Los peces con ojos grandes solo por amor

Abc.es 

Las profundidades de los océanos son lugares oscuros habitados por criaturas que producen su propia luz. La bioluminiscencia es utilizada por muchos peces para atraer a sus presas y, a menudo, para encontrar pareja. Los machos tienen fotóforos, los órganos que producen luz, más grandes que las hembras. Claro que eso puede representar un problema para ellos, menos capaces de detectar una posible compañía a larga distancia. El pez dragón, un depredador pequeño pero feroz, parece haber encontrado una solución. Le han salido ojazos solo por amor. Un nuevo estudio realizado por investigadores del Boston College descubrió que los ojos del pez dragón macho se hacen grandes para dar con las hembras menos llamativas en la oscuridad, lo que convierte a la especie en una anomalía en la evolución de los vertebrados. Según explica el equipo en la revista ' Biology Letters ' de la Royal Society, los peces dragón sobreviven gracias a numerosas adaptaciones, incluida la brillante bioluminiscencia. Pero las hembras no son tan brillantes como los machos. «Hemos descubierto que estos peces dragón machos han desarrollado ojos más grandes para encontrar hembras que producen menos luz», afirmó Christopher P. Kenaley, autor del informe. «Es bastante sorprendente y nos brinda información muy importante sobre cómo estas especies poco conocidas existen y prosperan en las profundidades marinas». El dimorfismo sexual en los sistemas visuales de los vertebrados es extremadamente raro, añadió Kenaley. «Quizás este sea el segundo caso conocido en peces, el grupo más numeroso de vertebrados». Que los machos tengan fotóforos, los órganos que producen luz, más grandes que las hembras puede representar un problema a la hora de encontrar pareja. «Esto crea una paradoja: si la bioluminiscencia es importante para la señalización sexual y para encontrarse entre sí, este dimorfismo da como resultado un escenario en el que las hembras pueden detectar a los machos a distancias más cortas que a la inversa», indica. «En resumen, existe una brecha en la detección de la bioluminiscencia. Nuestra hipótesis es que, para cerrar esta brecha, los machos podrían haber desarrollado ojos más grandes para captar más luz». Los investigadores estudiaron dos especies de peces dragón de aguas profundas ( Malacosteus niger y Photostomias guernei ) que presentan dimorfismo sexual en el tamaño de sus fotóforos. El equipo realizó un modelo de la distancia a la que los machos y las hembras de cada especie podían ver a los miembros del sexo opuesto. Esto se basó en el tamaño de los ojos y en la cantidad de luz que podía producir un miembro del sexo opuesto. Los investigadores descubrieron que existe una brecha de detección sustancial en ambas especies que va desde unos pocos metros hasta más de 100 metros. También vieron que los machos de ambas especies tienen ojos más grandes y que este dimorfismo cierra la brecha en unos 5 metros aproximadamente. Es una mejora modesta, señalaron, pero significativa para la difícil tarea de encontrar una pareja poco común en un sistema tan abierto. En trabajos anteriores, algunos biólogos de aguas profundas afirmaron que existe una brecha en la detección de la bioluminiscencia. El equipo dirigido por el Boston College es el primero en evaluar el alcance de esta brecha y, lo que es más importante, si estas especies podrían haber desarrollado ojos de gran tamaño en los machos. Kenaley dijo que el trabajo futuro puede centrarse en por qué la bioluminiscencia de los machos es más brillante que la de las hembras del pez dragón. «Todavía no sabemos exactamente por qué existe el dimorfismo luminiscente en estas y otras especies de aguas profundas», dice. «Tal vez sea una forma de indicarse mutuamente que hay un miembro del sexo opuesto cerca. Para responder a esta pregunta se necesitarán más estudios como el nuestro que establezcan un patrón de cómo varían las distancias de detección con los niveles de dimorfismo».»

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