Un soltero intenta ligar con la camarera de 'First Dates' delante de su cita y ella se molesta: «No me parece bien»

Abc.es 

«Estoy conservado en aceite de oliva. Por la noche me lo echo en el colchón y salgo muy pringado, pero es el precio de la belleza». Así tal cual desveló Marino (66) el secreto de su juventud. El soltero valenciano acudió a 'First Dates' este viernes 5 de julio con el deseo de enamorarse por primera vez. Marino nunca ha convivido nunca con una mujer. De hecho, su compañera de piso es su madre de 91 años. «Nunca he tenido un proyecto de futuro, la verdad. Por eso vengo aquí a por todas, a enamorarme», comentaba al ser preguntado por Carlos Sobera. Al presentador le costó procesar que a su edad siguiera viviendo con su progenitora. «Bueno, pues a ver si a los 65 años conseguimos que sientes cabeza», finiquitaba el presentador la primera toma de contacto del soltero. Pero resulta que aunque nunca hubiera tenido pareja estable, Marino tenía muy claro el prototipo de la mujer que quería conocer. Y no se ajustaba a su cita. María Gisel a (64) llegó desde Ibi, Alicante, queriendo volver a enamorarse y sentirse viva. «Me salté etapas en la vida porque fui madre muy joven y ahora necesito vivir», explicaba durante su presentación. Ambos solteros experimentaron primeras impresiones contrapuestas. Mientras a ella Marin o le pareció un hombre atractivo, a él la edad de su cita no le encajó pese a ser dos años menor. «Está bien, pero estoy acostumbrado a salir con chicas de unos 35 años o como mucho 45. No hay color…», sentenció al revelar qué le había parecido María Gisela . Marino no intentó disimular el desinterés que le había producido su cita. Tanto es así que le tiró los trastos a Laura Boado delante de la soltera. «¿Tienes novio?», inquirió a la camarera. «Tengo muchos novios», intentó cortarlo la gallega. Sin embargo, el comensal no captó la indirecta y siguió con las insinuaciones. «Pues tú y yo bailamos y ellos que miren», intentó. Ya en la mesa, la cena fue más amena de lo que prometía en un principio, con un Marino que incluso se atrevió a mostrarle a su cita sus dotes de bailarín. Hasta que a la hora de pagar la cuenta, el soltero volvió a la carga en su empeño de ligar con Laura Boado . «No voy a hacer esperar a una mujer como tú. Ya me gustaría que pasase algo entre nosotros», le soltó sin una chispa de consideración por su pretendienta. «Pues no puede ser, Marino », lo cortó Boado, visiblemente incómoda. A María Gisela, por su parte, también le sentó fatal que su cita babeara se comportara de esa manera, y así lo hizo saber ante el equipo de ' First Dates '. «A mí no me gusta que la persona que yo estoy conociendo, que vengo a que nos conquistemos ambos, esté pendiente de la camarera y no de mí. Él está piropeando a la camarera, y a mí no me ha piropeado. No me parece bien». En algo sí coincidieron: ninguno quiso una segunda cita con el otro.

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