Arranca un Mad Cool mirado con lupa: «Las mejoras son para los asistentes, no para los vecinos»

Abc.es 

A treinta minutos de la apertura de las puertas de un Mad Cool marcado por la polémica , hay más presencia policial en torno al espacio Iberdrola Music, ubicado entre Getafe y Villaverde Alto, que asistentes al propio espectáculo. Los jóvenes que buscan un mínimo espacio con sombra para evitar un golpe de calor no dan crédito de lo que veían. «Pensábamos que habría más jaleo», asegura asombrado Gabriel, que ha llegado a la entrada del recinto 10 minutos antes y ya se encontraba entre las primeras personas en entrar. Sin embargo, esta edición está contenida, pues los organizadores son conscientes de que se juegan su futuro en este recinto de la capital, mientras que los vecinos aún consideran insuficientes las medidas tomadas. Desde el momento en el que se instaló Madrid, el Mad Cool no ha logrado pasar por desapercibido. Cambió dos veces de ubicación, hasta encontrar la actual –en la que celebra estos días su segunda edición–, que ha arrastrado las mismas quejas. Pues allá donde se traslade, este festival colapsa barrios . Sin ir más lejos, el pasado verano transformó la Colonia Marconi en una ratonera. El descontrol a la entrada y salida de este macrorrecinto de 185.000 metros cuadrados dista de la imagen que se vivió a primera hora ayer. El ambiente a las puertas del Iberdrola Music parecía completamente opuesto a lo que los asistentes están acostumbrados. Las colas avanzaban sin llegar a entrelazarse las unas con las otras y sin generar un bloqueo en la zona. Durante las cuatro jornadas que se celebra el Mad Cool –se ha reducido el aforo pero se ampliado un día más el festival– habrá 200 agentes de la Policía Municipal regulando el tráfico y dos unidades de Samur-Protección Civil, según ha informado este miércoles la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz. A estos efectivos se han sumado agentes de las Policía Nacional –«el doble que en el estadio Metropolitano y el triple que en el Wizink», tal y como precisó el Delegado del Gobierno, Francisco Martín, y diez policías locales de Getafe. Uno de los puntos en los que el Mad Cool ha actuado es en la movilidad. Durante estos días habrá trenes de Metro y Cercanías hasta las 4 de la madrugada, una línea lanzadera de autobuses desde Getafe y paradas específicas de taxi y VTC. Todos los cargos nocturnos corren a cuenta del Mad Cool. A la entrada los asistentes preguntados por este periódico, no mostraron ninguna queja al respecto. «Nos ha dejado mi abuelo en coche hasta el punto donde se encuentra el corte, hemos cogido el autobús y hemos caminado un poquito para llegar hasta aquí. A la salida ya veremos», comentó Gabriel. El madrileño tendrá una vista privilegiada dentro de su tipo de entrada para ver a Dua Lipa, cabeza de cartel , junto a su amiga Irene. Para los residentes de la zona, «nada ha cambiado respecto al año pasado» , apunta Silvia, que además considera que «las mejoras son para los asistentes, no para los vecinos». En torno a las 19.00 horas, un kilométrico atasco colapsaba la M-45 e incluso asistentes hacían uso de la vía de servicio para bajarse de taxis o VTC –algo que complicó la situación el año pasado–. El ruido hasta las dos de la mañana también es una de las preocupaciones de aquellos cuyas viviendas se encuentran cerca del recinto. Este sin vivir no se limita a las cuatro jornadas –dos de ellas coinciden con días laborables– que tiene lugar el Mad Cool, sino también las pruebas de sonido que se han producido a lo largo de esta semana.

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