Oda al mosquito autóctono

Abc.es 
En los veranos modernos apenas hay mosquitos. Mosquitos de verdad, como los de antes, de esos que te veías venir con la trompa en ristre como Manuel Escribano entrando a matar un toro. Ya no hay esas bandadas de mosquitos que obligaban a la familia a recoger la mesa y meterse corriendo en casa. El Aután ha desaparecido de la mesita de la salita y está postergado en el fondo de algún armario, junto a la mercromina y los parches Sor Virginia, porque ha dejado de ser imprescindible en el atardecer. El repliegue de aquellos batallones de mosquitos, cautivos y desarmados, se puede interpretar como un símbolo de progreso, pero yo echo de menos aquellos insectos temibles que amenazaban la... Ver Más

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