Las mejores playas de España para ver el atardecer

Abc.es 

El verano es sinónimo de paseos por la playa, baños refrescantes, planes al aire libre y atardeceres de postal. En España existen numerosos arenales en los que disfrutar de este mágico momento del día en el que los juegos de luces ofrecen verdaderos espectáculos. Cala Saona, Cala D'Hort, la del Silencio… estas son las mejores playas del país para disfrutar de la puesta del sol. La playa de las Catedrales es todo un monumento natural que se ubica en la formación geomorfológica denominada como la Rasa Cantábrica. Situada en la Mariña Lucense , en la parroquia de A Devesa, perteneciente al Ayuntamiento de Ribadeo, esta playa se ha convertido en una de las más curiosas y llamativas del país. Las bravas aguas del mar Cantábrico llevan millones de años descargando su furia contra estas rocas –principalmente pizarras y cuarcitas– esculpiendo formas sorprendentes en los acantilados y creando largos pasadizos alfombrados con fina arena, cuevas profundas y grandes arcos de más de 30 metros de altura bajo los cuales es posible caminar cuando la marea está baja. Además, también es un lugar ideal para el disfrute de los niños ya que cuando baja la marea se forman multitud de pequeñas pozas de agua cristalina que se templan cuando les da el sol. Cuando cae el atardecer los rayos de sol juegan a colarse entre los huecos de las rocas regalando una imagen idílica. Puede que no sea la más bonita de la isla, pero Cala D'Hort regala una de las mejores vistas y uno de los atardeceres más fotografiados del lugar. Situada en el suroeste de Ibiza, esta playa tiene unos 150 metros de largo por unos 25 metros de ancho, un tamaño bastante reducido que compensa con el azul turquesa de sus aguas y su tranquilidad. Justo enfrente de esta cala se pueden ver los islotes de Es Vedrá y Es Vedranell , dos enormes peñascos que en el pasado sirvieron como refugio para piratas y corsarios. Las vistas del sol fundiéndose en el mar con el islote en el horizonte son memorables. La cala, protegida también por grandes acantilados, cuenta con servicio de alquiler de hamacas y sombrillas, así como con dos restaurantes. Entre las múltiples opciones de baño que ofrece Cantabria hay una que, aunque no está entre las más conocidas, sí es una de las más bonitas y curiosas. La playa de la Arnía , situada en pleno corazón de la Costa Quebrada, en el municipio de Piélagos, ofrece unos 200 metros de arena fina y dorada con vistas al mar Cantábrico rodeado por acantilados de roca caliza. Lo más llamativo son las rocas puntiagudas que emergen del mar y su espectacular plataforma de abrasión, es decir una porción rocosa y plana del suelo que ha ido erosionándose a través de los siglos. No hay que perderse el atardecer de este rincón cántabro porque es de esos que se quedan grabados en la retina. Situada en la mitad occidental del concejo de Cudillero, a Poniente del Cabo Vidio, está la playa del Silencio , una concha protegida por acantilados e islotes de diversos tamaños que aplacan la fuerza del mar y que hacen de este lugar uno de los más bellos de Asturias. Con un acceso a pie de unos 500 metros mediante numerosas escaleras, esta ensenada de claros cantos rodados es un paraje casi virgen, aunque muy visitado. Sus aguas están casi siempre en calma, por lo que bucear en ellas es todo un lujo. No dispone de servicios, así que si se desea pasar el día es necesario ir provisto de todo lo necesario. El juego de luces que se puede ver al atardecer convierte a esta playa en uno de los mejores escenarios de la zona para despedir la jornada. La playa Grande de Tossa de Mar tiene un encanto especial. La silueta del cabo de Tossa y del recinto amurallado de la vieja ciudad, en la zona sur, hacen de este arenal uno de los más conocidos. Con forma de media luna y unos 400 metros de longitud, ofrece aguas cristalinas y arena de grano grueso de color rosáceo.Dispone de innumerables servicios, como bares y restaurante donde tomar algo al sol o disfrutar de la gastronomía de la zona, socorrismo, zona de parking, tiendas a escasos minutos, alquiler de hamacas y un club náutico. Hay que tener en cuenta que en verano hay mucha afluencia de barcos turísticos que hacen parada ahí durante el día. Sus atardeceres con el antiguo castillo de fondo son espectaculares. Cala Saona es conocida por ser la joya de la costa occidental de Formentera, siendo la única playa de arena que se esconde entre los acantilados que se imponen en toda la parte suroeste de la isla. Lo que más llama la atención es su fondo arenoso de aguas turquesas y las numerosas casetas que cobijan los tradicionales llauts que le dan un encanto especial a este particular rincón. Además, es un lugar perfecto para practicar una amplia variedad de actividades como paddle surf, kayak o snorkel. De hecho, una de las mejores excursiones que se pueden hacer a remo desde aquí es hacia los acantilados de Punta Rosa donde se esconden unas maravillosas cuevas submarinas. Cuando llega el atardecer todo se tiñe de bellos colores regalando una postal única. La cala cuenta con hamacas, sombrillas, chiringuitos, un restaurante y hasta un hotel.

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