Las mujeres abanderan el sueño olímpico español en París

Abc.es 

Se condensa el verano para los amantes del deporte y, tras el histórico triunfo de la selección española de fútbol en la Eurocopa, llegan los Juegos Olímpicos , la prueba de pruebas, el evento más importante al que puede aspirar un atleta y que comenzarán mañana, aunque su inauguración oficial será el viernes. No sabemos si por ambición desmedida o por predicciones basadas en datos reales, quizás un poco de ambas, en los últimos meses ha sido el Comité Olímpico Español (COE) el encargado de desatar la euforia en clave nacional. Según su presidente, Alejandro Blanco , como aseguró en una entrevista a este diario el pasado domingo, la delegación española aspira a rebasar las 22 medallas de Barcelona 92, esas que dieron pistoletazo de salida a la época más gloriosa del deporte de nuestro país, récord absoluto en unos Juegos. Lo cierto es que los números preliminares invitan al optimismo, pues España contará con 382 participantes, cifra histórica si no se cuenta la cita de Barcelona, en la que los 421 deportistas presentes se clasificaron de manera automática al ser anfitriones. Pero el dato que más llama la atención es que, por primera vez en la dilatada trayectoria del deporte olímpico español, la delegación contará con más mujeres que hombres, 192 por 190. Se veía venir, pues en Río 2016 la diferencia fue solo de 26 deportistas y en Tokio 2020 , de 47. De hecho, tanto en Londres 2012 como en la ciudad brasileña fueron las deportistas las que más alegrías dieron a la afición. En la capital inglesa consiguieron 13 medallas por las seis de sus homónimos masculinos, mientras que en Río fueron nueve y ocho, respectivamente. Los oros de Lidia Valentín (halterofilia), Ruth Beitia (salto de altura), Maialen Chourraut (piragüismo) y Marina Alabau (vela); las platas de Mireia Belmonte (natación), el equipo de baloncesto; o los bronces del conjunto de natación sincronizada y el de balonmano son brillantes recuerdos en la memoria colectiva de los españoles. En la capital gala, nombres como Ana Peleteiro (triple salto), Carolina Marín (bádminton), Adriana Cerezo (Taekwondo) o la selección de fútbol, actual campeona del mundo, son los que más opciones tienen de suceder a sus precursoras. Pero el mayor honor se lo llevan aquellas mujeres que acudirán a París después de haber sido madres recientemente, una utopía en el pasado que, cada año que pasa, parece cada vez más normalizada. Nadie como Peleteiro para explicar esta realidad. La gallega, tras ser bronce en Japón, paró su fulgurante carrera para tener a su primera hija. Pasó más de un año fuera de las pistas pero la saltadora parece no haberlo notado. Aspira a todo en estos Juegos tras ser oro en el Europeo del pasado junio. Maialen Chourraut, Liliana Fernández (voleibol), Teresa Portela , Shandy Barbosa (balonmano) y Azahara Muñoz (golf) son otras de las mujeres de esta valiente agrupación. Impresionan los datos y los techos que se ha puesto la delegación española, pero es que si uno repasa el denso e ilusionante grupo, no para de encontrarse récords que invitan a soñar con los preciados metales. Por ejemplo, España lleva once equipos a la cita gala , más que ningún otro país europeo, los mismos que en Barcelona 92 y solo superada por Estados Unidos y Japón, aunque esta vez será exclusivamente por méritos deportivos, lo que revaloriza la mágica cifra. Los dos equipos de balonmano, los de fútbol, los de hockey sobre hierba, los de waterpolo, baloncesto y baloncesto 3x3 femenino son las once agrupaciones que desatan la ilusión. Además, la bandera española estará representada en 38 de las 44 disciplinas y debutará en fútbol femenino, escalada de velocidad, surf, baloncesto 3x3, gimnasia en trampolín, pentatlón moderno y boxeo femenino. También se estrenará en los dobles mixtos de tenis de mesa. Solo será imposible subirse al podio en voleibol, rugby siete, en ciclismo BMX, en halterofilia y en el 'breaking dance'. Un grupo heterogéneo pero también seguro por veteranía, pues el rojo y el amarillo estarán liderados por atletas que ya saben lo que es alcanzar la gloria en unos Juegos Olímpicos . Por supuesto es Saúl Craviotto el rostro más reconocible de este segmento. El piragüista, de hecho, aspira a convertirse en el deportista nacional con más medallas olímpicas. Cuenta con dos oros, dos platas y un bronce y, si en París repite éxito, desempatará con el también piragüista David Cal. También podría ser el único con tres oros o el primero con al menos un metal en cinco Juegos diferentes. Rudy Fernández, capitán de la selección de baloncesto, ya ha sellado su nombre en la historia. Cuando pise París , se habrá transformado en el único deportista de equipo de la historia de los Juegos en disputar seis ediciones. Cuando finalice su participación, dejará las pistas para siempre. La gallega Teresa Portela, piragüista de 42 años y plata en Tokio 2020, alcanzará en París las siete participaciones. Se quedará a solo una del atleta Jesús Ángel García Bragado, récord de nuestro país, y a dos de la germanoitaliana Josefa Idem Guerrini (Piragüismo) y de la uzbeka Oksana Chusovitina. Pablo Herrera, que ganó en Atenas 2004 la plata en Vóley playa junto con Javier Bosma; Támara Echegoyen, oro en Londres en vela; Carolina Marín, campeona en Río en bádminton; o Rafael Nadal , vencedor en Atenas y en Pekín 2008, son otros de los deportistas españoles que llegan a la capital francesa conociendo a qué sabe la gloria olímpica.

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