«Nunca había visto La Coruña tan desatendida, así de sucia»

Abc.es 

En Coruña no se habla de otro tema. En la calle, a las puertas de fruterías, cafeterías o tiendas de cualquier índole, la indignación es palpable entre los vecinos. Desde aquellos que muestran su incredulidad, sin entender exactamente cómo se ha llegado a este punto , a los que mascullan los nombres de los posibles responsables, se comparte un sentimiento: hartazgo. La emergencia sanitaria decretada este lunes por el Ayuntamiento de La Coruña no ha impedido que, un día más, los coruñeses tengan que evitar las aceras bloqueadas por las bolsas de basura , así como aguantar el hedor que se extiende por buena parte de la ciudad. Los servicios mínimos de limpieza no han conseguido acabar con el festín de moscas, palomas y gaviotas. Todo ello tras una madrugada en la que volvieron a registrarse actos vandálicos , con nuevas quemas de contenedores que también ha afectado a los vehículos aledaños -ascienden a 125 contenedores y daños por un importe aproximado de 375.000 euros desde el comienzo de la huelga del servicio de recogida de basura-. «Vivimos en una sociedad en la que todo nos vale, a nadie le importa nada», señala Loli, que pasea junto a su amiga Carmen, señalando con frustración a un lado y al otro de la avenida de Arteixo, con los contenedores a rebosar de bolsas, cartones y cajas en estado ya de descomposición. « Nunca había visto La Coruña tan desatendida, así de sucia », lamenta Carmen. Tan solo hay que pasear por la ciudad para darse cuenta de que la recogida de basuras de esta noche la ha dividido en dos. Dos realidades que muestran, por una parte, la limpieza en las zonas más visitadas por los turistas y por otra, el abandono de los barrios residenciales y zonas más alejadas de la playa. Pero incluso por las estrechas calles comerciales de la zona vieja, o en las inmediaciones de Riazor, las aglomeraciones de residuos se suceden de manera intermitente. «Limpian lo bonito para los que vienen en crucero a visitar la ciudad, pero por los barrios residenciales de las afueras no pasa nadie», añade Juan José, taxista. Asimismo, indica cómo en más de una ocasión ha observado bolsas de basura abiertas por las gaviotas , que aprovechan la situación frente a las paradas de taxis. «Qué quieres que te diga… es un auténtico desastre», sentencia Juan José. Más allá de la estética, la funcionalidad de servicios básicos como el servicio de correos también sufre incidencias por la acumulación de basuras. Tanto los buzones corrientes como los de alcance (utilizados para el envío de paquetería e incluso alimentos) se hunden entre los residuos en algunas de las zonas más afectadas, imposibilitando su uso. Cerca de la intersección entre la Avenida de Arteixo y la Ronda de Outeiro, Paula observa con resignación los contenedores enterrados por las bolsas de plástico y las cajas de cartón a centímetros de su centro de estética. Como cada día desde que comenzó la huelga el pasado 24 de junio, Paula inicia antes de tiempo su jornada laboral. Con guantes e insecticida en mano, mueve las bolsas al otro lado de la calle. Pero siguen acumulándose, incluso después de que dejasen varios carteles pidiendo a los vecinos que eviten dejarlas junto a su puerta. Por fortuna, admite, tiene una buena clientela que sigue acudiendo a pesar de las dificultades para ventilar el salón de belleza con el olor que desprende la calle , aunque hay otro factor que preocupa incluso más a la estilista. «Pido que llueva para que esto no prenda», añade, ya que hace dos años les prendieron fuego durante las protestas que acompañaron a la huelga promovidas por el mismo sindicato que las encabeza en la actualidad, el Sindicato de Trabajadores de la Limpieza (STL). Un miedo acrecentado después de que un contenedor ardiese durante la noche de este lunes, a dos calles de donde se encuentra su peluquería. Visitación, que pasea con su andador con dificultad, ha tenido que buscar rutas alternativas para poder seguir con su día a día, aunque la movilidad no es el único problema derivado de esta crisis. La coruñesa señala cómo se han acrecentado los problemas respiratorios que ya acarreaba consigo. Y es que la acumulación de basura sin gestionar genera sustancias nocivas para la salud de la población, además de ser un foco de infecciones y diana para animales transmisores de enfermedades que ya se han visto en la ciudad, como es el caso de las ratas. En una farmacia cercana, Alberto menciona como en la última semana ha sufrido una infección respiratoria. «No me sorprendería que fuese por eso», afirma mientras señala los residuos apilados a escasos metros del lugar. No será hasta este miércoles a las 10 horas cuando finalice el plazo para que el ayuntamiento seleccione a una nueva empresa, encargada de devolver la salubridad a las calles de acuerdo a la emergencia sanitaria decretada por el Ayuntamiento. Aunque, tal y como señaló la alcaldesa ayer, tendrán prioridad las zonas del casco antiguo donde comenzará, desde hoy, la 'Feira das Marabillas'.

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