Trump une a todos los grupos municipales contra su atentado, pese a Vox

Abc.es 

Una extraña unanimidad rodeó este martes la propuesta de que el Ayuntamiento de Madrid condenara expresamente el atentado contra Donald Trump del pasado 13 de julio. Extraña por lo poco frecuente de que todos los grupos municipales estuvieran de acuerdo en algo. Y también porque, aunque alineados en el fondo, todos aprovecharon su turno de intervención para marcar distancias de alguna manera. La iniciativa partió de Vox , y la defendió su portavoz, Javier Ortega Smith , que habló de la «violencia política generada por el odio, sobre todo cuando el adversario puede volver al gobierno», y lo consideró un ataque «a las instituciones y a la democracia». Y aunque los demás grupos políticos del Ayuntamiento madrileño - PP , PSOE y Más Madrid- secundaron la propuesta -de pura lógica, por otro lado-, hubo muchos matices. En el PP, por ejemplo, se apresuraron a aclarar que «ni blanqueamos la violencia ni damos amparo a los violentos; siempre estamos al lado de las víctimas». Eso sí, acto seguido le preguntó a Vox «¿dónde están ustedes?», señalándoles por tener «problemas de credibilidad». Enrique Rico, del PSOE, tras condenar con toda rotundidad el atentado, recriminó a Vox que «hoy mismo han llamado filoetarra al delegado del Gobierno», y también le echó en cara que apoyara las manifestaciones contra Sánchez ante la sede socialista de la calle Ferraz. Eduardo Fernández Rubiño, de Más Madrid, también condenó el atentado contra Trump, aunque culpó al grupo proponente de «venir como buitres a este pleno con ese tema». Y no quiso desaprovechar la ocasión para pedir, también, la misma unanimidad «para condenar el genocidio en Gaza». La misma petición que realizó, sólo unos minutos después, el diputado de esta misma formación Nacho Murgui. No sin sobresalto: mientras hablaba, se cayó con gran estrépito una placa metálica romboide del Metro que había servido a su compañero de filas Félix López-Rey para reivindicar una vez más la llegada del suburbano a Orcasitas. «Se nos ha caído el Metro», bromeó Murgui. Más allá de los asuntos pedestres propios de un Ayuntamiento, en el último pleno antes del verano se trató, como se ha visto, de política internacional, y también se abordó la nacional: Reyes Maroto, portavoz del PSOE, preguntó al alcalde sobre su implicación en la regeneración democrática, los bulos y los pseudomedios. Mal día para ello, debió pensar Martínez-Almeida: «Su estrategia política será objeto de tesis doctorales: habla de regeneración cuando el presidente Sánchez ha sido llamado a declarar como testigo». De hecho, el alcalde le hizo un «test de regeneración democrática» a Maroto, preguntándole: «¿Puede la esposa del presidente llamar al rector de la Complutense para que comparezca en el Palacio de la Moncloa? ¿Qué le parece que le pida crear una cátedra sin cumplir los requisitos? ¿que se reúna con el presidente de Indra para que le financie un software?¿que su hermano esté enchufado en la diputación de Badajoz pero la residencia fiscal la tenga en Portugal? Va a tener usted la misma nota que Pedro Sánchez en regeneración democrática: cero zapatero».

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