Ese es el riesgo
Parecía que las cosas se arreglaban porque el Gobierno, o mejor dicho la parte de la señora Yolanda Díaz, había admitido ciertas dosis de flexibilidad en la mesa del diálogo social que negocia la reducción de la jornada laboral. La flexibilidad se refería solo a la fecha de entrada en vigor del recorte y a la posibilidad de admitir ciertas excepciones, no al número de horas, ni al aumento de su número total, ni al de las horas extraordinarias permitidas, que ahí es donde se la juega. Todo el mundo supuso que la intervención del ministro Carlos Cuerpo, mucho mejor mejor preparado técnicamente y mucho menos dogmático, había conseguido ablandar las exigencias y calmar las expectativas. Pero ahora vuelve a... Ver Más