Soluciones a los diversos desafíos de la movilidad sostenible, en marcha

Abc.es 

La sede de Vocento-ABC ha acogido este miércoles una nueva edición de los Foros ABC, en este caso en colaboración con Acciona, bajo el título 'Repensar la movilidad para construir ciudades sostenibles'. Un entorno repleto de desafíos y paradojas, de medidas urgentes y de medio a largo plazo, en tiempos en los que la sostenibilidad va más allá de los compromisos europeos o de los propios de la ONU. Un escenario, como se destacó de 'ciudades inteligentes' y de 'ciudadanía inteligente' Cuestión de personas y de instituciones, de la sociedad en su conjunta, para mejorar día a día la necesaria movilidad en nuestra vida personal y profesional, sujeta a los imperativos de los nuevos tiempos como la normativa, la tecnología y, en todo caso, el sentido común. Así se evidenció desde diversos puntos de vista que confluían en coincidir en el optimismo ante un desafío con mayúsculas: cambiar urbanismo, crear nuevos paradigmas, crear nuevos puntos de vista para desarrollar un siglo XXI más habitable para toda la sociedad. La reunión, moderada por Juan Roig Valor, redactor de la sección Motor de ABC, convocó a Antonio Giraldo, geógrafo, urbanista y divulgador, concejal del Grupo Municipal Socialista de Madrid y Portavoz de la Comisión Permanente Ordinaria de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad; Anna Matas Prat, vicepresidenta del Consejo Asesor del Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible y catedrática de la Universitat Autònoma de Barcelona; Izaskun Chinchilla, arquitecta, catedrática de Práctica Arquitectónica en la Bartlett School de Londres y autora de 'La Ciudad de los Cuidados' y Juan José Conde, responsable de Estrategia B2B y Desarrollo de Negocios de Movilidad de Acciona. Como comenzó comentando Matas: «La congestión del tráfico no es algo nuevo, se estudia desde hace décadas, como un problema en el que se debe prestar especial atención a los accesos trasversales, es decir, hacia dentro y hacia fuera de las ciudades». Y ya desde el principio, apuntó a una variable comentada a lo largo del coloquio: la necesidad de pensar globalmente, en un escenario a largo plazo, que puede hacer que lo pensado de aquí a un lustro requiera medidas de ajuste: «Por ejemplo, en Nueva York, ya se han establecido límites a la movilidad compartida, que ha hecho que se reduzca el uso de transporte público; en Amsterdam se regula el uso de bicicletas y, en la propia Barcelona, las 'superilles', los conjuntos de manzanas que se están destinando en Barcelona a dar prioridad al peatón… aumentan la congestión fuera de esas áreas». En este contexto de tozuda realidad, Matas destacó cómo la 'economía de aglomeración' de las ciudades (empresas que quieren estar cerca de otras empresas) hace que la misión de controlar el tráfico de personas, y de mercancías sea todo un reto. Así sucede en el caso de Madrid, donde Giraldo destacó la necesidad de atreverse con un cambio normativo sobre la vía pública «que data del año 2.000, basado en la década de los noventa, una normativa complejísima, rígida, anticuada sobre una realidad de una población que crece sobre un espacio que es el mismo (se ha agotado el modelo de Madrid como ciudad expansiva)». Las grandes ciudades se deben erigir, por lo tanto, como modelos a aplicar, de manera escalable en diversas latitudes (recordó que en España hay más de 8.000 ayuntamientos), «de acuerdo a medidas pausadas, pero decididas, ajenas a ideología, con consenso». Giraldo también subrayó la importancia de «redimensionar el asfalto no utilizado (lo que se cierra al tráfico se abre a las personas)», así como de la relevancia de pensar con anticipación, y con los recursos necesarios para compensar, si es necesario, los 'efectos secundarios' de las medidas adoptadas: «Considero que si, en el caso de Madrid, se luchó contra el chabolismo en la década de los 80, se construyeron muchos equipamientos en los años 90, etc., está década tiene que ser la de la movilidad sostenible». Un escenario multifactorial en el que deben confluir gobierno municipal, legislación y concienciación ciudadana: «Debe haber una resiliencia normativa, también una cultural, y ambas deben adaptearse a estos tiempos de cambio». Chinchillla señaló cómo, al menos, hay parte del camino recorrido, con ejemplos como el concepto de 'zonas de bajas emisiones', impensables hace años y ya en marcha en la actualidad (sujeta, eso sí, a próximas ampliaciones en el caso de las grandes ciudades). Como experta en urbanismo, apuntó a la importancia del «reverdecimiento de la ciudad gracias al rediseño del espacio urbano». Y señaló el (complejo pero deseable) concepto disruptivo de «peatonalizar espacios, apostar por espacios compartidos, con una nueva pavimentación y señalización en las que se eviten elementos del 'idioma coche', más cuando ya se ha demostrado que el tráfico varía ostensiblemente en función de zonas, días de la semana, etc.». «Una estructura (añadió) tipo árbol, con un tronco del que penden numerosas ramas. La base de un urbanismo táctico, que requiere de muchos años de recorrido, pero que es posible, como así ha sido en el reconocido 'cinturón de verde' de París o en iniciativas en ciudades como Bogotá, en un continente con muchas asignaturas pendientes en cuanto a la gestión de la movilidad sostenible». De vuelta a la normativa, reclamó que sea «no prescriptiva, sino prestacional, con casos de buen uso como el de los Países Bajos, donde han participado instituciones públicas y privadas por el bien común». Conde coincidió en su intervenciones con el resto de participantes en el presente del futuro de la movilidad sostenible: normativa-tecnología-concienciación social: «Debemos activar palancas para la transformación de la vida de las comunidades, y una de ellas es la movilidad, en la que se debe hablar de activos y servicios más que de productos, en un escenario de intermodalidad, de interoperabilidad». Un entorno de disrupción «que requiere dotes para la reinvención, que es posible, con la amplitud de foco para una situación compleja, con corpus normativos, en el caso de España, como la Ley de Movilidad Sostenible». El representante de Acciona incidió en la importancia de colaborar juntos «en la industria de la movilidad, en la que hay muchos agentes implicados, con activos en rotación para optimizar resultados. Nos llevará tiempo, no hay soluciones únicas, pero tenemos que seguir avanzando». La ruta hacia un concepto expresado durante este foro de «una movilidad sostenible, intermodal, pacificada, ágil, segura y sana».

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