a todos como parte de una gran familia. «Esta noche Sevilla, este es vuestro lugar feliz», declaró el cantante que además admitió que las mejores vistas del concierto «la tengo yo viéndolos a ustedes». Cómo él mismo dijo «de todos los posibles planes de un viernes por la noche, nosotros decidimos estar juntos» y eso había que celebrarlo, en una auténtica fiesta duró algo menos de dos horas. 'Una vida pasada', sacó el lado más bailarín de la platea que invadieron los pasillos de la pista para bailar a ritmo de bachata. Con 'No se vale', el joven se atrevió a tocar un Güiro, aportando un toque diferente al tema, sin duda un concierto muy dinámico que hizo disfrutar a todos los asistentes , que a pesar de las sillas no se sentaron en ningún momento, un acto que además apoyó el propio artista. Con una especie de popurri, Camilo hizo un recorrido por alguno de sus temas más míticos 'Tattoo' o 'Desconocidos' qué a pesar de parecer imposible despertó aún más el ánimo del público. Camilo no dejó de sorprender a su tribu, compartiendo historias y mensajes de aliento, especialmente dirigidos a aquellos que están pasando por un mal momento. Camilo se ha integrado bastante bien en la ciudad como él mismo ha compartido a través de sus redes sociales, desde cantarle a un azulejo de la Virgen del Rocío, hasta pasear de noche por el puente de Triana, pero solo le faltaba una última cosa, probar la gastronomía local y el pescaito' frito ha sido el plato elegido por el colombiano. Este fue el pretexto perfecto para contar una anécdota personal de Dani, uno de sus guitarristas, en la que describió una situación parecida a la que canta en su canción 'Gordo', que el público recibió iluminando el recinto con las linternas. Uno de los momentos más íntimos de la velada llegó con 'Corazón de hojalata', donde Camilo, con su guitarra, creó un ambiente de cercanía y sensibilidad que conmovió a todos los presentes. Otro de los temas más emotivos fue 'El mismo aire' tema que comparte con Pablo Alborán, al que calificó como un gran amigo y confesó que gracias a colaboraciones como está él pudo llegar a España, acto seguido continuó con 'Saliste' canción que hace a dúo con un cantante que sabe bien lo que es cantar en el estadio de la Cartuja, Manuel Carrasco. El concierto continuó con una mezcla de éxitos y canciones nuevas. La energía se mantuvo alta con 'Millones' y 'Tutu', donde Camilo se bajó del escenario, acortando así distancias con el público y creando una conexión aún más personal, incluso acercó el micrófono a los fans de las primeras filas. El amor entre ambos era innegable, pero Camilo incluso quiso dejar constancia de ello escribiendo «Te amo, Sevilla» en una de las cámaras que se emitía en las diferentes pantallas. Tras esto el joven abandonó unos instantes las tablas del escenario, pero volvió por todo lo alto, haciendo su propia versión de la Salve en la que habla de su amor por Sevilla y de las ganas que tiene de vivir en la capital.La sorpresa de la noche fue la aparición de Evaluna, esposa de Camilo, con quien interpretó 'Plis', 'Por Primera Vez' e 'Índigo', que puso a saltar a toda la pista. A pesar del avanzado embarazo de la joven, no dejó de bailar ni un solo segundo . La química entre ellos fue innegable y el público aclamó cada gesto y cada nota, haciendo de este momento uno de los más emotivos del concierto. El final del concierto fue tan espectacular como su inicio, a ritmo de 'Vida de rico', la velada terminó en un gran aplauso, una lluvia de confeti y con un público que no quería despedirse. El Estadio Olímpico de la Cartuja fue testigo de una noche llena de emoción , fiesta y autenticidad. Camilo, con su voz y su carisma, logró crear una experiencia única, dejando una huella imborrable en Sevilla y en el corazón de cada miembro de su tribu.